Capítulo 24

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Después de esa noche, la decepción en He Xuan prevaleció, pero no fue capaz de decirlo. Ni siquiera en terapia, pues no sabía cómo abordar el tema sin hacer sentir presionada a Qingxuan. Se sentía un poco mal e incluso investigó a solas si aquello era normal... y se dio cuenta de que después de tener un hijo, era común que el deseo sexual desapareciera por completo en las mujeres. Este efecto podría durar hasta un año o más, por lo que decidió que lo mejor era mentalizarse a que no tendrían ningún tipo de intimidad hasta que HanXue creciera.

Desde entonces, cada vez que dormían juntos, He Xuan prefirió que su bebé durmiera con ellos en medio para no tener que tocarla demasiado, y minimizó el contacto físico con ella a sólo manos en un intento por reprimir su deseo. Podía hacerlo, por supuesto, y cada vez que sentía anhelo por la ardiente Qingxuan que lo desvestía a mitad de la sala y lo derretía siquiera antes de llegar a la cama, se decía a sí mismo que eso se había quedado en el pasado por tiempo indefinido.

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Qingxuan trabajaba poco, y solía pasar más tiempo en casa de He Xuan para que ambos pudieran cuidar de HanXue sin problemas ahora que Lang Qian Qiu se preparaba para su ascenso.

Qingxuan notó cómo He Xuan solía salirse de la habitación cuando ella se cambiaba y que ahora él iba por HanXue y lo ponía a dormir en medio de los dos. Ella pensó que tal vez He Xuan se había dado cuenta de aquellas cosas que ella mencionó que se sentía insegura.

Aún así, le gustaba ver a He Xuan ocupado en su trabajo, pues aunque se había retirado de la música como cantante, aún así algo de lo que le gustaba. 

Para no pensar demasiado en aquel asunto, He Xuan enfocó parte de su atención en el trabajo. Componía de vez en cuando, e igual recibía artistas nuevos para producirlos. La última era una banda cuya vocalista en un principio le había caído bien. Era joven, carismática, talentosa y admitía que era bonita, por lo que seguramente con la asesoría correcta, podrían posicionarse bien con su música. No le gustaba, sólo la encontraba simpática y le hacía recordar hacía unos años antes de alcanzar la fama, cuando aún tenía esa inocencia casi adolescente.

Una tarde que tuvo que ir a trabajar, quedó con Qingxuan de verse en el estudio para salir a almorzar juntos después de que terminara su junta del día con dicha banda.

—Gracias por todo, trabajaremos en eso— le dijo el tecladista.

—Mn. Están muy cerca de concretar ese proyecto. Nos vemos la próxima semana.

Los miembros de la banda salieron poco a poco de la sala, pero la vocalista se quedó ahí.

—¿Qué pasa? ¿Tienes dudas sobre algo?

La muchacha sonrió y negó con la cabeza. Se acercó lentamente.

—Estaba pensando... creo que nos llevamos muy bien. ¿No crees?

He Xuan se encogió de hombros.

—Me gusta llevar una buena relación con los artistas.

Ella se acercó un poco más hasta ponerse frente a él. Se recargó en la mesa y le tomó la mano. He Xuan se desconcertó y trató de quitar su mano suavemente, pensando que quizás ella estaría por hacerle una mala broma o algo por el estilo.

—Lo que quiero decir es... que congeniamos muy bien. Tanto que me gustaría invitarte un trago... en mi casa— mientras decía esto, condujo la mano de He Xuan hacia uno de sus pechos.

Antes de que pudiera hacer contacto, He Xuan volvió a apoderarse de su mano y se safó con brusquedad. Se alejó al menos tres pasos de ella y la miró con desdén.

Jugando a no extrañarnos [BEEFLEAF]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora