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『••✎••』

Primero vamos a lavar los rábanos — mandó Hanbin. Seoeun y Yoongjae se pusieron a ello. A no ser que me obliguen, yo me quedo aquí detrás y prometo no perturbar el orden de la cocina.

— ¿Alguien quiere un mandíl? — ofreció Nadine, agarrando unos cuantos y repartiéndolos. Le dio uno a las personas que fregaban, las cuáles comenzaron a pelear por quién se lo ponía. Seoeun quería que lo llevara él porque iba de blanco, y Yoongjae quería que se lo pusiera ella por educación.

Nadine me ofreció uno también, pero estábamos escasos de delantales por lo que decidí darle el mío a Hanbin, ya que era el cocinero.

— No, no, por favor, póntelo tú — negó rotundamente.

— Yo no voy a hacer nada, eres tú el chef — intenté convencerle — Por favor, póntelo, me sentaría muy mal que te mancharas la camisa por mi culpa.

Mis ojos de gacela malherida tuvieron efecto sobre él, ya que aceptó a mala gana ponerse el mandíl. Aunque esa sonrisa suya no desapareció nunca de su rostro. Que sea tan agradable verlo lo hace más atractivo.

— Deja, te lo ato yo — le ofrecí mi ayuda cuando noté como le costaba anudar la tira en su espalda.

— Es la recreación de la misma escena de película romántica pero a la inversa — comentó burlona Nadine. Y es verdad, no me había percatado pero Yoongjae también estaba anudando el delantal en la espalda de Seoeun en ese momento. Se supone que en las películas románticas normativas es el chico el que ofrece ayuda a la chica y no a la inversa, ¿no? Bueno, hemos roto esa regla.

— Somos unos caballeros — se rio Yoongjae, haciendo referencia tanto a mí como a él. Todos compartimos unas sonoras carcajadas, pero es cierto que Hanbin parece algo tímido. Espero realmente no haber herido su orgullo.

— Voy a hacer el fuego — dije. Sería complicado, pero es mejor que cortarme un dedo. Soe también se ofreció a ayudarme con la lumbre.

— Tened cuidado — nos advirtió tanto Hanbin como Seoeun.

— Ya está anocheciendo, mira que bonito el atardecer.

Mientras echábamos la leña dentro de las dos grandes estufas, fue inevitable no mirar la increible puesta de sol que se presenciaba, bañando todo el mar. Lo que daría por tener mi teléfono ahora mismo.

𝙀𝙨𝙘𝙖𝙥𝙚 𝙩𝙤 𝙥𝙖𝙧𝙖𝙙𝙞𝙨𝙚 [Single's Inferno Season 2] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora