Perdido

Moneda

-¿cuál es el plan ahora?- le pregunto Rosalia, ella se había convertido en una muy buena amiga.
Los había estado ayudando y sobretodo apoyando.

-tengo que hablar con un muy viejo amigo- Merlin se cómodo la capa que llevaba, más que nada para cubrirse y aunque la autoridad no llegaba tan lejos Merlin sentía que ese pedazo de tela no solo lo ocultaba a él si no también a sus propios sentimientos.

-es peligroso que salgas fuera- le recordó Lancelot, el noble caballero (quien por cierto había cautivado el corazón de muchos dentro de la comunidad) le advirtió.
Merlin le sonrió y se acercó a él.

-no tienes por que preocuparte, mi amigo es alguien muy viejo. El pertenece a la antigua religión... me gusta pedir su consejo por que siempre sabe que decirme- acaricio su mano y se giró para poder ver a Rosalia.
-por ahora solo descansen, estas semanas an sido complicadas y se que ambos están cansados- se cubrió por completo el rostro y salió de la zona que se escondía entre musgo, rocas y árboles.

Sintió traspasar la muralla que los druidas habían puesto.
El ambiente era fresco y húmedo.
Camino hasta llegar lo más lejos posible, a una zona abierta y sigilosa.

Con voz fuerte y clara, llamo a Gilgarra.
El dragón abordó el claro de una manera lenta y elegante.
Traía con el una sonrisa engreída.

-¿Que es lo que necesita mi señor?-

-por favor no sigas con este juego de títulos- le suplico y se dejó caer a sus pies.
Estaba tan agotado.
-¿que es lo que tengo que hacer ahora?- le pregunto al borde del llanto.
El inmenso dragón se apiadó y extendió sus alas.

-Arturo y tú son una moneda, cada uno es la cara de ella, una moneda no puede tener una sola cara- Merlin levantó sus ojos rojos, la duda surcando su rostro.

-¿por que siempre tienes que jugar con mi mente? ¿No puedes ver cómo estoy? !mi mente es un maldito lío!- Merlin dejó salir un sollozo.
-no se que hacer... no soy un líder... yo...yo- Gilgarra lo interrumpió abruptamente.

-¿es eso? Por que juraría que tú malestar es por Arturo... eres una persona trasparente Merlin, como uno de tus aliados te aconsejaría que lo olvidaras- sacudió sus alas y bolo.
Merlin se quedó otro memento más ahí, llorando por que comprendía a la perfección que era un error, sus sentimientos eran un error.

¿Por que dolía tanto?
Por que sentía que el tan solo respirar le causaba dolor.
Analizó las palabras dichas por el dragan, una moneda.
Toda su vida se había convertido en una moneda.

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-el mensaje se propagó hasta el este mi señor- Arturo observo al caballero.
-aún no hay reportes de nada- término de decirle.

-¿crees que este bien?- le pregunto al viejo Gaius,.

El viejo médico levantó su rostro del libro de anotaciones, sus ojos parecían tan cansados.

-Merlin es un poderoso hechicero, pero si había ya tropas contra el, cualquier cosa es posible- le respondió con una seriedad que Arturo aceptó.

-quiero que sigan buscando, no quiero heridos- les recordó a la próxima cuadrilla de búsqueda.
De verdad era un tonto.
Tomo su propia espada y se levantó.
-que armen otra cuadrilla- le ordenó a uno de los sirvientes que pasaban ahí.

-¿estás seguro de salir?- Gwen lo detuvo una vez que llegó a la entrada.
Una docena de caballeros ya esperaban su llegada.

-Nunca antes lo estuve tanto como hoy- la chica de nuevo lo detuvo esta vez apretando su brazo.

-haya fuera aún es peligroso para ti-

-el peligro esta en todas parte Gwen- le respondió soltando su brazo y tomando las bridas del caballo.

Corría con la probabilidad de volverse loco dentro de su propio castillo y Arturo prefería mil veces morir en la lucha, buscando una solución a lo que él había provocado que seguir ordenando desde sus muros de piedra como un holgazán.

===

-siempre buscas la soledad- Merlin se giro solo un poco para regalarle una sonrisa a Rosalia.
-veo que algo te atormenta, un amor no correspondido- Ella se acercó a él y tomó su muñeca.

-yo...yo- el jamás había nombrado algo como aquello, sabía que Lancelot lo sospechaba.
Aun que el caballero no había hablado de su vida en Camelot.

-Merlin somos seres con poderes raros- Ella le sonrió -puedo ver cosas, a ti te cubre un Aura azul rey, es oscura y triste pero definitivamente es por amor, seguro que con el tiempo también las puedes ver, tú eres magia- le recordó mientras le tendía un pedazo de pan.

-es una persona especial- fue lo único que dijo y para Rosalia fue más que suficiente.

-seguramente ella se dará cuanta de lo que está perdiendo, a menos que tú hayas escondido tu sentimientos-
Merlin quiso corregirla, decirle que no era una ella, que lo que sentía era por un el.
Pero se callo, sabía que era un secreto aún más vergonzoso que el de ser un hechicero.

-!!Señor¡¡- levantó la vista para encontrarse con los ojos grises de Alan uno de los guardianes de la frontera.
Traía una hoja que se agitaba con sus movimientos.
-mire - le extendió la hoja maltratada y arrugada.
Merlin la tomo entre sus manos y leyó las palabras que escritas con tinta negra resaltaban.

-parece que el rey está cediendo- Alan volvió a hablar -en el pueblo más cercano no se habla de otra cosa de las búsquedas y decretos que a lanzado, todas para encontrarlo a usted con vida y seguridad- Merlin volvió a leer el papal.

-¿sera una trampa?- Lancelot pregunto en voz alta, Merlin se encogió de hombros.

-no se si lo sea pero yo estoy dispuesto a Seder- dijo y apretó el papel arrugándolo aún más.

-¿hay alguna forma de que ustedes se comuniquen al palacio? ¿Alguien que esté dispuesto a asegurar la información?- Rosalia le pregunto llena de angustia, al percibir una esperanza desgarradora en el Aura que Merlin trasmitía.

-tardaría meses en poder conseguir entrar y aún más en obtener información verídica-

-por eso es que no esperaremos, Lancelot. Regresaremos a Camelot a primera hora mañana- había autoridad en su voz.
La misma que se había perdido desde aquella noche de revelación.

-Merlin si esto es una trampa y el te lleva a la orca, yo no me lo perdonare- Lancelot estaba nervioso y el movimiento contante de sus manos sobre la mesa lo delataba.

-si esto es una trampa para que me ejecuten... entonces estaré muerto desde el momento que entienda que lo es- le respondió y se a curruco contra el pecho de su amigo.

Merlin no lo pronunciaría en voz alta pero el que Arturo no quisiera ni siquiera la más mínima explicación después de su revelación lo había matado en vida.
Su destino era una leyenda.

Arturo y el eran uno solo.
Merlin por su parte se había tomado muy enserio esa profecía.
La moneda de oro que permanecía entre sus manos ahora sintiéndose como una cadena.
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Hasta la próxima 💖💖💖