𝙀𝙨𝙘𝙖𝙥𝙚 𝙩𝙤 𝙥𝙖𝙧𝙖𝙙𝙞𝙨𝙚 [Single's Inferno Season 2]

２５

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『••✎••』

La mirada sorprendida de mi acompañante tras la oración estúpida que emití sin pensar, que tuve que rectificar enseguida, me hicieron darme cuenta que hay que tener excesivo cuidado con lo que se dice aquí dentro. Todo se magnifica, todo parece mucho más de lo que es. Y no quiero confundir a las personas sin sentido. Porque si ya es sencillo pensar cosas que no son sin hablar con el otro, debería ser delito también hacerlo con las palabras.

— L-Lo que quiero decir — tartamudeé nerviosa, intentando buscar las palabras indicadas rápido para poder explicarme — Que me gusta mucho tú forma de sentir con Seulki. Y-Ya sabes, no tú, Seulki...

Divagé vagamente durante unos segundos, en los que mi voz se fue perdiendo en la niebla. Jongwoo no me miraba a los ojos, en lugar de eso, su mirada no se apartaba de la espesura negra enfrente nuestra. En otras circunstancias diría que está mirando al mar, pero a penas se distingue algo en lo que fijarse si no es en la más plena oscuridad. Con esta estampa, habló, más dirigida a las olas que para mí.

— Si Habin no estuviera participando — comenzó pensativo — ¿A quién elegirías de entre todos nosotros?

¿Quién es mi segunda opción? Buena pregunta, porque no la tengo.

— No me he fijado en nadie que no sea Hanbin — me sinceré en un susurró. De repente, todo parecía más serio de lo que debería ser — ¿Y tú? — pregunté, esperando la misma respuesta de su parte. Parece muy atraído por Seulki, dudo hasta que haya pensado en alguna de nosotras de otra manera en algún momento. Me equivocaba al parecer.

— Si Seulki no existiera, me hubiera fijado en tí — confesó, mirándome a los ojos por fin — Incluso ahora también lo hago.

¿Qué? ¿Qué es esto? No entiendo, ¿por qué dice esto ahora? ¿Es porque no confía en su futuro con Seulki? ¿No cree que finalmente pueda pasar algo entre Hanbin y yo? ¿Quiere tenerme cómo segunda opción?

— No entiendo, Jongwoo — murmuré de nuevo, sin querer romper el contacto visual todavía.

— No tienes que decir ni entender nada — me cortó, negando con sus manos, como si quisiera eliminar la tensión tan evidente que se había forjado entre nosotros — Es sólo que siento que debía decírtelo — casi ni consigo distinguir sus palabras de lo suave que suena su tono de voz. Está avergonzado. Y yo también, así que necesito irme de aquí cuanto antes.