CAPITULO 3

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El sol entraba por la ventana del cuarto de ____, la chica se metió entre las cobijas para seguir durmiendo, sin embargo, el sonido de una guitarra termino de despertarla.

-Estas son las mañanitas que cantaba el rey David - cantaba Santiago

La chica salió de entre las cobijas y vio a todos sus hermanos alrededor de su cama.

Hoy por ser día de tu santo te las cantamos a ti

Es cierto, era su cumpleaños, realmente lo había olvidado, tantas cosas habían pasado que se le había olvidado.

-Despierta ___, despierta, mira que ya amaneció - cantaron todos al mismo tiempo mientras Carlos encendía las velas del pastel.

Ya los pajaritos cantan la luna ya se metió

-Que linda está la maña...¡Ay!- se quejó Carlos

-Ya párale, mucha canción, ¿no?- dijo después de pegarle a su hermano con una almohada

-Ya, ya, ya, a ver, dale una mordida -dijo emocionado Alberto.

Así pasaron la mañana, en celebración, aunque Julián se sentía culpable por no hacer una fiesta tan grande, después de todo eran los 15 años de su hermana, la más pequeña de los Camacho.

Aún recordaba todos los nacimientos de sus hermanos, unos más que otros, Santiago había nacido durante la tarde y lloraba mucho, Alberto había nacido 2 minutos antes de Alfredo, había sido un Domingo en la noche, Carlos había nacido en una madrugada de invierno y bueno, ___ había sido complicado, nació a las tres y media de la mañana, si que buena hora para nacer.

Después de que la chica recibiera un regalo de cada hermano, todos se prepararon para ir a trabajar, ___ se puso su típica playera color crema y sus pantalones, sin embargo, cambio el poncho por un chaleco negro con una línea roja que le había regalado Julián.

Todos se fueron a trabajar.

La joven ___ trabajaba en una tienda, ella la limpiaba, acomodaba la mercancía, arreglaba lo que ya no servía y un enorme etcétera, en cuanto entro el dueño de la tienda le saludo.

-Buenos días (V/M), ¿como estás?

-Muy bien Don Luis, ¿cómo anda uste?- la chica tuvo que volver a su papel de "hombre macho".

-Yo muy bien, gracias -salio de detrás del mostrador -, me cuidas la tienda, voy por un mandado, no me tardo.

-Esta bien Don- después de esto se fue.

La chica no hizo más que suspirar al quedarse sola en la tienda de juguetes, decidió amarrarse el cabello, ya estaba demasiado largo, pronto tendría que costarselo.

Durante toda su vida había fingido ser un hombre, la habian obligado a serlo, aunque no le disgustaba del todo, si hubiera algo que quisiera cambiar sería el incómodo corset que usaba para ocultar su busto, apesar de que no se sentía cómoda usando cosas que la lastimaran por obvias razones, la única vez que había querido parecer una mujercita descente no había salido del todo bien y habían tenido que mudarse a Puebla.

Así que si, la mejor opción para ella era seguir siendo un "él".

Estaba dando vueltas al interior de la tienda cuando de repente entro alguien, cuando vio de quién se trataba una sonrisa se dibujo de inmediato en los labios de la joven.

-¡Que onda mi Leo!

-Todo bien, a ver y dime cómo está el cumpleañero

-Todo bien, me regalaron este chalequito- modelo un poco la prenda- ¿apoco no está bien chulo?

-Mas chulo el que lo trae- respondió Leo mientras se burlaba.

El corazón de la muchacha estaba a nada de salirse de su pecho y no pudo evitar sonrojarse un poco, trato de ocultarlo pasando un brazo por los hombros de Leo.

-No empieces con tus joterias- ella trato de desviar el tema - ¿Cómo está doña Toñita?


No podía dejar de pensar en el, su cabello castaño, sus ojos oscuros, su voz, dios no quería estar enamorada, menos de él, Leo era un amigo, lo había conocido hace menos de un año, era muy pronto, pero no podía negar que amaba verlo, estar en su compañía haciendo cualquier cosa, pasaba la mayor parte del tiempo con el, era obvio que en algún momento iba a pasar, pero ella no quería que fuera así.

¿Acaso sería capaz de ocultar su enamoramiento?, eso esperaba, porque si no entonces sería un desastre, "dos" hombres saliendo como pareja no era muy bien visto, además si le revelaba que en realidad era una mujer podría rechazarla y tacharla de mentirosa, que bueno, lo es, pero no quería que por eso se alejara de ella, aparte de esto, si revelaba su secreto sería considerada un fenómeno y obligaría a sus hermanos y a ella a mudarse de nuevo

Lo habían hecho una vez para huir de su padre y de ese demonio, la segunda fue porque ella dijo algo a alguien que no debía y, de nuevo, huyeron del demonio, ahora no se imaginaba volver a correr, no quería quitarle su vida a sus hermanos y no soportaría no volver a ver a Leo.

Suspiró con frustración.

-Leo... porque maldita sea, porque - se lamentaba

Los ronquidos de Carlos la sacaron de su trance, volteo a ver a su hermano, profundamente dormido en su cama, diablos, debía hacer menos ruido.

Realmente había sido un cumpleaños raro, ____ se envolvió en sus cobijas para tratar de dormir otra vez, aunque poco descansaría esa noche.

Los sentimientos no eran difíciles de apagar.

Una nueva aventura//Leo San Juan x Lectora//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora