Capítulo 6

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Peter

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Peter

Jugué con mis manos una vez más, era la tercera vez que el profesor comenzaba a revisar mi examen y anotaba garabatos en una hoja de papel, mientras lo comparaba con otro. No era yo, todos mis compañeros estaban igual de ansiosos, solo queríamos que él nos diera nuestra calificación y luego nos dejara ir ya sea a llorar o a festejar, pero el parecía bastante empeñado en torturarnos.

Quince minutos después las dijo, pasó tal y como esperaba, pero yo estaba bastante satisfecho con mi nueve, antes de que saliera del salón me comentó que le gustó la manera en la que simplifiqué resolver el problema, lo tomé como una felicitación y me fui, no me detuve a conversar con nadie, quería ir al centro de la ciudad y tomarme fotos mientras hacía algo heroico para enviársela a J.J. 

-Rayos- murmuré cuando salí del edificio y vi con mis ojos entrecerrados el fuerte sol.

El verano llegaría en cuestión de nada. Decidí que primero comería alguno de los sándwiches que había preparado antes de salir, y para disfrutarlos tranquilamente decidí buscar alguna mesa o una sombra adecuada, no quería escuchar sirenas o un ruido estruendoso o que apareciera otro sujeto extraño y mi sentido de la justicia se interpusiera entre mi almuerzo y yo. Por razones de seguridad, también me alejé de donde vi a Madeline la ultima vez, como de la biblioteca. Comencé a caminar por debajo de los árboles entre el pasto, había más estudiantes por ahí, algunos descansando otros conviviendo.

Mejor prevenir que lamentar. Debía estar un paso adelante de la terquedad del destino para evitar convertirme en su marioneta, otra vez. 

Dos encuentros, eso había sido y sería todo, ya era una enorme coincidencia que me la encontrara en días seguidos, pero el hecho que no la sacara de mi cabeza no significaba nada, salvo que era peligroso. Y era solo eso, coincidencia. Las posibilidades de que nos encontráramos también hoy eran prácticamente nul...

-¡Oye!- 

Por desgracia, solo escuché el grito cuando ya había tropezado con alguien en el suelo y caí de rodillas a su costado. Vi como sobaba su cabeza con su mano.

Ese cabello rubio iba a atormentarme por siempre, ¿verdad?

-Lo siento, estaba distraído y no te vi- me disculpé sentándome a su lado y esperando que levantara la mirada a mi -no sé qué me pasó- 

Las palabras me supieron mal por muchas razones, principalmente porque eran ciertas y no las entendía, mi sentido arácnido era impecable en batalla y en general, me advertía y ayudaba a reaccionar rápido, pero siempre que estaba ella me volvía un torpe. No tenía sentido.

-Estoy bien, no te preocupes- respondió manteniéndose en la misma posición, recargada en el tronco del árbol, acurrucada en sus piernas con la cabeza agachada, el cabello cubriéndole el rostro y las manos donde posiblemente la había lastimado.

Me quedé ahí esperando a que me viera,  por si necesitaba ayuda o algo así pero no hizo nada. Debía admitir que me frustraba, quería volver a ver sus ojos y si estaba lastimada, llevarla personalmente a la enfermería y quedarme ahí hasta que me dijeran que estaba bien.

TASM: A las sombras de Nueva York (Andrew Garfield)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora