CAPITULO 8

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Leo no sabía dónde estaba, era un terreno baldío y lo único que se distguia era un gran río.

El sonido del andar de un caballo llamo su atención, empezó a buscar la fuente del sonido, encontró al Charro Negro estrechando la mano de un hombre alto, vestido como campesino, de pelo ceboso que apenas se distinguía el color marrón oscuro que tenía.

-Entonces tenemos un trato - el Charro  devolvió a subir a su caballo-, vendré por tu alma cuando no te quede ni un centavo en la cartera.

El campesino asintió con una sonrisa triunfal en el rostro.

-Pues que así sea

De repente, la tierra empezó a temblar, el chico miro al suelo y con terror vio como la tierra se abría, la grieta se hacía cada vez más grande mientras se acercaba al muchacho, este trato de escapar pero era demasiado tarde, la tierra se trago al cazafantasmas.

De nuevo, el joven panadero se encontraba en oscuridad, sin otra opción, comenzó a caminar, era un tipo de sala, aunque realmente no se podía ver nada, de repente, una luz blanca intensa se encendió tras el.

Leo volteo, ahora sabía dónde estaba, en "La Casa De Los Espejos".

Con miedo se acercó al espejo que tenía frente suyo, apoyo su mano en el, como la última vez. No había duda de que ese era su reflejo, esperaba que volviera a golpear el cristal con rudeza mientras esté se rompía, pero se equivocó, en su lugar el reflejo desapareció y apareció otro.

(V/M) estaba dentro del espejo, Leo ahora apoyo las dos manos en el espejo, su amigo lo veía fijamente, se notaba asustado, temblaba y de sus ojos las lágrimas luchaban por salir.

- Leo - murmuró él reflejo-, ayúdame

La habitación entera comenzó a desvanecerse de a poco, Leo, en un acto de desesperación, comenzó a golpear el cristal para sacar a su amigo de ahí.

-¡Leo!¡Por favor ayúdame!- el reflejo puso ambas manos sobre el cristal- ¡Auxilio!¡Ayúdame Leo!- cada vez estaba más desesperado.

Entonces, el joven San Juan vio como el espejo se tornaba de un color negro profundo que no reflejaba la luz, la oscuridad engulló a su amigo mientras gritaba de desesperación.

-¡(V/M)!

¡Leo!

¡Leo!

¡Despierta!

¡Recuerda!

¡Leo!

El chico por fin despertó.

Miro a su abuela sentada a su lado, estaba en su cuarto, ¿que había pasado?,por un momento recordo cuando llegó a Xochimilco, entonces fue se acordó de todo

La desaparición de (V/M), la visión del Charro Negro, ese sueño, ¿que ha pasado?. Con un poco de pesadez en el cuerpo se levantó, en ese mismo instante su abuela lo abrazó.

-Leo, ¿cómo te sientes?¿Que te duele?

- Estoy bien abuela - el chico le dedicó una sonrisa - ,¿como llegué aquí?

- Alberto te trajo, te desmayaste frente la iglesia.

-¿Ya encontraron a (V/M)?

Su abuela solo nego con la cabeza

- Hoy fueron a poner el anuncio de desaparición.

Un escalofrío recorrió el cuerpo del chico, había visto al Charro frente la iglesia la misma noche en la que su amigo había desaparecido, por un momento sintió terror, ¿habría hecho un trato con el Charro?,su amigo era un avaro interesado, podría haber hecho algún extraño trato con el ente sin saber de los riesgos, pronto desecho la idea, su amigo era estúpido, pero no tanto como para vender su alma.

¿Donde estaba su amigo?



Luisa Martinez era la encargada de mantener en orden la casa del Charro Negro, responsabilidad que compartía con Resendo, mientras el se encargaba del trabajo pesado, ella hacia lo más fácil, ordenar limpiar la casa, acomodar las almas y limpiar los frascos, asegurarse de que la comida del patrón este bien cocinada, supervisar el mantenimiento del jardín y arreglar los trajes del diablo.

Pero ese día algo era diferente, la persona que llegó a la hacienda esa noche, había sido la descendencia del Charro Negro.



-¡Xochitl! Deja de andar de aquí para ya, me despeinas de la ansiedad - decía Teodora acariciando su cabello

-Entiende Teodora que no puedo - respondió Xochitl -, era el Charro Negro, no lo derrotamos y ahora volvió a ir tras Leo, si logra atraparlo...

- Ese demonio no le tocará ningún cabello a nuestro amigo- sentenció Don Andrés alzando su espada.

-Ps lo pudimos medio matar una vez...podemos volver a hacerlo- decia Evaristo mientras fumaba un cigarro de dudosa procedencia.

-¿Y que tal si ahora es más fuerte?- la indígena estaba realmente paranoica

- Entonces intervenidos nosotros- Chimo abrazo a su hermana, tratando de tranquilizarla-, Eva tiene todo el poder que necesitan para desacerse del Charro en caso de que ataque a Leo.

La joven le devolvió el abrazo a su hermano, estaba asustada, le mataba el no saber si Leo estaría bien.

Aunque la compañía de su hermano la confortaba.

Habían descubierto el portal entre vivos y muertos que había en la casona después de unos días de haber vuelto a Puebla, con ayuda de las calaveritas Finado y Moribunda lograron abrirlo. Poco tiempo después de haber estado allí, Chimo los había encontrado, llevándolos hasta el escondite de Eva (ahora cuñada de Xochitl), dónde además de presentarse y comer un poco, la mujer catrina le había devuelto la voz a los hermanos calaca, era una sorpresa para los héroes, nunca se imaginaron de que los hermanos hubieran podido hablar.

Ahora Alebrije solo quería que se callarán.

Una noche, Xochitl había salido de la casona para dar una vuelta por Puebla junto a Alebrije, pensó que sería un paseo tranquilo y que al final podrían pasar por la panadería para ver a Leo, pero fue de todo menos sereno.

Encontraron a Leo desmayado en medio de la plaza de la iglesia, cerca de ahí, un portal del Charro Negro se cerraba.

Leo volvía a estar en peligro apesar de no tener su don.

Una nueva aventura//Leo San Juan x Lectora//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora