- No quiero ir - Digo mientas cruzo mis brazos, parece un acto berrinchudo. Pero Dean esta siendo insufrible.
- Si no quiere ir, que no vaya... déjala en paz - Jonas me defiende, todo eso sin despegar los ojos de su teléfono, a diferencia de Dean y mía, Jonas fue más listo, el acepto el pago de la universidad a costas de nuestro estirado padre. Actualmente, trabaja como directivo en una empresa de inversiones y todo en él demuestra que esta mucho mejor económicamente que sus hermanos menores.
El soborno detrás de todo esto... Convivir con la familia de mi padre, su otra familia, sus otras hijas, su otra esposa. Como si fuera parte funcional de ese marco deforme y lleno de horribles personas sin ética. Jonas lo hace, es un hermano para... las chicas... Y es un hijo de oro, que sale en fotos con mi padre, en eventos públicos que salen en todas las putas revistas. Yo no podría ser parte de ese circo, y ciertamente Dean tampoco, así que se siente orgulloso de su tienda de ropa alternativa, y le va bien, lo suficientemente bien como para vivir sin problemas, y tener su propio piso.
Analizando la situación tal vez he sido la única que se ha quedado rezagada de mis hermanos, y en mi defensa es porque aun no se que quiero hacer. Amo pintar y hacer cosas con arcilla, pero no he definido que quiero hacer con mi jodida existencia.
- Esta siendo infantil, no es la única puta persona que estará en la convención... además necesito que me ayudes por favor con mi stand, mientras yo puedo hacer relaciones de negocio.
No me creo su historia ni por dos segundos, y me rehusó a ir a la convención de tatuajes, donde los Ryder son los reyes alabados por todos.
- No quiero ir, joder. Tengo cosas que hacer.
- Si, ¿Cómo cuáles? - Cruza los brazos sobre su amplio pecho, sus ojos se vuelven rejillas.
- Cosas, que no te importan.
- Háblame con más respeto soy tu hermano mayor.
- Dios, basta ustedes dos. Voy contigo Sia, y si no te sientes cómoda lo borramos de la existencia - Jonas adopta su postura políticamente correcta, lo miro de reojo, y su traje de tres piezas no siento que vaya a encajar demasiado bien.
Dos horas más tarde estoy en la parte trasera de la SUV de Jonas, mientras Dean parlotea en el asiento de copiloto, es increíble que haya accedido a venir a esto, no quiero verlo, joder, me rehusó, he terminado de salvar lo insalvable. Como no puedo ser más infantil, doy un sorbo a mi café frio, mismo por el cual hice una pataleta al punto de que Dean se bajo de mala gana a comprarlo en el Starbucks que dejamos hace un par de calles atrás.
Steve esta terminando de montar el stand cuando llegamos, y el evento ya esta a punto de empezar, le mando un mensaje rápido a mis amigos en nuestro chat grupo diciéndoles que vengan, que será divertido... lo único que recibo son burlas hacia mi persona, y lo mal que lo puedo estar pasando, los ignoro, idiotas. Enfoco mi mente en organizar las camisas, y doblarlas perfectamente como un psicópata, ya que el "Voy contigo Sia" se traduce a estar sentado en una silla, con las piernas estiradas y en un celular, fingiendo que ninguno de nosotros existen en su organizada existencia.
- ¿Aló con el cielo? Dejen escapar más seguido los ángeles - La voz de Trevor llega a mis oídos, y sonrió, cuando se desliza a mi lado y me envuelve en un cariñoso abrazo - Diablos, si no fueras mi cuñada - Me murmura lo suficiente alto para que lo puedan escuchar.
- No lo és - Dice Jonas, le doy una mira, pero el sigue siendo a su manera indiferente.
- ¿Cómo creces tan rápido? - Le pregunto mientras palpo los músculos de sus brazos.
- Hago pesas seis días a la semana. y me alimento... bien - Dice mientras levanta las cejas de manera sugerente, me rio, este maldito niño, ¿Desde cuándo se ha vuelto tan coqueto?
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Por Siempre Incorrecto
Teen FictionAlessia y Lucas Dos corazones rotos. Es inevitable cuando la única persona que te puede sanar, es la misma que te rompió.