Capitulo 11

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— Charles, ¿podemos hablar? — Carlos se acercó a el, interrumpiendo su conversación con el francés.

— Claro Carlos. — asintió, dándole una sonrisa de disculpa a Pierre. — Te veré en un rato Pierre.

Ambos caminaron en silencio hasta el motorhome de Carlos, uno pensando en como disculparse y el otro realmente sin tener nada mas que decir.

— ¿Estas seguro que quieres que entre? Podrían vernos y armar un escandalo. — la voz del monegasco estaba repleta de amargura, mientras lo miraba fijamente.

— Por favor Charles, es importante. — murmuró el español apenado.

— ¿Que es lo que quieres Carlos? Dejamos claro todo, tu lo dejaste claro. — lo miró negando. — Honestamente no se porque accedí a hablar contigo, pero es un buen momento para decirte todo lo que pienso.

Lo miró, suspirando, estaba dolido, demasiado, pero ahora era mas la rabia lo que lo dominaba.

— No quiero volver a hablar contigo nunca mas, a menos que sea algo estrictamente profesional. — lo miró a los ojos. — Te enviaré tus cosas mañana.

— Charles...

— No Carlos, fue tu decisión, no la mia, afronta las consecuencias. — y con eso salió, dejándolo solo.

El silencio reinaba en la habitación, Carlos le había confesado todo a Charles, sin omitir nada, toda su historia, todo lo que habían vivido, las vacaciones en España, el origen de cada una de las cartas y fotografías, la primer cita oficial, el primer te amo, la propuesta de matrimonio, las mentiras, las peleas, el engaño, el dolor, todo, sin guardar nada.

Y ahora no se atrevía a mirarlo, no porque temía que ese fuera otro punto de quiebre entre ambos, no cuando estaba aterrado de perder la única oportunidad que tenia de amar a Charles de nuevo.

No hablaban, no se miraban, simplemente estaban ahí, uno junto al otro, mirando al suelo, en un estado de calma unico, como aquel que venia antes de la tormenta.

— ¿Que es lo que deseas ahora?— preguntó Charles, rompiendo el silencio.

— Una nueva oportunidad, quiero mostrarte que soy alguien diferente. — dijo sin mirarlo. — No soy ese hombre ahora.

— ¿Estas seguro? Porque no lo recuerdo, pero no quiero volver a ser el hombre que se iba por las puertas de servicio antes del amanecer Carlos. — lo miró al fin. — Dime algo, ¿que es lo que cambio de esos momentos a ahora? ¿Aun tienes miedo de ser quien eres?

— No, ya no mas, tengo miedo si, pero es de perderte para siempre. — lo miró también. — Charles, se que no deberías confiar en mi, no después de todo lo que hice, pero para eso estoy pidiendo un segunda oportunidad, para demostrarte que no soy el mismo, ha pasado algún tiempo desde que era el, yo ya no lo soy mas, yo estoy dispuesto a todo por ti, solo dejame demostrartelo, dejame mostrarte al nuevo Carlos, al que te ama profundamente, al que te escribirá cartas aun mas cursis, al que te dará notas llenas de amor, dejame presentarte al nuevo yo y a el es a quien puedes darle una nueva oportunidad.

— Carlos, yo, necesito pensar. — murmuró con los ojos llorosos. — Necesito ver lo que es mi vida, necesito saber quien soy antes de todo.

— Lo entiendo y estaré aqui, esperando por ti, para cuando tu decidas que estas listo para conocerme de nuevo. — tomó su rostro. — No importa si te toma unos dias o semanas, no importa si son años incluso, voy a estar aquí, siendo paciente, mejorando para ti, porque quiero ser la mejor versión de mi mismo solo para merecerte.

El monegasco asintió, sin querer retirar las manos de Carlos, permaneciendo ahí, junto a el, sintiendo su calor.

— Se que mi cerebro atrofiado se niega a recordar lo que fuimos, pero algo dentro de mi sabe que te amo Carlos y no lo he dejado de hacer, quizá nunca lo haga, pero necesito conocerme de nuevo a mi mismo, antes de conocerte a ti. — tomó sus manos.

Ambos permanecieron ahí, juntos, en silencio, por mucho tiempo mas, solo sintiendose cerca y tan lejos a la vez, estaban ahí, pero sus mentes estaban ausentes.

Carlos se levantó del suelo media hora después, recogiendo los platos y guardando los restos de pizza en el refri, sin atreverse a hablar, se había arriesgado, había sido sincero, pero no había sido suficiente, era tanto el daño, el dolor, que era imposible borrarlo de un dia a otro.

— Debo irme a casa. — murmuró en voz baja, no queriendo perturbar mas al menor. — Es algo tarde y no debería molestarte mas.

Charles asintió, levantándose del suelo, posándose frente a el.

— Creo que quizá es mejor para ambos si nos mantenemos lejos algunos días, para aclarar la mente y entender que debemos hacer. — lo miró, buscando su mirada, pero el español se negaba a mirarlo de vuelta, como si se hubiera impuesto un castigo el mismo.

— Por supuesto, será como tu digas. — asintió, manteniendo la cabeza agachada. — Yo te prometo no intentar nada.

— Gracias por ser sincero. — Charles murmuró, mientras Carlos avanzaba hasta la puerta.

— Ya te hice mucho daño antes por las mentiras Charles, la verdad es lo que merecías. — abrió la puerta, dando vuelta para despedirse. — Gracias por escucharme, se que no lo merezco, pero aun así lo hiciste, gracias.

— Ve con cuidado. — Charles sonrió, viendo como el español asentía y daba vuelta para irse.

Justo cuando lo vió alejarse, cerró la puerta, recargandose sobre ella, se sentía mareado por todo, confundido, apenado y si, dolido, porque no sabia que hacer, tenia la verdad en sus manos, ahora no sabia como manejarlo.

Suspiró, sintiendo como una extraña desesperación lo invadía y abrió la puerta de nuevo, encontrándose con Carlos a punto de tocar.

— Yo, necesitaba decirte algo mas... — murmuró el español, pero Charles no lo escuchó, se lanzó a sus brazos, besándolo con intensidad, mientras lo obligaba a entrar nuevamente.

— Charles, yo no creo, no creo que sea el momento. — soltó con dificultad entre besos, sabiendo que eso no era lo correcto, acababan de decirse que necesitaban tiempo lejos y ahora se besaban sin cesar, no pudiendo apartar las manos el uno del otro.

— Lo se, pero te necesito. — lo miró a los ojos, deteniendose por un momento. — Necesito volver a sentirme amado.

Y Carlos, quien no podía negarle nada, asintió, besándolo de nuevo, llevándolo hasta su habitación, demostrándole cuanto lo amaba y cuanto lo había extrañado.




¡Gracias por leer!❤

Estoy sin palabras, ¿ustedes que dicen? Les damos segunda oportunidad o cada quien por su lado, los leo...

Los amo, besos ❤

Amnesia ||• Charlos •||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora