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Para quienes lleguen nuevxs o no lo recuerden, esta historia es "boypussy" y, además, se tratarán temas algo sensibles; espero que sepáis que siempre escribo desde el respeto y la sinceridad, si algo no os gusta, solo debéis decírmelo.



En todos los institutos, universidades y escuelas del mundo, se suele dar ese sistema de clases tan típico que a algunos les da los mejores años de su adolescencia, a otros sus mejores amigos y por desgracia, hay un grupo de personas que lo pasa realmente mal.

Esta historia en concreto se va a basar en dos personas que, en realidad, forman parte de ese cúmulo de gente que se dedica a ser sociable y amigable con todo el mundo, que no tiene enemigos y que suelen ser los elegidos para eventos cómo el reparto de panfletos, las obras benéficas y los guías para que futuros alumnos elijan ese instituto cómo opción para pasar sus últimos años antes de la universidad.

Aunque claro está, que no son solamente tan populares por ser agradables y simpáticos con la gente, también tienen una forma específica de convencer y llegar a lo más profundo de las necesidades y deseos de la gente.

Sin embargo, es curioso lo estupendamente mal que se llevan entre ellos dos, solo y exclusivamente porque viven compitiendo por ver quién es el más respetuoso, dulce y tierno de ellos; el capitán del equipo de baloncesto contra el presidente del consejo escolar, una historia tan típica como cliché, que la gente de ese instituto ama con profundidad, porque siempre es una delicia verlos pelear.

¿Por qué? Porque ver a esas dos personas tan hermosas, inteligentes y bellas comerse con los ojos mientras se pelean, es algo que vive en la mente de cualquier chico o chica del instituto.

Este es su último año, dentro de unos meses irán a cursar las carreras que quieren y no tendrán que verse las caras más, aunque eso no impide el hecho de que lo primero que ve el presidente del consejo escolar cuando llega al instituto, es el dedo de en medio del capitán de baloncesto en saludo de buenos días.

Aunque es inevitable que una sonrisa de lado se forme en la cara del presidente del consejo cuando los ojos del capitán se van a parar a sus pies, para subirlos nuevamente y poner esa cara de asco que tanto adora.

— Le odio — masculla, apretando los puños con frustración mientras que su amiga se ríe a su lado — realmente le odio.

— Pero no entiendo por qué — el pelinegro sube una ceja, a lo que su amiga abre la boca, entendiendo — supera ya lo de Namjoon, le van los penes, cariño — y le guiña, ante la mirada ponzoñosa del pálido — además de ser pasivo, tú no tienes nada que meterle.

— Lo sé — asiente, para girarse a mirar de nuevo al presidente, que anda a unos metros de ellos con su amigo — pero yo le quité a Dahyun.

— Deberías dejarle en paz, simplemente no os dirijáis la palabra y punto, es que no entiendo por qué tanta competitividad — la rubia rueda los ojos, al ver a su amigo haciéndole nuevamente gestos vergonzosos con la mano al presidente — todos opinan que haríais buena pareja.

— ¿Con ese? Como me llamo Min Yoongi, jamás saldría con alguien como Kim Taehyung — sentencia, completamente seguro.

Su amiga va a responder, pero un bonito chico los detiene antes de entrar al recinto, sacándole una bonita y coqueta sonrisa al pelinegro, que se pasa el cabello por detrás de la oreja, batiendo las pestañas.

— ¿El capitán de baloncesto podría quedar conmigo esta tarde? — ronronea, relamiéndose los labios.

— A las siete de la tarde es una buena hora para quedar — dicen por detrás; el pelinegro se va a girar para replicarle a ese metiche cuando al hacerlo, su nariz da contra el pecho del castaño, enfureciéndole — ¿No te parece, Yoongi?

— Te odio — dice con simpleza, volviéndose a girar — lo siento, querido, tengo planes esta tarde, pero podemos quedar otro día — el pelinegro se marcha por su lado, con amabilidad — y cuando lo hagamos, ni se te ocurra traer converse.

Una risa gruesa y profunda, que eriza los vellos del pelinegro es casi escuchada en su oído, sonándole a pura melodía, pero manteniéndose en su sitio.

Utiliza su mano derecha para peinarse el cabello hacia atrás cuando entra a esa aula abandonada del tercer piso, mirando con aburrimiento a la persona que le espera con cara de malos humos y dando golpes en el suelo con el pie

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Utiliza su mano derecha para peinarse el cabello hacia atrás cuando entra a esa aula abandonada del tercer piso, mirando con aburrimiento a la persona que le espera con cara de malos humos y dando golpes en el suelo con el pie.

— ¿Conoces el término puntualidad? — gruñe, manteniéndose en su posición a pesar de estar siendo acorralado poco a poco contra la pared.

— Tengo deberes, que parece mentira que no lo hayas asumido de una maldita vez — responde en el mismo tono, posando su mano contra el muro para mirarle de forma socarrona y divertida — ¿Cuánto tiempo tienes?

— Veinte minutos, me tiene que dar tiempo a ir a ponerme el uniforme del equipo — responde, llevando sus manos a los botones de la camisa — hoy debes ser rápido.

— ¿Contigo o conmigo? — ronronea, pegándose completamente a su cuerpo.

— Déjate de gilipolleces de una puta vez, Kim — masculla, acariciando el torso desnudo que se abre ante él — habla menos y haz más lo tuyo, que es para lo único que realmente sirves, maldito.

— Sí, los dos sabemos que soy el mejor — dice mientras le guiña, ganándose un bufido por parte del pelinegro.

Entonces, como si de imanes se tratasen, el capitán del equipo de baloncesto y el presidente del consejo escolar se enfrascan en un beso cargado de deseo, ira, pasión y odio hacia el contrario.

Converse high ❣ TaeGiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora