CAPITULO 310 ACONTECIMIENTO INEVITABLE

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El disparo de una pistola resuena con intensidad en el ambiente, no provenía del arma robada empuñada por la bruja invasora, Vesh, pero tampoco del Mauser C96 de Rozuel Drayt, incluso mucho menos de algunos de sus compañeros, Crok, Allum, Riha o Riza.


La bala disparada golpea en el brazo de Vesh con el que sostenía la pistola, haciendo que la dolencia del impacto soltase el arma y se cubriera la herida en reacción para detener la pérdida de sangre, quien realizo aquel disparo se acerca a la bruja hostil, revelándose como una niña de 11 de corto cabello marrón y ojos castaños, vistiendo una camisa y pantalón remendados como sucios, sosteniendo una pistola en sus manos con el que mantenía apuntando a Madaleg.


— Laiza... -Rozuel la reconoce de inmediato.


La pequeña hermana del esper se reencontró con una Laiza en condiciones de suciedad y empuñando una de sus creaciones, su rostro sumido en ira y el hecho de haber ejecutado aquel disparo, era una bruja que, pese a su edad, estaba determinado a tomar la vida de los enemigos que amenazaban su hogar.


Tres armas de fuego fueron creadas y dejadas en Windaz para usarse en defensa para Marian Drayt, una fue tomada por Riza, Allum y compañía cuando se embarcaron a Quíatar para buscar a Rozuel, aquello fue la escopeta. Las otras dos armas restantes, la primera fue tomada por la bruja invasora y la tercera era otra pistola de un calibre más pequeño que la primera, ahora en manos de Laiza Drayt.


—Mocosa... pensar que había otra de esas malditas armas...


Madaleg con un brazo herido y rodeado, estaba totalmente a merced de la derrota, ¿pero viviría?, en los ojos de la pequeña bruja que le disparo, solo había odio puro hacia ella, Rozuel consciente de ello, estaba por detener a Laiza, hasta que Naya interrumpe.


—Laiza, es suficiente -Dijo la fortachona bruja morena dándole un puñetazo en el pecho a Vesh.


Acto seguido derriba a la bruja intrusa de un segundo golpe dejándola en el suelo inconsciente, Laiza vuelve en sí y su odio se desvanece para luego bajar su arma, para entonces voltear y su mirada quedar boquiabierto al ver a aquel muchacho del brazo de metal.


—¿Hermano?...


Pese al tiempo en que estuvo ausente, la pequeña le reconoció de inmediato, guardo la pistola en una funda hecha a la medida en su cintura y corrió hacia Rozuel abrazándole con todas sus fuerzas, sollozando mientras repetía "hermano".


—Siento la espera, hermanita -El sangre de bruja le abraza también con ambas extremidades.


Incluso el esper no pudo evitar derramar lágrimas ante esta reunión, puede que la cantidad no igualase a la de su hermana, pero sus sentimientos eran sinceros, la felicidad de aquel reencuentro era una calidez sin igual.


—Tu brazo... -Laiza toco la extremidad izquierda dándose cuenta que era un brazo artificial y se alarmo —¿¡que te paso!?.


—Larga historia, estoy bien.


El esper tuvo el control suficiente del brazo para abrazar a su hermana, pero nuevamente empezaba a notar las fallas en mantener los movimientos de la extremidad, pero decidió dejar ese problema para después, había otras prioridades.

Metalord Revolution [Capitulo 201 en adelante]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora