Amnesia ||• Charlos •||

Capitulo 13

— ¿Una cita? — Lando murmuró impresionado. — ¿Y te lo pidió así de la nada?

— Si, el quiere que vayamos a cenar a un lugar lindo. — sonrió.

— ¿Y que le dijiste? — preguntó curioso.

— Creo que esa respuesta es obvia Lando. — Max señaló, girando los ojos. — ¿No le ves la cara de idiota? Sonríe como un puto enamorado.

— No lo escuches Carlos, eso es una clara falta de sexo porque Sergio aun no lo perdona. — se burló Daniel, recibiendo un golpe del neerlandés. — Oye, es cierto.

— Me odia, así de sencillo. — murmuró fastidiado. — No importa lo que haga, si me humillo, si le pido perdon de rodillas, no le importa lo que pueda decir, el simplemente ya decidió que no quiere volver a verme nunca mas, ni a hablarme y ahí está, paseándose por todos lados con ese imbécil de Stroll.

— Tu te lo buscaste. — señaló Daniel. — Fuiste un idiota y esas son las consecuencias, afrontalo como hombre y deja de hacer berrinches.

— Se supone que eres mi mejor amigo. — giró los ojos el rubio, enfrascandose en una discusión con el australiano.

— ¿Cuando será su cita? — Lando ignoró a los dos pilotos, centrándose en Carlos.

— Mañana, el dijo que yo eligiera el lugar y realmente quiero sorprenderlo. — suspiró. — Quiero volverlo a intentar en la cita Lando, ya sabes, arriesgarme de nuevo por nosotros.

— No puedes llevarlo al mismo lugar de su primera cita porque estamos en otro país, ¿pero que tal algo similar? Un lugar privado y bonito. — lo miró. — Tengo un amigo que puede rentarles una cabaña, pide algo de comida o preparala tu mismo y llevalo ahí, estarán solos, habrá mas privacidad y puedes intentarlo de nuevo, sin presiones.

— ¿Tu podrías...?

— Por mi pareja favorita, siempre. — le sonrió. — Hablaré con Jake y mañana puedo acompañarte temprano y arreglar un poco, ya sabes, darle esa aura romántica.

— Gracias Lan. — sonrió genuinamente.

— Estoy seguro que va a ceder esta vez, solo, demuestrale quien eres. — sonrió. — ¿Sigues escribiéndole notas y cartas?

— Todos los días. — sonrió.

— ¡Tienes que aceptar que te comportaste como un crio Max! — le gritó Ricciardo, llamando su atención. — Y si sigues así, vas a perderlo, Stroll está sumando puntos con el, ya tu sabrás.

•~•~

Carlos y Lando pasaron el día siguiente arreglando la pequeña cabaña, haciendo que luciera hermosa, acogedora y muy romántica, logrando el aura que el español necesitaba para su propuesta.

La cabaña era muy bonita, no muy grande, apenas lo necesario para ser acogedora, estaba ubicada lejos del bullicio de la ciudad, a la salida para ser exactos, en una playa tranquila, privada, a la que solo tenían acceso los dueños de las demás cabañas.

— ¿Cocinaras tu o vas a comprar comida? — Lando preguntó.

— Ambas. — sonrió. — Quiero sorprenderlo.

— Bueno, entonces yo me voy, Jake dijo que puedes usar este lugar rl tiempo que quieras. — sonrió. — Solo por si tu y Charles quieren permanecer un par de días lejos de todos.

— Gracias Lan, en serio.

•~•~

— Dejame ver si entendí, ¿tu le pediste una cita? — George lo miró divertido, mientras el monegasco asentía, con una pequeña sonrisa. — Que osado Charlie.

— Yo... No les llamé para esto. — negó avergonzado. — Solo, quiero un poco de motivación para dar el siguiente paso yo.

— ¿Carlos ya no mencionó nada mas sobre volverlo a intentar? — Pierre apareció en la pantalla.

— No, pero bueno, yo fui quien le dijo que quería espacio. — suspiró. — Solo que creo que ya pasó mucho tiempo y quiza el ya se dio por vencido...

— No lo creo. — negó George.

— Yo tampoco, ¿sigue escribiendo notas y cartas para ti? — preguntó el francés.

— Lo hace. — asintió.

— Entonces no debes preocuparte, el solo está respetando tu espacio, tal vez es momento de que tu des el siguiente paso esta vez. — murmuró Pierre, mientras George permanecía en silencio.

— Si, tal vez, tienes razón.

— Si, así como fuiste tu quien le pidió la cita, honestamente no creí que lo harías. — rió nuevamente Pierre.

— Uh, estuve a punto de arrepentirme. — murmuró riendo tambien, centrando su atención en George. — ¿Georgie, todo bien?

— Si. — asintió rápidamente, mirando a us novio. — ¿Sabes? Hace tiempo que no tenemos una cita...

— En realidad tu y yo no somos de citas chéri. — Pierre sonrió.

— Pero quiero tener una. — George lo miró con seriedad.

— Sabes que eso no se me da. — señaló el francés, besando su mejilla. — Pero si tu lo planeas, iría al fin del mundo contigo.

— ¿Enserio? — lo miró, mientras Charles estaba en silencio, observando su interacción, si, lo habían olvidado.

— Muy enserio amor, te amo, así que si podría hacer esas cosas cursis contigo, si eso te hace feliz. — sonrió.

— Entonces casemonos. — el francés lo miró sorprendido.

— ¿Estas bromeando cierto? — rió nervioso.

— Nunca he hablado mas enserio en mi vida Pierre, te amo y me amas, estamos seguros de ello y yo ya no puedo esperar mas para compartir mi vida contigo. — le mostró un anillo. — Lo compré hace meses, quería hacer algo romántico y lindo, pero, no puedo y no quiero esperar mas para hacerlo.

— Oh mon dieu. — susurró Pierre.

— Entonces mi chico de hermosos ojos, ¿quieres casarte conmigo? — le sonrió.

— Claro que quiero, si, si, si. — gritó, lanzándose sobre el. — Te amo, te amo.

Charles sonrió, observando a ambos y no queriendo interrumpir su aura romántica, se desconectó de la llamada, ya tendría tiempo después para felicitarlos.

El timbre de su casa sonó, sacándolo de sus pensamientos y rápidamente se levantó a abrir, topándose con Carlos del otro lado, quien lucia espectacularmente atractivo.

— Hola. — murmuró tímidamente, haciéndolo sonreír.

— Hola, ¿estas listo? — preguntó el español, mientras el asentía. — Bien, entonces vamos, está un poco lejos.

— Tu... Te sienta bien el azul. — halagó Charles, logrando hacerlo sonreír nuevamente, mientrs avanzaba hacia el asiento de copiloto, notando como el se quedaba parado. — ¿Nos vamos?

Carlos lo detuvo antes de subir al auto, tomando ligeramente su brazo y acercándolo a el, robándole un beso.

— Ahora si, podemos irnos. — sonrió, abriendo la puerta para el.

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