Xie Lian tiempo más tarde, volvió a insistirle a Qingxuan que hablara con He Xuan, que le hiciera saber a este de la existencia de su hijo, pero Qingxuan se mantuvo en su posición.
Antes de volver a Nanjing, Qingxuan logró conseguir un trabajo estable en Beijing, con una importante agencia de modelos a la que ahora pertenecía Ming Yi y de dande le enviaban las modelos a Xie Lian para sus campañas, teniendo asegurado aquel empleo, Qingxuan decidió quedarse en la ciudad.
Sin embargo, vivía con el miedo de que alguien que no debía verla la viera, y sobre todo que la vieran con su bebé.
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He Xuan fue consciente de que una vez que terminara de despedir a Hua Cheng de su vida, se encontraría completamente solo en el mundo. Sabía que la amabilidad de los demás se debía al respeto que le tenían a su carrera, y la de su asistente... Bueno, era parte de su trabajo, el cual representaba ahora su única ancla a la vida. De modo que después de "terminar" a Hua Cheng, se sumergió aún más en su trabajo y se quedaba en su oficina aún más tarde. Tuvo incluso que contratar un segundo asistente, porque Ban Yue simplemente no pudo seguirle el paso. Su casa prácticamente solo le servía para dormir, ducharse y arreglarse. Si le hubieran robado alguna habitación que no fuera su dormitorio, ni siquiera se habría dado cuenta en esos meses.
No fue hasta que tuvo que ir a cierto centro comercial para verse con alguien, que la vio. Su belleza etérea y ajena de este mundo e inconfundible. Su andar ligero y lleno de gracia, sólo que ahora iba empujando... ¿una carriola?
He Xuan se congeló.
La mujer se detuvo frente a una tienda de ropa para bebés, y se asomó a través del cristal para poder observar mejor unos conjuntos de animales. He Xuan se acercó lentamente para poder tener una mejor vista de lo que había dentro de la carriola, aún incrédulo de lo que estaba mirando.
¡Era un bebé!
¡Qingxuan era mamá ahora!
Caminó despacio hasta que la mujer con su carriola solo estuvo a un par de metros de él. Miró al bebé, quien abrió sus ojitos dorados y se removió un poco.
—¿Es...? ¿Es mío?— murmuró, con un hilo de voz.
Aún estaba demasiado sorprendido como para procesar en su mente lo que estaba sucediendo.
Esa tarde, Qingxuan había comprado donuts para ella y Ming Yi que iría a quedarse esa noche a dormir en su casa y ayudarle un poco con el bebé, llevaba a su pequeño en la carriola mientras miraba vitrinas, una en especial le llamó la atención, el conjunto estaba precioso para su pequeño. Antes de decidir entrar a la tienda, le sacó una foto al conjunto y se la envío a Ming Yi y solo un momento después escuchó un susurro y se dio cuenta de la presencia de alguien acercándose a su bebé, cuando Qingxuan miró en esa dirección sintió que el mundo se le venía encima. Atrajo la carriola hacia ella y miró a He Xuan con una mezcla de miedo, enojo y nostalgia, y se dio cuenta que este estaba atónito.
Sin decir una sola palabra se dio la vuelta y caminó de prisa hacia su auto, cuando estuvo dentro miró a su bebé, quien tranquilamente empezaba a quedarse dormido. Recibió la respuesta de Ming Yi respecto a la foto y Qingxuan respondió angustiada.
Qingxuan: Vi a He Xuan.
Qingxuan: Y él me vio. Me vio con HanXue.
Qingxuan: Cómprame el siguiente vuelo a Nanjing o a donde sea, tengo que salir de la cuidad, por favor.☆゜・。。・゜゜・。。・゜★
Y en su estupefacción, He Xuan fue incapaz de hacer nada mientras Qingxuan se alejaba con el bebé. Cuando reaccionó, ella estaba demasiado lejos para alcanzarla.
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Jugando a no extrañarnos [BEEFLEAF]
Romans-Deja en paz a la chica. Estás borracho y la estás incomodando. El hombre que estaba a punto de respingar, se controló cuando vio su rostro. Parecía que sabía de quién se trataba. -Por supuesto. Seguro preferirá a alguien sobrio. Acompáñela, por fav...