EN OTRA VIDA || Billy Hargrove

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-¡Elienor tienes 20 minutos para llegar a clase!

Caí rodando de la cama con las sábanas atadas al cuerpo, me quité como pude poniéndome de pie viendo al rubio boca abajo en su quinto sueño.

-Cariño ¿Estás bien? – preguntó atrás de la puerta.

-Si, solo fue el susto, ya salgo

Me quité las sábanas del cuerpo agarrando un polerón mientras me acercaba a la cama.

-Billy, Joder Billy – lo moví – Despierta

Me acomodé el polerón recogiendo la ropa que se encontraba regada en el piso.

-Billy tenemos 20 minutos – solté un golpe en su brazo.

-Maldición, el viejo me va a colgar – saltó de la cama agarrando su ropa.

-Intenta que no te vean

Agarré mi toalla y me metí corriendo al baño, hice lo que pude en unos diez minutos para luego salir a vestirme, no había rastro del rubio por ningún lado, vi la cama donde pasamos la noche anterior lo que me hizo golpear mi rostro para reaccionar.

-Mierda Elienor… se supone que eso no debería pasar

Murmuré negando con la cabeza, tenía entendido que solo era una apuesta por dinero pero por alguna razón desearía que no fuese así, no podía negar que me gustaba lo posesivo que era el rubio o la forma en que cuidó de mí en medio del cementerio, estaba jodida, terriblemente jodida al disfrutar de la compañía del chico. Eso me iba a matar.

-¡Elienor!

-¡Voy!

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Ya había pasado dos clases antes del almuerzo, el rubio no se encontraba por ningún lado y eso me resultaba algo preocupante. Soltando un leve suspiro cogí una manzana y una botella de agua, caminé por las mesas encontrándome con Steve.

-¿Y tu gorila? – preguntó con burla.

-Cállate – lo empujé.

No pasó mucho durante esos minutos, no hasta que Nancy se acercó con la mirada al piso, hice una mueca de incomodidad mirando a mi amigo, este se encogió de hombros bebiendo de su jugo.

-Elienor yo… Discúlpame por lo de ayer, no debí

-No me interesa, Nancy – dejé mi mano en la mesa – Deberías medir tus palabras, como dices… piensa antes de actuar o decir alguna babosada

Me puse de pie caminando a mi última clase, no estaba de humor para hablar con nadie, menos soportar una clase aburrida pero no podía faltar, a mamá le preocupaba los estudios y quería que fuera a una buena universidad, no podía darme el lujo de saltarme la clase.

Iba tan perdida en mi mundo que al girar en camino a los lokers golpeé el hombro de un estudiante, me quejé tomando mi hombro con mi mano.

-Lo siento

Murmuré caminando a mi loker, lo abrí sacando mis libros de curso y mis anotaciones, hice una mueca viendo que no tenía ni un dulce dentro a lo que lo cerré con brusquedad soltando un leve grito a los segundos.

-Dios, casi muero – dejé mi mano a la altura de mi pecho.

-Discúlpame – soltó una leve risa nerviosa – Hola