¡Idiota, hijo de puta! He perdido la cuenta de las veces y las horas que he dado vuelta por las calles ajenas al bar, ¡ERA ELLA! Tomo fuertemente el volante y gruño para finalmente doblar e irme al departamento con la cola entre las patas; apenas entro me dejo caer en el sillón con los ojos cerrados, lo que veo en primera plana son sus ojos verdes recorrer mi rostro a tal grado que mi corazón se aceleró, sus labios, su cabello hecho una coleta, su delicado cuerpo el cual de solo recordar hace que tenga una erección, pensé que no la volvería a ver, pero ¡Ta taan! Golpe directo a la boca del estómago ¡APARECIÓ! Y esta vez se fue sin decirme nada, golpeo mi cabeza con la palma de mi mano y suelto el aire que estuve reteniendo en mis pulmones con molestia, eres un imbécil Nick Campell, y sin más me dejo caer en brazos de Morfeo.
Me remuevo cuando el sonido de mi teléfono se hace presente, con pereza y sin abrir los ojos contesto la llamada con la voz ronca para que la voz de Noah se haga presente después.
— ¿Te dormiste? — mis ojos se abren como platos, me despego el teléfono y me levanto de golpe al ver que son las 9:00 hrs, ¿Tanto dormí?
— Voy saliendo Noah, no me jodas — gruño de mala manera cuando lo de anoche viene a mi mente como un huracán y escucho que ríe — ¿Ya llegaron los inversionistas? — digo sin más.
— Yo hablo con los inversionistas hermano, ya están en la sala de juntas — maldigo mentalmente para colgar e ir a alistarme.
El café lo tomo en la oficina, no tengo que preocuparme, el desayuno de igual forma lo ingiero haya, doblo de forma rápida en la avenida que sigue y meto pata para llegar y poder hablar con uno de los inversionistas, nunca me ha gustado no saber el terreno que voy a pisar, le tengo la máxima confianza a Noah, sé que él sabrá resolver todo y poder llegar a un acuerdo, pero la cabeza soy yo y bien tengo que saber cómo van las cosas por cualquier percance.
Aparco en el estacionamiento y rápidamente salgo para seguido adentrarme en el elevador que me lleva directo al piso de presidencia, las voces se hacen presentes junto a un par de risas.
— Estaremos en contacto ingeniero Lennox, mi secretaria le mandará el contrato por correo — no escucho repuesta de Noah, pero sé que asintió ¿Acaso no puede responder?
Me estiro para quitar un poco de tensión y me giro para ir a mi oficina con la idea que hoy tengo que encontrar a la mujer del bar, tengo que saber cómo es su vida, quizás Noah tenga razón, está casada y con hijos, en el escritorio veo a una castaña la cual al verme se levanta y alisa su uniforme.
— Ingeniero, buenos días, soy Lara...
— Pase a mi oficina por favor, no me gusta hablar en los pasillos — la corto sin pensar la forma en la que le hable y ella con algo de nerviosismo asiente — pero antes tráigame un expresso.
Avanzo sin esperar respuesta y una vez dentro saco mi teléfono para buscar en las redes sociales algo referente a la chica y al bar, mayormente toman fotos a grupos o personas que hacen más escándalo en el lugar, así que espero que ella haya ido con muchas personas o hubiera hecho alboroto, he perdido la cuenta de las fotos que he visto, mis ojos se han paseado por todos los rincones, pero en ninguna aparece ella ¡Carajo! Porque es tan difícil encontrar a una persona que...
— Tiene su café ingeniero — la voz de Lara se hace presente y me trae devuelta a la realidad, me estoy volviendo loco, eso es una realidad — soy Lara Parker.
— Gracias Lara, toma asiento, hay puntos que tenemos que aclarar — sin chistar lo hace, la veo sentada con ansias de saber qué es lo que le diré, el movimiento acelerado de su pierna a causa del nerviosismo me hace carraspear — ¿Casada? — mi pregunta la toma en curva y ella asiente — Cuando pregunto me gusta tener respuestas verbales Lara, el mover la cabeza negando o afirmando algo no es de mi agrado, en ocasiones solo preguntare sin verte directamente.
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AMOR DE UNA NOCHE
RomanceCuando el amor le llego a Olivia, pensó que seria el típico amor de cuento de hadas, donde el príncipe cruza cielo, mar y tierra para que triunfe este, lamentablemente no fue asi. Si juntamos la decepción, con un bar a reventar de alcohol y una mejo...