Empezó a moverse, despacio, y ese ritmo duplicó mi deseo por él. Se sentía intenso. Muy intenso. Precisamente porque iba deliberadamente lento la ansiedad me comía y por eso lo sentía incluso más.
—Realmente me encanta que te muestres tan receptiva conmigo —susurró—. Me vuelves loco.
Mi excitación se fue incrementando. No cambió el ritmo. Las oleadas de desesperación me consumieron al punto de arquearme y volcar el bote de lápices de la estantería. La sensación era abrumadora pero también insoportable.
—Ve más rápido —me urgí—. Más rápido... Más...
—No, no, Vero. —Se detuvo—. Dijimos que teníamos que ser buenos.
Retomó el ritmo pero lo hizo aún mucho más despacio. Ay; joder. ¡Joder! Estaba a punto de correrme y no podía porque cuando lo notaba se detenía y me dejaba ahí, al límite. Dios. ¿Qué mierdas me estaba haciendo? Eso de retener el orgasmo era una práctica del BDSM, ¿verdad?
—Por favor. —Reprimí varios suspiros y me agarré al borde de la repisa—. No... No te pares... No te pares...
Perdí la cuenta de las oleadas que me sobrevivieron y me dejaron al punto del éxtasis, hasta que hubo un momento que no lo pude soportar más y estuve a punto de gemir demasiado alto. Menos mal que entonces buscó mis labios. Mis exclamaciones murieron en su boca. Y, por fin, agarrada a su cuello, temblé, me estremecí y, en aquel escritorio, tuve el orgasmo más fuerte de mi vida. Jung Kook no tardó en seguirme y, a juzgar por cómo cerró los ojos y suspiró, debió de ser igual de intenso para él.
—Te ha debido de gustar mucho —comentó, cuando nos dejamos caer en la cama y yo, relajada y medio abstraída como estaba, no me di cuenta y busqué arrebujarme en sus brazos—. Creo que esta es la primera vez que te acercas así.
—¿Así como?
—Sin miedo.
—No es antes tuviera miedo —corregí, sin apartarme—. Es que no fiaba de ti.
—¿Y ya sí?
—Más o menos —admití—. Eres muy hermético.
Se puso de lado. Quedamos frente a frente. Sus preciosos ojos castaños me observaron, con una seriedad que hacía mucho no le notaba.
—Es cierto. —Que lo reconociera me sorprendió pero lo hizo aún más lo que dijo a continuación—: ¿Qué te gustaría saber?
Muchas cosas. Quería que me contara por qué su madre le enviaba a mi casa, por qué había estado vendiendo drogas y por qué le costaba tanto quitarse esa máscara de tipo engreído con la que se movía por la vida. Quería saber por qué parecía importale todo una mierda y por qué mi familia le había dado dinero pero también quería que me hablara de él, de las cosas que le gustaban y de sus aficiones, de sus metas y de lo que realmente pensaba de mí. Lo quería saber todo.
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ÚLTIMO DESEO 《JJK》
RomanceBienvenido, usuario. Por favor, ingresa nombre de usuario. Por favor, introduce fecha de nacimiento. Por favor, autoriza geolocalización. Por favor, introduce contraseña. Repite contraseña. Un momento... Generando perfil... ¡Gracias por la esp...