EN OTRA VIDA || Billy Hargrove

-01-

Otoño, una de mis estaciones favoritas del año. Este clima era uno de los más agradables, había poco sol y mucho, mucho viento, pero nada se comparaba con el hermoso invierno.

Era tarde, no tanto ya que solo había oscurecido, estaba frente al espejo contemplando mi ser, mi precioso ser, eso hasta que el pequeño Dustin ingresó como loco buscando algunas monedas.

-No vas a encontrar nada - aseguré dejando mis brazos cruzados sobre mi pecho.

-Carajo - sacó la cabeza de mi armario para dirigirse debajo de la cama - Vamos Eli, debes tener unos cuántos dólares por aquí

-Cierto, los tengo - sonreí cuando el menor me miró con el rostro iluminado - Pero no te los daré

-Y te dices llamar mi hermana

Al ver como el niño salió corriendo en dirección a la sala negué con la cabeza buscando que ponerme, hoy saldría a comprar una que otra cosa para la escuela, no quería que mis notas bajen si deseaba entrar a una buena universidad.

Salí de mi habitación terminando de arreglar mi ropa, el pequeño Dustin había puesto la casa boca abajo, todo era un desorden.

-¿Podrías ver debajo de tu asiento?

-Enano, que no se te olviden las palabras mágicas y no me refiero a que solo digas "mierda" o "carajo" - me recargué en la pared.

-Si si -Miró a mamá- Mamá por favor es una emergencia

Me acerqué a acariciar el gato de mamá ya que se ponía de pie, ese gato gordo siempre se llevaba la atención de la mayor, pero no podía quejarme, a lo menos me ahorraba las explicaciones cuando salía, solo esperaba que ese gato sea eterno.

-Te amo mamá, te amo hermana

El menor salió disparado a lo que creía que era su habitación, miré a mamá encogiendo mis hombros en símbolo que no entendía, al parecer lo entendió pues se fue a sentar.

-Vuelvo luego mamá, te amo

-¿Llevarás el auto?

-Recuerda que no tengo licencia

Me fui de la sala a buscar al enano, no podía dejar que salga solo con un par de monedas en el bolsillo.

-¿Vas al arcade?

Pregunté mientras con disimulo metía la mano en mi bolsillo para sacar un billete.

-Si, aunque solo tengo un dólar

-Pues ahora tienes dos - Le pasé el billete de un dólar bien marcado, este lo tomó y lo examinó.

-¿No tienes otro?

-No seas ambicioso niño, agradece que te doy un dólar, en mi tiempo solo me daban centavos

Empujé su frente con mi dedo índice, este solo soltó una pequeña risita, no iba a dar más de un dólar al niño, que aprenda a ganárselo.

-¿Irás caminando?

-No, voy a volar

Salí tras de él, al verlo irse con su bicicleta solté un suspiro metiendo las manos en los bolsillos, caminé un par de cuadras, pero al rendirme un carro se detuvo en la orilla, me agaché a la altura de la ventana de este para ver quién era.

-Señorita... ¿Necesita que la lleve?

Sonreí negando con la cabeza al ver que se trataba de Steve, si, aún tenía sentimientos hacia él pero debí dar gracias al poder ocultarlo, me acerqué y subí acomodando el cinturón.