Amnesia ||• Charlos •||

Capítulo 17

Carlos no pudo aguantar más y rompió en llanto, abrazando la carta y dejándose caer sobre la almohada, ¿que clase de pesadilla era esa? ¿por qué no solo podía despertar y comenzar de nuevo otra vez, ¿por qué tenía que seguir viviendo en un mundo donde Charles no estaba?

Lloró hasta cansarse, hasta que no pudo mas e inevitablemente cayó dormido por el cansancio, el dolor, el agotamiento físico y mental.

•~•~

Carlos despertó, sintiendo su cuerpo pesado, le dolía cada parte de él, seguramente por la mala postura en la que se había dormido.

Un molesto sonido logró que abriera por completo sus ojos, notando que estaba en un lugar completamente diferente al que recordaba, ¿donde estaba?

— Señor Sainz, que bueno que despierta. — le sonrió una mujer. — Comenzábamos a preocuparnos por usted.

Se acercó a el, revisando sus pupilas y el monitor al que estaba conectado, anotando algunas cosas en su hoja.

— Hay mucha gente afuera esperando por verlo. — sonrió.

— ¿Qué me pasó? ¿Por qué estoy aquí? — preguntó confundido. — ¿Como llegué aquí?

— Una ambulancia lo trajo, se que está confundido, pero el doctor vendrá en cualquier momento ¿si? Solo debe estar tranquilo.

El español asintió, le dolía la cabeza, estaba mareado, no entendía lo que estaba sucediendo, así que solo cerró los ojos, esperando que su mente se aclarara un poco.

Escuchó como la puerta de la habitación se abría nuevamente, pero no quiso abrir los ojos, estaba confundido, demasiado.

— ¿Carlos? — una voz llamó su atención, mientras el negaba, no podía ser posible, no, eso seguramente era alucinación suya. — ¿Estas despierto?

El español estaba pasmado, ¿que estaba ocurriendo? Abrió los ojos confundido, mirando fijamente al hombre frente a el, quien al ver que abría los ojos, corrió a abrazarlo.

— Oh mon dieu, estuve tan asustado. — murmuró rápidamente. — No vuelvas a hacerme algo como eso jamás.

— ¿Charles? ¿Como... Como estas aquí? — tomó rápidamente su rostro con las dos manos, acunandolo, mientras lo detallaba.

— Entré sin permiso, pero no podía esperar mas. — murmuró con una sonrisa. — Me asustaste tanto, yo, lamento haberte chocado, no quise, no quise hacerlo.

— ¿De que? ¿De que estas hablando angel? — negó confundido.

— Estaba tan asustado por que no despertaras, yo, estaba aterrado. — murmuró, comenzando a llorar. — Se que dije que no quería volver a saber nada de ti, pero, no me refería a esto, yo no estaba pensando con claridad, solo estaba tan molesto por todo, por lo que dijiste, por lo que yo dije y luego cuando vi tu auto frente a mi y no pude detenerme, perdón, lamento todo...

— No comprendo...

Antes de que el monegasco pudiera responder, el doctor entró, mientras la enfermera lo miraba con desaprobación.

— Creí que había sido clara cuando le dije que no podía estar aquí señor Leclerc. — lo riñó.

— Lo fue, lo siento, solo, quería saber que estaba bien. — la miró apenado, alejándose del español, recordando lo mucho que odiaba Carlos que los vieran juntos en situaciones comprometedoras.

La enfermera sonrió, mirándolo de forma tierna, mientras el doctor se acercaba a Carlos.

— Y yo creí que había sido claro cuando le dije que aun no podía salir de su habitación señor Leclerc, sufrió golpes muy fuertes y tiene algunas contusiones, debería estar en cama. — entrecerró los ojos.

— Lo siento doctor. — murmuró apenado.

