Fiesta

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Merlin había leído en los viejos libros de hechicería que ahora estaban bajo su poder que el amor era la magia más antigua y la más fuerte también.
Había miles de posiciones o embrujos que podían utilizarse para ella.
Todos con terribles advertencias al final de las paginas.

•¿Estás dispuesto a perder el recuerdo más valioso que tienes a cambio de amor inexistente?

•Úsalo y terminarás con el corazón roto.

•agonía y locura

•sufrimiento eterno

muerte

Cada una de las advertencias iba siendo más grave y cruel que la anterior.
Merlin entendió entonces que no había forma que un ser te amara si no era real.
Que todos aquellos hechizos, pociones y conjuros, eran inútiles.
Pedazos efímeros de felicidad antes de una terrible tragedia.

Nada que pudiera de ser de gran utilidad, no arriesgaría nada por algo que no era seguro.
Además.
De que le funcionaría tener a Arturo solo por medio de su magia, sería de lo más bajo y putrefacto.
Se sentía avergonzado de sólo pensarlo al leer aquellos textos.

-¿de Nuevo en esos libros viejos?- Arturo le había dado un golpe para nada frágil en la espalda, provocando que el libro callera con un estrepitoso ruido al piso.
Le dirigió una mirada llena de ira y lo levantó sacudiendo el lomo café del libro.

-tengo que ponerme al corriente después de tanta reprimenda- Arturo lo había llamado como hechicero de la corte después de una larga pelea y largos meses de cambio de reglas y normas.

La magia ahora era libre, siempre y cuando se utilizara para el bien.
Para eso Merlin estaba a cargo, después de todo el era Emrys.
La imagen de poder y confianza para aquellos que tenían ese don.

-te estás volviendo aburrido- Merlin detalló a su amigo ¿desde cuando Arturo tenía ese aire cantarín? Achicó sus ojos queriendo que su rey le dijera por que estaba tan feliz.

-tengo mucho que hacer, si quieres que todo tenga un orden y una armonía necesito saber todo secreto que tenga lo que soy- Arturo se hecho a reír y se recargó en la barda de piedra gris.

-Merlin... mi muy querido Merlin- sus manos presionaron los delgados hombros del más delgado.
El hechicero trató de no sentir nada al escuchar aquellas palabras salir de la boca del rubio, aunque el cosquilleo y el calor ya están ahí desde que se había puesto junto a él.
Sus ojos azules estaban tan claros y llenos de brillos que Merlin quería plasmarlos en un lienzo.

-¿estás así de feliz por que tú estreñimiento se fue con la poción que te realice?- la pregunta no logro el objetivo que tenia.
Pues Arturo no se movió de su lugar, si no que se hecho a reír de nuevo.

-está vez tus absurdos chistes no me ofenderán- sacudió un poco el cuerpo escuálido del pelinegro.
-¡estamos de fiesta Merlin!- lo tomo de los hombros y lo guió a su ventana.
Merlin se había ganado su propia cámara dentro del castillo, estaba en lo alto de una torre, la vista era exente y el espacio era ilimitado.
Pronto el lugar se había llenado de todas las reliquias que antes estaban guardadas bajo llave.
Merlin clasificaba su poder, si estas eran buenas o malas, que tanto daño se podría hacer con ellas y si estas tenían un contra hechizo.
La investigación era larga y lenta pero a Merlin le gustaba tener la mente ocupada en aquellos días.

-después de siglos en guerra contra los tuyos, de interminables ejecuciones y confrontamientos logramos una paz armoniosa. !Gracias a mi¡- Arturo se hecho a reír cuando noto la cara que Merlin le dirigía.
-Bueno también una parte fue tuya y otra de mis muy valientes caballeros y otra del pueblo mismo- Arturo siguió divagando sobre los porcentajes de quien tenía más poder sobre aquella armoniosa paz.

