CAPITULO 7

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Siento como si un camión me hubiera atropellado, mi cuerpo lo siento tan pesado que no puedo ni abrir los ojos, el sonido de un pip hace que el dolor de cabeza se intensifique, el sonido constante se hace presente y frunzo el ceño levemente mientras niego lentamente con la cabeza ¿Dónde estoy? Lentamente abro mis ojos y parpadeo para que se acostumbren a la visión que tengo frente a mí, blanco y más blanco, eso es lo primero que puedo distinguir, volteo a ver a los costados y no veo a nadie más, ¿Dónde está todo el mundo? ¿Dónde está... ¡Nick! Abro los ojos como platos cuando todo viene a mi mente, la abuelita del metro, la llamada del taxista, el no ver a Nicky, quito la sabana de golpe y me dispongo a levantarme.

— No te levantes cariño — la voz preocupada de mi madre se hace presente, mientras mis piernas hacen que me tambalee.

— Tengo que buscar a Nicky — es lo único que logro a decir antes de quitar el catéter de mi brazo de forma torpe.

— Olivia cálmate — su voz me trae algo de tranquilidad y más cuando continua — Nick fue con tu padre a buscar un jugo, dijo que quería dártelo para cuando despertaras — la presión que tenía desaparece y siento paz — todo está arreglado y la maestra tranquila al ver que no paso a mayores.

— ¿No bromeas madre? — la tomo de los brazos y la veo elevar una ceja.

— Nunca bromearía con algo así cariño, Nick entro con un helado de vainilla en sus manos, dijo que lo trajo...

— ¡Mamá! — su pequeña voz se hace presente y siento como el alma me regresa al cuerpo, en sus manos trae un yogurt de durazno y en la otra el helado, mientras corre para rodearme con sus pequeños brazos el cual no dudo en responder — ¿Estas mejor? Siento haberme perdido — lo veo bajar su cabeza lentamente y tomo su mentón para elevarla.

— Lo que importa es que estas bien mi amor — le doy un beso su cabecita y él sonríe de felicidad — lo que sí quiero saber es ¿Cómo te perdiste? Te he dicho que, si sales con tu maestra y compañeros, no te despegues del grupo.

— Lo se mamá, pero un compañero se empezó a burlar de mí y me despeino, ya nos íbamos del museo, le dije a Mía que le dijera a la maestra que iba al baño, pero al parecer no le dijo, y cuando salí ya todos se habían ido, salí y no vi a nadie, recordé que íbamos a ir al parque McAllen después del museo, pero creo que llegue tarde, porque no vi a nadie, hasta que vi a Jeff y le dije si podía marcarte — finaliza mientras se encoje de hombros y se dispone a comer helado.

—  La abuela me dijo que alguien te trajo ¿Sabes quién es? — me pongo a su altura mientras lo veo asentir.

— Me trajo Nick, ¿Es genial no? — elevo la ceja discretamente y lo dejo continuar — Le dije que teníamos mamás geniales, porque nuestros nombres eran igual de geniales — su sonrisa me hace sonreír, está feliz y me alegra — nunca había conocido a alguien que se llamara igual que yo mamá, la verdad me la pase bien en el camino, le gusta la música clásica y lo mejor de todo es que venimos cantando a todo pulmón todos los géneros que pasaban en la radio, Noah me había dicho que me iba a invitar un helado ¡Y lo cumplió! — levanta el helado y tomo la cucharita para comer un poco.

— ¿Y dónde está ese tal Nick?

— Se fue, dijo que tenía que ver lo de un proyecto de su constructora, me dijo que sentía no venirme a entregar personalmente.

— Cariño, ¿Te trajo el dueño de la constructora Campell? — lo veo asentir y mis ojos se abren como platos, ¡El folder! ¡Estoy muerta! Él señor Wright me va a matar, me tirara del edifico y quedare hecha una torta en el pavimento.

— Olivia Brock, en tu vida me vuelvas a dar un susto de estos — una voz conocida me hace elevar la mirada y veo a mi castaña favorita quitar los lentes oscuros de su rostro — ¿Así es como nos recibes después de tanto tiempo de no vernos?

AMOR DE UNA NOCHEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora