2. Hablemos.

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2| Hablemos.

Dana.

Tendría que estar feliz porque mi mejor amigo allá vuelto después de tanto tiempo, pero tengo esos sentimientos encontrados, no sé que me está pasando, quiero llorar, saltar de felicidad, sonreír, gritar. No me entiendo ni a mi misma.
No sé en qué pensaba cuando sali corriendo a la sala de abajo donde hay mesas vacías, me siento una idiota.

Mi amigo de quién estoy enamorada, volvió después de dos años sin saber nada de él.

- ¡Mierda! - Tiro el trapo a la mesa con brusquedad.

No quiero sentir cosas por él. Es mí mejor amigo, joder.
Agitó mis manos para calmar un poco mis nervios, tomo una gran bocada de aire para después soltarlo lentamente.

- Dana - Escucho su voz, detrás de mi - , hablemos.

Sabía que vendría detrás de mi. Me enderezó, tratando de calmar mis nervios y actuar normal. Me doy la vuelta sonriendo, o eso trataba.

- ¿Que pasa, Dana? - Me pregunta, acercándose.

Era obvio que sabía que algo me pasaba, nos conocemos desde que tenemos memoria.

- Haz vuelto - Susurró más para mi que para él, pero se que llego a escucharme.

- Si, volví - Sonríe de lado -. Era una sorpresa pero creo que no te ah gustado.

- Claro que me gusto, pero me hubieras avisado para no haces está tontería - Digo, avergonzada

- No me contestas los mensajes - Dice mirándome a los ojos - y si te hubiera avisado, no sería una sorpresa.

Tiene sentido. Sonrió pero lo dejo de hacer cuando recuerdo los mensajes.

- Lo siento. Es que no tengo tiempo, las cosas de la universidad, mí padre, la escritura, el bar...

No miento cuando digo que estaba ocupada, o creo que una parte de mi lo ponía de excusa para evitarlo. Hablaba tan rápido por los nervios que no se si logro entenderme, sonrió agarrándome la mano para tirar de mi y asi abrazarme.

- Vale, tranquila.

- Te eche de menos - Susurró sobre su pecho. El abrazo era tan cálido que me hacía sentir segura, después de mucho tiempo lo necesitaba. Me hacía sentir en casa.

Me da un beso en la cabeza.

- Yo también te eche de menos, pequitas.

Sonrió con ganas al escuchar aquel apodo. Recuerdo que me hacía bromas por mis pecas cuando era niña, hasta que se hizo una costumbre y lo empezó a usar como un apodo.

- Todavía sigues con eso, Pepi.

Suelta una carcajada, que me contagia. Apoyo mi mentón en su pecho para así mirarlo a los ojos.
Sus ojos se hacen pequeñitos cuando sonreis y eso se me hacía lo más tierno del mundo.

- Eres la única que me lo dice, pensé que te habías olvidado de eso.

- Tus padres y tu hermano también te lo dicen, no soy la única.

- Pero ellos me lo dicen para molestarme. En cambio, tú me lo dices con cariño.

-¿Quien te mintió? - Bromeo.

- Nunca lo vas a admitir, ¿verdad?

- ¿Admitir, qué? - Me hago la tonta.

- Ya.

Sonreímos mirándonos, aún abrazos. Ninguno se quería separar y eso estaba claro porque estuvimos en silencio unos minutos todavía abrazados, hasta que aparecido Fer por la puerta.

- Hola. Perdón por molestar en este momento súper importante y único que están teniendo...

- Dilo ya - Dijimos al mismo tiempo.

Se queda en la puerta con una mano en la cintura, indignado.

- Son tal para cual. - Pone los ojos en blanco -. Danita, tu padre te está buscando y a ti hermanito te llama mamá.

Finalmente nos separamos del abrazo y nos acercamos a Fer para subir las escaleras. Pedri le pasa un brazo por los hombros a su hermano empezando a bromear, incluyéndome.

Iba detrás de ellos, viendo la escena y verlos tan unidos me pareció tan lindo. Dicen que los hermanos cuando van creciendo, se van distanciando, pero ellos aún siguen siendo igual de unidos que cuando eran pequeños.
Nunca pude comprobar aquello por ser hija única, nunca tuve alguien que esté en mis momentos malos o buenos, estuve lidiando con ellos sola, pero creo que debe ser divertido tener a alguien con quien bromear o molestar cuando te apetezca.

Llegamos con nuestros padres riendo por algo que dijo Fer, que nos pareció gracioso. Ellos se encontraban en la barra, mi padre apoyado en ella y los González del otro lado.

Cuando veo a mi padre, camino hacia a él con una gran sonrisa.

- Hola, cielo - Dice al verme, me acerco y dejo un beso en su mejilla. -. ¿Cómo estás?.

- Bien, todavía me queda una hora.

- Dana, acabamos de cerrar - Habla Mary mirándome con una sonrisa.

Recorro el lugar con mis ojos, comprobando que está completamente vacío, ni siquiera el señor Rubén está.
No me di cuenta que ya era tarde por andar pensando en otra cosas.

- Lo siento - Llevo mí mirada a ella y sonrió tímidamente, sonrojada.

- No es nada - Da un aplauso -. Ahora todo el mundo a cambiarse que tenemos que cenar.

- ¿Cenaremos todos juntos? - Pregunto con una sonrisa de niña pequeña.

- Así es, pequitas. - Dice Pedri mirándome con una sonrisa de lado.

Recuerdo que todos los sábados nos juntamos para cenar y hablar de nuestra semana. Era cómo una costumbre que teníamos, mi padre y el señor Fernando son mejores amigos de la infancia.

- Venga, vamos a cambiarse - Dice mi padre.

Nos despedimos de la familia y salimos afuera.
Vamos caminando a casa, ya que vivimos a unos pasos del restaurante, y hablando de nuestro día. Mi padre trabaja en la costa con los barcos, le eh dicho que tiene que dejar de trabajar porque los años ya le están cobrando factura, que podría pedirle ayuda a Fernando pero se niega a hacerlo.

Cuando llegamos a casa, subo a mi habitación para buscar algo que ponerme y meterme a bañar. Me decido por Jean, remera manga larga y un suéter, ya que hace algo de frío y mis converse.

Después de un rato, ya estoy frente al espejo terminando de colocarme el rimel. 

- ¡Apúrate, llegamos tarde!.

- Que vivimos al lado papá, cálmate - Digo, bajando las escaleras y caminando hacia la cocina.

Hoy por la tarde hice una pastel que tenía pensado comerlo con mí padre después de la cena, pero los planes cambiaron. Sería mejor llevarlo para compartir.

Se siente extraño todo esto, es como una felicidad que no puedo explicar. Hace tiempo que no me sentía tan feliz, aunque a la vez mí cabeza me dice una y otra vez que no puedo sentir nada por mi mejor amigo y que debo olvidarme de esos sentimientos por él.

Suelto un suspiro, ya una vez que eh cogido el pastel, con mi padre salimos de la casa y caminamos a la casa de los González.

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Holis. ¿Cómo están?

Bueno, acá está el segundo
capítulo. ¿Que les pareció?

Acuérdense de comenten
y voten que me ayudan
mucho <3

Dentro de unos días subo
el tercer capítulo :)

Subo video a tiktok sobre
le fanfic
User: milebook28

M.

Love Story. Pedri González ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora