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Pasaron un par de meses desde que salí de Hawkins, en ese tiempo me dediqué a buscar universidades lo más lejos de California, no quería dejar a mamá y a Dustin atrás pero eso era lo mejor para mí y ellos lo entendían.

Cada día que había pasado me enfoqué más en mí, mi apariencia, mi forma de vestir, las decisiones que tomaba y en las que no, trabajaba cuidando ancianos y mascotas, siempre trataba de mantener mi mente ocupada.

-Cariño, es momento de volver

Asentí al llamado de mamá, iba caminando por los pasillos de la casa de los abuelos de Dustin, ellos me querían como un integrante más de la familia y eso lo agradecía.

Luego de despedirme de los abuelos nos fuimos directo al aeropuerto, hace una semana que Dustin se había ido de campamento, uno de esos donde van los niños superdotados o como lo dicen "campamento nerd" aunque solo admitían a niños con gran capacidad.







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-Hogar dulce hogar, ya extrañaba mi casa

Llevé las maletas al interior del lugar, mamá estaba más entretenida en decir a los cuatro vientos que extrañaba el lugar que en ayudarme a organizar y guardar las maletas.

-¿Nos tomamos el día libre?

-¿Pedimos comida y dormimos? - la miré.

-Pero que no se entere tu hermano - sonrió.






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-Mamá, voy a salir

Salí en dirección a la sala mientras acomodaba mi camisa dentro del pantalón, mamá miraba su novela a lo que me acerqué a robar las chuches que comía.

-A penas llegamos ayer y ya piensas salir - regañó.

-No tardaré, saldré a buscar trabajo

-Debes tomar un respiro, sé que fue difícil para ti estos meses, pero no debes exigirte

-No haré nada forzado, quizá vuelva a ser niñera de la hija del jefe - sonreí.

-Bien. No te olvides la llave, tengo turno en un par de horas

Asentí.

Tomé las llaves y dinero, salí de casa en dirección al paradero de autobús, aún no tenía licencia ni auto, debía ahorrar más dinero para la universidad y un buen auto.

No pasó mucho cuando el autobús me dejó en el centro comercial, el lugar estaba más lleno que antes de que me fuera, niños, jóvenes, padres y ancianos estaban en el lugar, cada uno metido en sus cosas mientras disfrutaban del lugar.

-Disculpe, ¿me recomendaría su estilista?

Me apoyé en la barra observando a mi amigo de espaldas con traje de marinero, la chica que se encontraba al frente sonrió dejando caer el cono de helado que iba preparando.

-¡Dios! Robin, fíjate en lo que haces - la regañó.

-No puede ser, volviste - sonrió ignorando a su compañero.

Me quedé apoyando mi rostro sobre mis manos en la barra, el chico se giró despacio con drama en él, al chocar su mirada con la mía levantó sus brazos con alivio, de un salto salió de la barra dejando que sus brazos rodearan mi cuerpo, con un par de vueltas me dejó en el piso mientras sostenía mi rostro en sus manos.

-¿Cómo? ¿Por qué? ¿Cuándo? - preguntó.

-Sé que me extrañabas pero no es para tanto - reí.

EN OTRA VIDA || Billy Hargrove Donde viven las historias. Descúbrelo ahora