EN OTRA VIDA || Billy Hargrove

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Maratón 1/3

-Bien chicas, mañana tendremos que animar a los chicos en el festival de fin de año – acomodó sus pompones – Como todas sabemos, son tres viernes seguidos del festival, mañana empieza – habló emocionada – Depende del juego de mañana, el equipo pasa a semifinales y el último viernes es el final, de nosotras depende que la escuela sea el número uno.

-¿A qué hora será el juego de mañana? – pregunté ganando la mirada de las otras integrantes.

-Buena pregunta Eli, el equipo saldrá mañana a las 2 p.m, por lo tanto debemos estar a la 1.30 p.m

-Si, gracias – dejé mis manos tras mi espalda.

-Bien chicas, tenemos última clase

Llegué al salón antes que el profesor, tenía a Steve a un lado y detrás a Billy, este último no me dirigía la palabra y yo tampoco aunque mi enojo ya hubiera terminado.

La clase de literatura se hizo lenta, la profesora leía un capítulo de la obra traducida “Crónica de una muerte anunciada”.

-Atención, por orden se agruparán para el control de lectura, será de dos y tenemos la última hora para que terminen.

La profesora comenzó a leer de su lista entregando el control de lectura a los nombrados.

-Hargrove y – hizo una pausa – Henderson, Harrington y Hongrie

Me puse de pie al escuchar mi apellido, me acerqué tomando las fichas y las de Steve a lo que cuando pasé por su lado se lo entregué.

Al ver que le rubio no se movía tomé mis cosas acercando mi mesa a la suya, con todo mi esfuerzo lo logré a lo que luego me senté.

-Haces la primera parte y yo la segunda – entregué las hojas correspondientes.

-Son muchas

-Lo sé, por eso lo dividiremos – acomodé las hojas por capítulos – Tenemos cuatro capítulos cada uno – hice una mueca – ¿Leíste?

-¿Me ves con cara de leer? – miró a la chica con una mueca.

-Esto no puede ser – puse mis manos en su hombro sacudiendo su cuerpo - ¿Tomaste atención?

-Si, escuché algo – miró las hojas – Sé esta respuesta – señaló una pregunta – Y esta – señaló otra – Mierda, sé todas estas

-¿Cómo?

-Maxine lee en voz alta, debí escucharla – marcó las hojas.

-No me mientas – me acerqué a ver sus respuestas – Tu gran conocimiento es responsable de la mitad de la nota.

Pasó media hora en las que me dediqué a leer y responder, no sabía como iba el rubio pero no me preocupaba ya que al verlo de reojo agarraba el libro y luego las hojas, solo esperaba que las respuestas sean las correctas, las mías igual.

Quince minutos después ordené las hojas luego de revisar que ninguna faltase, me acerqué al rubio dejando mi cabeza sobre su brazo sin despegar la mirada de la hoja.

-Deja de hacerlo, me pones nervioso – murmuró.

-Se que te gusto Billy, ya no lo niegues – susurré con una sonrisa en broma.

-Si, me gustas – giró su rostro dejando cerca al de la chica.

-Cállate y resuelve – sentí mi rostro caliente por lo que me separé agarrando las hojas resueltas y escribir nuestros nombres.

Íbamos de salida de la clase, tenía al rubio a un lado mientras caminábamos por los pasillos.

-¿Te llevo? – preguntó.