-es momento de celebrar entonces- le dijo Merlin para que callara aquella larga lista de nombres.
—————
Arturo se sentó en medido de las largas mesas dejando en claro que el era el líder.
Merlin sonrió y se sentó tan lejos como pudo, en la orillas más escondida.

Entonces escuchó el abucheo que Arturo le lanzó.

-!ven aquí y siéntate a mi lado¡- Merlin negó y especificó con señas que aquel lugar era más que suficiente.
Entre Elyan y Percival lo levantaron y lo sentaron a lado de su rey.
Arturo levantó su copa, el líquido carmesí derramándose por los bruscos movimientos.

-¡por mi buen amigo Merlin!- escuchó el continuo choque de las copas y las exclamaciones llenas de júbilo en su nombre.
Tomo la copa que Lancelot le ofrecía y la choco con el ánimo por el suelo.
La palabra amigo siendo muy pesada y cruda para su suerte.

Sería una larga noche.
Bebió de un sorbo el contenido sabiendo que no le quedaba más que esperar a que esto terminara o buscar un buen pretexto para poder oír.

Por que eso es lo que hacía.
Huir, nunca se cree yo un cobarde así como tampoco un valiente estaba en un punto medio donde se movilizaba solo por la causas buenas.

Y si, la mitad de su vida huía de las personas a su alrededor por su seguridad.
No porque tuviera miedo de lo que pudiera pasarle a él si no a su madre.

Luego conoció a Gaius un anciano que le enseñó todo lo que podía sobre su don.
Dandole la misma advertencia que si madre, que se protegiera entre las sombras.

Pero ahora está huida era diferente.
Esta le estaba costando más que seguridad, le estaba costando su felicidad.

Observó a Arturo a su lado tenía la boca manchada por la salsa de la carne.
Estaba tan feliz que incluso a metros de él.
Merlin estaba seguro que se podía sentir la alegría que este emanaba.

Empinó de un traga su jarra de cerveza se limpió como si fuera un borrachos más y no el Rey de aquel lugar la espuma que adornaba la comisura de sus labios.
Con su manga izquierda y se levantó de la mesa.

Merlin por un momento tuvo que pellizcarse para que el pensamiento de que el mismo limpiara los restos de la boca de su amigo no lo llegara a sucumbir.

-estás demasiado rojo chico deberías tomar más de esto- un joven Sir a su lado le pasó entonces una nueva copa.
Merlin no dudo dos veces en yo at el contendido.

Frente a él la gente se había comenzado a levantar y bailaban al ritmo de los músicos.
Aplausos llenos de jubileo que pronto lo contagiaron a él.

Sus ojos siguiendo la figura de su Rey.
Quien bailaba con entusiasmo de la mano de Gwen.

Ambos se veían perfectos juntos.
Como comida que pensaste que no debe ser combinada pero al final resuelta que sabe mejor mezclada.

Bebió de nuevo la siguiente bebida que el mismo chico le pasó y sonrió.

La noche era joven y el también.
Así que trataría de disfrutar, por que como bien lo había dicho Arturo.
La guerra les quiero mucho más que tiempo.
—————
Esto es todo por ahora.
En esta historia Lancelot, nuestro querido y Perfecto caballero no muere (por qué yo lo digo y por que lo amo).
Fue un personaje que amé, por como creció dentro de la serie (que si, también se que fueron muy pocos capítulos donde su aparición salió) pero no cualquiera está dispuesto a ir contra las leyes del Rey para proteger a un desconocido.
Y que Lancelot apoyará y protegiera a su manera a Merlin lo llevo a ganarse mi cariño.
Además es importante su presencia en el desarrollo de esta historia.
Así que tampoco se sorprendan por que Gwaine esté vivo por que es otro caballero que se robó mi corazón.
Sorry 😞 soy débil.
Cualquier cosa pueden hacérmelo saber, faltas de ortografía, de gramática o algún gusto culposo claro que si!
Aquí no juzgamos.
Nos leemos hasta la próxima!!! 💖

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