CAPITULO 29

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La cena transcurrió de lo más normal, la charla fue fluida y hasta cómoda, Greta, como me hizo que la llamara se encargó de darme detalles de cómo había sido la vida de Nick de niño y tengo que decir que las manías que tiene nuestro hijo no son inventadas.

— Le has caído bien a mi madre — su mano esta posada en mi pierna dando suaves palmadas que van al compás del latido de mi corazón.

— Y eso que aún no conoces a los míos — siento como su cuerpo se tensa y me giro a verlo — creo que ninguno de los dos lo había pensado — doy una sonrisa nerviosa, no tanto por el hecho de que conozca a mi padre, sino por el hecho de que va a conocer a mi madre, querrá saber hasta cuantas veces ha parpadeado en su vida.

—Tendré una plática larga y tendida con tu padre — da una sonrisa nerviosa y exploto en risa.

— ¿Mi padre? Es de mi madre que te debes de preocupar, es tan quisquillosa que no te vas a librar de ella tan rápido.

— No me ayudas en nada Via — me mira por breves segundos y por instinto mi mano se posa en su mejilla.

El camino se hace tan corto para mi gusto que cuando llegamos a la puerta de mi casa me tiro a sus labios los cuales me reciben gustosa sin duda lo he extrañado, los mensajes que intercambiamos en su ausencia me engancharon más de él de lo que estaba, sus manos en mi cintura me hacen arden la piel, nos separamos algo jadeantes, pero creo que por hoy es necesario.

 — Mañana vendré por ti — dice antes que me baje.

— Me vas a mal criar, pero estoy esperando a que sea mañana — parezco una completa adolescente, escucho como pone el auto en marcha cuando entro cierro la puerta tras de mí, aun con la sonrisa en mi rostro

— Hasta que por fin llegas jovencita — la voz de mi madre se hace presente aun cuando todo está a oscuras y me tenso borrando la sonrisa — tenemos una conversación pendiente tú y yo, la había dejado pasar por muchas cosas, pero de hoy no pasa, así que empieza a hablar desde ahorita que cuando amanezca creo que aún no la habremos terminado.

— Creo que estas exagerando madre — dejo mi bolso y me dejo caer en la silla frente a ella — pero dime por donde quieres empezar.

— Creo que lo primero que me tienes que responder es ¿Cuándo nos pensabas decir quién era el padre de Nicky? — se cruza de brazos y puedo notar que tiene una fachada de mujer dura en estos momentos, solo quiere que le cuente el chisme.

Empiezo narrando las cosas tal a como han estado pasando, omito algunas cosas ya que no van a ser bien recibidas, en pocas ocasiones me interrumpe solo para preguntar y poder atar cabos en la historia que ella se está creando en su mente.

— Olivia, no puedo creer lo que me dices, ¿Sabes que podrías escribir un libro hija? — ambas reímos — Nicky, ¡Dios! no puedo esperar a que sepa la verdad, sé que será el más feliz — las pocas veces que ha estado con Nick hizo que sintiera afecto, y como no, si la sangre llama, sé que será bien recibido.

— Creo que es algo que mañana hablare con su padre, pero tengo que ir poco a poco, uno sabe que tiene un hijo y que de la noche a la mañana es padre, en cambio Nicky, sabe que tiene un padre, pero no sabe con certeza quien es — me levanto dando por terminada la conversación y me voy a la habitación, al entrar mis ojos ven un pequeño cuerpo en medio de la cama y sonrío, tan tierno e inocente que no sabe lo que pasa a su alrededor, me cambio y lo muevo al otro lado de la cama, se remueve y lo arropo para que vuelva a dormir plácidamente.

Me remuevo en la cama y mis ojos se abren aun cuando no ha sonado la alarma, me levanto y hago mi rutina diaria para irme a trabajar, Nick vendrá por mí, eso no ha parado de rondar por mi mente y siento como mi cuerpo se eriza de solo pensarlo, una vez lista veo a mi hijo quien aún se remueve en la cama.

AMOR DE UNA NOCHEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora