1 | La aplicación

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Vivimos en un mundo dominado por la tecnología

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Vivimos en un mundo dominado por la tecnología. Para nuestros padres era impensable pagar por el móvil, estudiar a través del aula virtual o solucionar nuestros quehaceres con un simple clip. Porque sí, este es nuestro mundo: el mundo del clip.

Que se te rompe una tubería, clip a la web "Reparaciones y Averías" y listo. Que quieres comprar ropa, clip en tu app de moda favorita (eso sí, conviene cerciorarse primero de la talla y no jugar a las modelos, que luego vienen los disgustos). Que te urge salir con alguien, clip en alguna red de solteros, que no hay pocas, y a cruzar los dedos para no encontrarse con algún idiota que ha trucado la foto de su perfil. Y, si lo que necesitamos es hacer un regalo a un amigo, lo que hay que hacer es ir a esa aplicación nueva, la que con los datos que pongas te sugiere lo que le posiblemente le gustará, y asunto arreglado.

Así funcionan las cosas ahora. Es muy diferente a lo que mi madre cuenta sobre su adolescencia, cuando había cabinas telefónicas por las calles y solo un canal de televisión. En ese entonces la vida diaria transcurría cara a cara, a través de relaciones humanas que poco a poco fueron sustituidas por aplicaciones utilitarias y de entretenimiento.

No es que sea malo, claro que no, pero quizás antes fuera un poco mejor. En lo personal, a mí el exceso de ofertas que no sirven para nada en el dispositivo móvil me disgusta. Cualquier persona se llama a sí mismo "desarrollador", siento que hay pocas cosas que realmente marquen la diferencia y, desde luego, aplicaciones como Último Deseo, creada para satisfacer los teóricos últimos deseos que nos gustaría cumplir antes de morir, no contribuyen a mejorar mi perspectiva.

Literalmente me parece absurdo que exista algo así y, sin embargo, a la gente le encanta porque circula como la espuma por la Facultad de Psicología en la que estudio como si fuera la joya de la corona de la red móvil. De eso bien que se ha ocupado Lisa, la delegada de clase que, a parte de ser la cara publicitaria en los carteles de la Universidad, se está formando para ser modelo y se lo tiene un poco subido (aclaro que no tengo nada en contra de las modelos).

Bueno, por volver al asunto, el caso es que Lisa ha sido la responsable de que ahora todos mi alrededor planifiquen sus "deseos pre - muerte" con la misma alegría con la que se prepara una fiesta de cumpleaños. Apareció una mañana, con su melena de mechones dorados y rosas perfectamente planchada, se plantó en la tarima del profesor, muy digna ella, y nos echó una charla motivadora sobre lo que denominó "lo más top de las redes que debes tener sí o sí a menos que no desees ser llamada persona en este mundo". Y, obvio, con ese eslogan, ¿quién no se la iba a descargar?

—Verónica. —Mi amiga Soo Bin, sentada en la banca de atrás, me tiró de la chaqueta—. Ey, Verónica.

—¿Qué pasa? —mascullé, sin levantar la cabeza de los apuntes de Psicoterapias que estaba transcribiendo.

—¿Sigues sin instalante la aplicación?

Por supuesto. A duras penas tenía perfil de Instagram, y eso que lo de publicar fotos podía entenderlo (en parte, porque compartir la imagen de tu desayuno diario, ¿en serio es necesario?)

ÚLTIMO DESEO 《JJK》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora