La mujer mentiría si dijese que no estaba incómoda, desearía irse en ese mismo instante pero eso hacían y ella no lo era.
Aunque para dejar de escuchar las tonterías de Fernando pensaba en ser cobarde.
Estaban sentados alrededor de una gran mesa de madera, en el comedor de la casa San Juan se encontraban Dionisia, Doña Toñita, Leo, Nando y su esposa, tenían un plato de mole frente a ellos y el que hablaba más era Nando, no es que a ___ le cayera mal, simplemente que no se callaba. Nunca pensó que el gran Charro Negro estuviera volviéndose loco escuchando a un humano, ahora desgraciadamente no era un pensamiento.
Por fin se cayó y ___ se sintió aliviada de poder comer en paz, se volvió a su prometido y le pregunto en tono curioso:
- Oye, a ti te gusta mucho la vieja casona de los Villavicencio, ¿verdad Leo?
El chico se atragantó con un pedazo de pollo y empezó a toser, la joven le daba palmaditas en su espalda, después de un rato contesto:
- Si, me gusta un poco, ¿porque?
-Quiero darte un regalo de bodas, es todo- la diabla tenía una buena intención, aunque está tenía doble cara.
-¿A qué te refieres con eso?- pregunto Doña Toñita.
- Podría comprarle la casona a Leo si el así lo quiere.
- ¿Enserio?, osea, ¿de dónde sacarás el dinero?- pregunto la esposa de Fernando.
- Mi padre falleció hace poco días, la herencia que me dejó la utilizaría para comprar la casa - nunca creyó que Arturo fuera a servir algún día, pero le estaba haciendo una fachada perfecta.
- Vaya hermanito - comenzó a hablar de nuevo Nando -, si que te encontraste una buena mujer.
Leo no pudo evitar sonrojarse, volteo a ver a ___ y noto en la sinceridad de su rostro que hablaba completamente enserio.
- Realmente no es necesario ___, de verdad - trato de hacerla cambiar de opinión.
- No me importa que no sea necesario, solo quiero que estés bien y tener un techo para cuando visitemos Puebla.
Leo realmente se sentía alagado por la propuesta, pero no creía que a sus amigos les gustase mucho la noticia, aún así, comprar la casona llevaría su tiempo y faltaban solo un par de meses para la boda, en ese tiempo lo más probable es que no la consiga para la fecha, aunque claro estaba hablando de el Charro Negro, cualquier cosa que pareciera imposible era posible en sus manos.
- Saben, me recuerdan mucho a cuando recién me fui a vivir con Teresa a la capital - empezó a hablar Fernando.
Leo siguió comiendo, frustrado por no poder hacer que su hermano se calle, miro a ___ y noto como su ojo izquierdo empezaba a tener un tick, no pudo evitar soltar una risilla, no era la primera vez que pasaba, muchas otras ocasiones cuando se quedaba a comer en su casa le había pasado, roso un poco su mano libre en uno de sus brazos, sintió como ella se estremeció un poco y como por arte de magia el tick desapareció.
Siguieron comiendo con normalidad, después siguió la plática y entre risas y temas de conversación se fue la tarde.
Salieron de la panadería para despedir a Fernando y a Teresa, a él le había agradado mucho ___, le recordaba a (V/M) y le parecía que ella y su hermano estarían bien en su matrimonio. Por otro lado, su esposa no estaba del todo convencida, la forma de hablar y sentarse de su cuñada le parecían extrañas y no aptas para una señorita, le parecía, ¿cómo decirlo?, marimacha.
Aún así, hasta ella notaba el cariño que Leo le tenía a su prometida y lo nerviosa que está se ponía al estar junto a el, parecían dos niños enamorados y eso le parecía tierno.
Cuando Leo le dió la mano a Nando para despedirse de él, este la tomo y termino abrazándolo mientras le revolvía el cabello, bien dicen que las viejas costumbres no cambian, después de soltarlo le dijo:
- Espero que seas feliz...¿chisguete?
Leo se rió y le dió un golpe en el brazo a su hermano.
- Mejor ya no me digas así.
Por primera vez, Nando le hizo caso a Leo.
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- Ya no puedo encontrarla - decía Eva con preocupación
-¿A qué te refieres con eso?- ___ se acercó más a ella.
- Ya no encuentro a Moira, no tengo ni un rastro de ella- parecía a punto de tener un ataque.
Un extraño sentimiento recorrió el cuerpo de la Charra, ¿acaso era miedo?, no, no podía darse el lujo de temer, una loca y poderosa hechicera podría descontrolar el balance entre el mundo de los vivos y muertos, no era momento para tener miedo.
___ se acercó al lago en medio de la sala y vio el camino que había seguido la bruja, después de desacerse de su prisión en Puebla se dirigió a Xochimilco, luego de pasearse por ahí fue a Guanajuato para de nuevo seguir una ruta sin aparente sentido, después se fue y paseo por montañas secas hasta llegar al pueblo más cercano, hasta ahí, podía notarse un intento de llegar de nuevo a Puebla, pero se detuvo, en vez de eso trato de conjurar un hechizo que falló, seguido de esto, huyó en dirección a Jalisco y a mitad de camino se perdió el rastro, no le veía sentido, era una ruta que no tenía nada de especial, incluso parecía ir en círculos, la desviación solo lo hacía más confuso, ¿que buscaba Moira?¿Porque se había robado las almas de la hacienda?
Un misterio que parecía no tener solución.
- Debemos proteger los portales que siguen en pie- exclamó Chimo- , no podemos dejar que venga aquí para recuperar su poder.
- No puedo hacer mucho- hablo ___-, no se me permite acercarme a ellos, menos a los de suelo Santo.
-Protege el de la casona - suplico Eva-, puedes comprar la propiedad y proteger el portal, es más probable que busque ese primero.
- Haré lo que pueda, pero no podré protegerlo por completo y lo saben.
- Tenemos amigos en la casona que te pueden ayudar- Chimo estaba decidido.
A la Charra no le sorprendió, pero aún así soltó una risita y le dijo en tono sarcástico:
-¿Quien vive en la casona?¿Un alebrije que es amigo de Don Quijote?
Realmente era buena para adivinar.
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Una nueva aventura//Leo San Juan x Lectora//
FanfictionDesde hace un tiempo las aventuras de Leo San Juan han terminado, ahora vive como cualquier chico normal en Puebla, aunque esto cambiará cuando una extraña noche, su mejor amigo desaparece y vuelve a encontrarse con el Charro Negro. Un trato del pas...