CAPITULO 20

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-¿Quien de los dos es tu elegido?- la voz de ___ resonó por toda la sala principal.

La diabla apareció tras Eva, su mirada era severa, su rostro serio y semblante impenetrable, a Carlos le parecía un sacrilegio que su hermana estuviera sería, pero ahora lo veía más como una realidad que como una fantasía. Eva señaló a Leo.

- Es ese- habló- , el es tu prometido.

___ camino hasta Leo, a él le causó ternura verla, aún con toda su seriedad y poder era más baja que el, le parecía irónico.

-¿Cómo te llamas?- pregunto ella

- Leo San Juan - respondió este

- Así que este es mi prometido - lo miro de arriba a abajo, como analizandolo-, ¿no conseguiste algo mejor, Eva?

- Discúlpame, era lo único que me quedaba.

Leo se sintió ofendido de nuevo, pero realmente no le sorprendió, ___ siempre hizo chistes con su apariencia así que no le molestaba del todo que le dijera eso.

La Charra guío su mirada a Carlos, este la veía con nostalgia, sus ojos vidriosos mostraban amor y su cuerpo tenía el impulso de abrazarla, ___ solo lo miro raro.

- Y este, ¿quien es?-pregunto con un poco de molestia en su voz.

Carlos sintió como si le clavaran agujas en el corazón, era verdad, su hermana no se acordaba de el.

- El es Carlos será tu hermano- respondió Eva sintiendo lastima por Carlos.

Leo se acercó a Eva y en un susurro le pregunto:

-¿ Porque estás aquí?

- ¿De verdad crees que es fácil convenser a un Charro de casarse?- respondió bajito

- ¿Y que hiciste?

- El nuevo tratado de paz dice que si el Charro Negro quiere que deje en paz su negocio ella tendrá que contraer matrimonio con quién yo diga.

-¿Eso no es un matrimonio arreglado?

-¿Quieres recuperar a tu amiga?

Leo ya no dijo nada y se fue hasta donde estaba la Charra, se sintió tonto por lo que le preguntaría pero aún así lo hizo.

- ¿Cómo te llamas tú?

Ella se lo quedó mirando, como juzgandolo por su comentario.

- No tengo nombre.

Leo volvió a reprenderse, era obvio que no recordaba ni su nombre, a Carlos parecía que le estuvieran sacando el corazón, realmente nunca pensó en sufrir tanto, se había preparado para hablar con ella, pero no estaba listo, probablemente nunca lo estaría.

- Entonces, ¿podemos ponerte uno?- pregunto Leo empezando a sentir dolor en el alma

- Pues...- la joven no había ni terminado de hablar cuando Carlos lo hizo.

-___ tu nombre será ___.

La Charra se le quedó viendo, pensó un poco en el nombre para después alzar los hombros y decir:

- Me parece bien.

Carlos quería llorar, Leo se sentía culpable por traerlo y Eva se sentía mal por ambos, la Charra se volteo a ver a Leo y con cara pícara y tono coqueto le dijo:

-Entonces, ¿vas a proponerme matrimonio o no?

El chico salió de sus ensoñaciónes y un sonrojo subió a su rostro.

-Bu-bu-bueno, y-y-y-yo...

-Solo hazlo Juancho -Carlos se limpiaba las pocas lágrimas de sus ojos.

Leo, con cuerpo tambaleante y cara sonrojada comenzó a arrodillarse de a poco, cuando estuvo en el suelo saco un anillo de compromiso de su pantalón, tuvo el impulso de tomar las  manos de ___ y dándoles un pequeño beso le pregunto:

-___ , Charra Negra, ¿te casarías conmigo?

La joven luchaba en su interior por no demostrar que el joven la había conmovido, sentía un pequeño atisbo de amor hacia el, realmente no sabía el porque, apenas lo conocía y su matrimonio era arreglado por Eva, pero sentía que gritaría de la emoción cuando sonrió y respondió:

- Si, me caso contigo - Leo le puso el anillo en el dedo.

Ambos sintieron una pequeña carga eléctrica recorrer su cuerpo, el chico se levanto del suelo y por inercia abrazo a su ahora, prometida.

- Bueno - dijo Eva-, es hora de ir al mundo humano.

___ se separó de Leo y fue la primera en salir de su hacienda con sus poderes, cuando los demás la alcanzaron afuera, está silbó y un enorme portal de fuego se abrió frente a ellos.

- Las damas primero - ___ dejó pasar a Eva.

Antes de que ella cruzará, Leo acudió a ayudarla a cruzar, ella acepto la ayuda mientras trataba de controlar sus emociones.

En cuestión de segundos, todos estaban en Puebla iluminados por la luna de la madrugada.

Esa noche había fiesta en el pueblo, la música sonaba a todo dar y las personas bailaban sin cansancio, toda la ciudad estaba ahí, menos Magdalena.

Sus padres la habian dejado sola en casa y ella no tenía el suficiente valor como para salir sola, se quedó en su cuarto mientras escuchaba el barullo de afuera, entre tanto ruido, escucho como tocaban la ventana, cuando volteo a ver, se encontró con un hombre vestido de charro sentado en el borde de la ventana.

-¡Agustín!- Magdalena camino hasta la ventana y la abrió-¿ que haces aquí?

- ¿No puedo venir a ver a la mujer más bonita de la ciudad?

La joven se sonrojo

- Pasa

Después de que el Charro entró, comenzaron a hablar amenamente, llevaban un año de conocerse y disfrutaban la compañía del otro, tal vez demasiado para ser amigos.

Con cada minuto que pasaba, el hombre soltaba un nuevo halago o piropo para la joven, está siempre cambiaba de tema mientras sus mejillas se volvían rojas.

El tema de la fiesta no tardó en salir.

-¿Porque no fuiste?, tenías muchas ganas de ir.

- Mis padres no están en casa, me da miedo salir así y dejar la casa sola.

- A ti también te podría pasar algo aquí sola.

- No había pensado en eso, supongo que yo...

El hombre se paró de la cama y le extendió la mano.

- Vamos a bailar - dijo Agustín.

- Pero...¿aquí?

- Sigue siendo un baile, ¿no lo crees?

Magdalena tomo la mano de Agustín y este la levantó, la tomo de cintura mientras sostenía su mano y ella lo tomo del hombro, comenzaron a bailar.

Afuera, en el cielo estrellado, la luna era cubierta por un color rojo carmín, se trataba de un eclipse de luna roja.

Ambos, mujer y diablo, no ponían atención a su alrededor, estaban sumidos en su baile, ambos sentían amor por el otro, la luna estaba ya cubierta por completo de ese color sangre cuando los enamorados se besaron.

Sintieron una carga eléctrica muy fuerte recorrer sus cuerpos, después de eso, solo sintieron paz, como si todo a su alrededor no existiera y solo estuvieran ellos dos, solos en el mundo.

Un Charro Negro tiene la forma más peculiar de amar, porque solo se enamora una vez, porqué un beso del amor de su vida bajo la luna sangrienta forma un lazo de corazón.

Un pacto de amor y adoración que une al Charro Negro y a su amor por el resto de sus vidas, un lazo más fuerte que el matrimonio.

Pero en ocasiones, el lazo solo los lastima.

Una nueva aventura//Leo San Juan x Lectora//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora