Dulce para el amargo - Aki

Capítulo 9

¿Será su novia? ¿Tendrá novia? ¿Tendrá novio? ¿Tendré oportunidad con él?

Eran algunas de las preguntas que rondaban por la cabeza de ____.

—¿Por qué pensé que alguien tan lindo como él estaría soltero? —se preguntó dando un suspiro. —No debí hacerme ilusiones. —concluyó para proceder a dormir.

El fin de semana pasó muy rápido, ____ aprovechó toda la mañana y tarde para hacer completar algunos trabajos y estudiar, hizo de todo solo para mantener a su mente ocupada y no pensar en Aki.

—____ —la llamó su mamá al entrar a la casa. —La tienda está cerrada, ¿puedes ir hasta la otra tienda, por favor?

¿Qué? No, por favor.

—Claro, mami. ¿Qué necesitas que compre?

Justo cuando no quiero verlo. ¿Por qué me haces esto, destino? —pensó la pelirroja al cerrar su puerta. —Bueno, tal vez ni siquiera esté trabajando hoy. Piensa positivo, _____.

Entró por la puerta de la tienda con la cabeza gacha, antes de salir se había puesto una polera con capucha. Aún si Aki estuviera ahí, intentaría pasar desapercibida.

Caminó por la tienda buscando lo que le pidió su mamá y cuando lo encontró, procedió a pagarlo con el cajero. Al llegar notó una cabellera rubia conocida. Era Denji.

—Buenas noches. —saludó ____ para llamar la atención y entregar el producto a Denji.

—Buenas noches, ____. ¿Vienes a ver a Aki?

Rayos. ¿Por qué me reconocen tan rápido?

—Oh, no. Solo vengo a comprar.

—¿Pasó algo? Aki me contó que te fuiste algo rápido. —contó Denji apoyándose en el mostrador luego de cobrar y entregar el producto.

—Eh, no. Todo está bien, solo que recibió la llamada de una chica y pensé que su novia lo necesitaría, no quería quitarle tiempo. —mintió.

—Puf, claro que n- —Denji hizo una sonrisa traviesa. —Ah sí, creo que estaba saliendo con una chica.

—Bueno, creo que eso es todo. —____ intentó cerrar el tema. Ya no quería seguir escuchando. —Adiós, Denji.

—Espera. —la llamó Denji. —Cierro en diez minutos, me esperas y nos podemos ir juntos.

____ mandó un mensaje a su madre contándole el por qué de su demora y acompañó al rubio hasta cerrar la tienda. Para su buena suerte no hablaron más sobre Aki y pudo conocer mejor a Denji.

Él conoció a Power y Aki en la tienda, fue el segundo en ser contratado. Él se hizo amigo de Power durante los primeros días y Aki aprendió a soportarlos uniéndose a su grupo.

—Tengo un perrito muy bonito, se llama Pochita. Aquí tengo una foto, pero tal vez un día puedas conocerlo. —Denji le mostró la foto en su celular.

—Sí que es lindo, me avisas cuando puedo conocerlo. Yo nunca tuve perros, mi mamá es alérgica a ellos, pero me gustaba jugar con algunos que veía en el parque.

—Entonces te encantará Pochita, es muy juguetón y tierno. Es lo más preciado que tengo en mi vida. —declaró Denji mirando las estrellas con una sonrisa.

—Qué lindo. —dijo ____ al ver el estado del rubio al hablar de su perrito. Era una linda imagen para apreciar.

—¿Qué?

—Te ves y escuchas lindo al hablar de Pochita. Eso es muy bonito.

—Oh... gracias. —respondió Denji con un sonrojo.

—Vaya, qué coincidencia que vivamos cerca, nunca te había visto. —____ cambió de tema.

—Yo tampoco lo sabía, solo quise acompañarte y hablar contigo. —confesó el rubio.

—Bueno, vivo en esta cuadra. Tal vez otro día podamos salir, gracias por acompañarme. —dijo ____ lista para despedirse.

—Adiós, enana. Gracias por esperarme.

—Adiós. —dijo la fémina dejando un beso en la mejilla de su amigo.

La noche de ____ no fue tan mala como esperaba, incluso la ayudó a despejar su mente. Estaba feliz de haber hablado con Denji.

—¿Que hablaste con quién?

—Con ____. Es muy linda, caminamos juntos hasta su casa. ¿Por qué? ¿Acaso te molesta que le hable? —preguntó Denji con tono burlón.

—Claro que no, no me importa con quién hables. Solo que no me lo esperé.

—Sí, claro. —dijo el rubio con sarcasmo. —Desde aquí puedo notar tus celos. No te preocupes, no me interesa la roja.

—¿Por qué la llamas así?

—¿Qué? ¿También tengo prohibido eso? —preguntó Denji intentando fastidiar al pelinegro.

—Claro que no, simplemente es raro que alguien la llame así.

—¿Y tú por qué lo haces?

—Porque me gusta fastidiarla. Aún así el cómo la llame no es de tu incumbencia.

—Bueno, Aki. No creo que seas el único que la llame así. Hay muchos chicos que igual que tú están detrás de ella.

—Yo no estoy detrás de ella, deja de joderme. —colgó la llamada.

"¿Lo estaré?"

Aki realmente no estaba seguro de ello, aunque sí debía admitir que solía pensar la pelirroja. En sus pequeños detalles, en las muecas que hacía al encerrarse en su mundo y en lo tranquilo que se sentía con su presencia. Ella era una criatura extraña que recién entraba a su vida y que poco a poco le enseñaba sentimientos que no conocía.

Ella creía que él no se daba cuenta, pero en realidad, él notó todas las veces en las que ella se quedó mirándolo. Tal vez nunca se lo contaría, pero ella lo ponía nervioso, le ponía nervioso su mirada, su actuar junto a él, le ponía nervioso su mera presencia. Cada vez que hablaba o pasaba tiempo con ella, un calor en su pecho aparecía y le hacía sentir calmado y de cierto modo hogareño. Era tan difícil para él explicar lo que sentía.

No quiere decir que nunca haya experimentado el sentimiento del amor, lo tuvo cuando era un adolescente, pero sentir de nuevo aquello y de un mayor nivel, lo hacía sentir como un inexperto.

La noche en la que casi se besan en su carro, él deseaba hacerlo, quería sentirla, quería aclarar sus sentimientos. Si antes pensaba en ella por el tiempo que pasaban juntos, ahora lo hacía porque le gustaba recordarla y no podía olvidar su rostro iluminado por un farol de la calle.

—¿Por qué tuviste que llamarme, Himeno?—pensó.

No solo le frustraba el no haber besado a la pelirroja, también el hecho de que su amiga lo llamó para contarle que había visto una película que la hizo llorar.

¿Acaso a él le importaba? Claramente no, pero ella lo hacía para fastidiarlo. Y vaya momento en el que lo hizo. Fue por ello que se ganó un bloqueo por parte del pelinegro.

"A ver si con eso se le van las ganas de seguir molestando."