— Helena, por favor lleva a nuestro paciente a su habitación, se quedará aquí esta noche. — negó sonriendo, observando a ambos salir. — Bien señor Sainz, sufrió un fuerte golpe en la cabeza, pero sus estudios muestran que no hay ningún derrame, ni inflamación en su cerebro, aun así, le haré unas preguntas de rutina, ¿está listo?

— Si.

— Bien, ¿podría decirme su nombre completo por favor? — sonrió.

El español asintió, comenzando a responder todas las preguntas correctamente, mientras su mente poco a poco se iba aclarando, entendiendo al fin lo que estaba sucediendo.

— Bueno, ya que sus estudios están bien y que su mente tiene todo en el orden correcto, creo que puedo darlo de alta hoy mismo, con la promesa de que deberá volver si siente alguna molestia. — sonrió, mientras el asentía. — Tuvo mucha suerte, ambos la tuvieron, ese choque fue terrible, yo diría que esta es como una segunda oportunidad.

Carlos sonrió, asintiendo hacia el doctor, tenia razón, esta era su segunda oportunidad y no iba a desaprovecharla, a pesar de saber que tenia que comenzar todo de nuevo, pero si ya le había funcionado en su extraño sueño, ahora solo debía traerlo a la realidad.

— Helena traerá la hoja de alta para que la firme y le entregará todas sus pertenencias. — le sonrió, saliendo de la habitación.

•~•~

— Tienes que comerte todo Charlie, órdenes del doctor. — Arthur sonrió, ayudándole a su hermano a comer, pues tenia un yeso cubriendo su mano derecha.

— Puedo agarrar la cuchara con la mano izquierda Arthur. — renegó, girando los ojos. — Mamá, dile que yo puedo hacerlo.

— Dejate consentir cielo, nos asustaste mucho con ese accidente. — besó su cabello. — No se que seria de nosotros sin mi chico llorón.

— ¡Mamá! — la miró avergonzado, mientras sus mejillas se pintaban de rojo. — No soy un llorón.

— Cariño, lloras con la mayoría de películas de disney. — rió. — Por cierto, pregunté por Carlos en recepción, lo darán de alta hoy mismo, está perfectamente bien, me gustaría saludarlo.

— No es un buen momento mamá. — negó Arthur.

— Oh, si que lo es, debo reprenderlo por romperle el corazón a mi chico. — sonrió, notando la sorpresa en el rostro de sus dos hijos menores.

— ¿Como... como lo sabes? — preguntó Charles.

— ¿Saber que? — Lorenzo los miró confundido. — ¿De que hablan? ¿Tu y Carlos ya no están juntos?

— Lorenzo, cariño, tal vez debas ver un poco mas la television. — rió la mujer. 

Unos toques en la puerta los interrumpieron, mientras Pascalé sonreía, dando paso a entrar,

— Hola. — Carlos murmuró incómodo, notando como Arthur parecía querer asesinarlo con la mirada y Charles centraba su vista en las mujeres tras el. — Lamentamos interrumpir.

— Pero queriamos saber como estabas Charles, ese accidente si fue muy feo. — Isa se adelantó, entrando en la habitación.

— Podemos volver después. — el español sugirió.

— No cariño, entra, los chicos y yo no hemos cenado aun, así que vamos a aprovechar que están aquí para que mi Charlie no se quede solo. — le sonrió, mirando como su hijo menor negaba. — Vamos Arthur.

— ¿Les molestaría si los acompañamos? — Blanca sonrió. — Ana y yo tampoco hemos cenado y ellos ya sabe, necesitan hablar.

— Claro que no linda, vamos. — sonrió la mujer. — Vuelvo en un momento cielo, termina de comer.

¡Gracias por leer!❤

Me parece que voy a tener que darle uno o dos capítulos mas a esta historia :) y si, por si tienen dudas, este accidente fue el que ocurrió en el primer libro, todo lo que pasó después, fue solo un sueño de Carlos mientras estaba inconsciente :)

¿Ya me perdonaron?

Los amo, besos ❤