Capítulo 10

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—Adelante, señorita, recuéstate en aquel sofá.

El profesor de dibujo había citado nuevamente a ____. Había pasado una semana desde el día que Denji y ___ hablaron. Nada entre ella y Aki había cambiado, al fin y al cabo solo eran amigos, pero hubo algunos intentos por alejarse por parte de la fémina.

Luego de que Denji le confirmara que Aki salía con alguien, la tristeza invadía su ser cada vez que estaba junto al pelinegro. Le dolía recordar que él solo la veía como una amiga, mientras ella quería ser algo más.

"¿Por qué pensé que era buena idea hablarle?"

Y ahora se encontraba ahí, recostada sobre el sofá con una mano posando en su cadera, con una rosa en la otra mano y algunas flores blancas se encontraban esparcidas por sus rojizos cabellos.

La pelirroja agradeció que su mamá le haya comprado un vestido rosado el día anterior, cuando se lo entregó ella estuvo muy emocionada por usarlo y lucirse al día siguiente. Vaya suerte la suya que justo ese día la citaron para hacer de modelo.

____ dirigió una mirada rápida hacia el lugar en el que estuvo Aki la ocasión anterior, nuevamente él estaba ahí. Él la estaba mirando, sus miradas se conectaron y una sonrisa tímida se formó en el rostro de la fémina.

Aki apartó su mirada avergonzado y procedió a morder su lápiz para calmarse, dirigió su vista nuevamente hacia la modelo y se detuvo en sus labios. Apretó levemente el lápiz y procedió a dibujarlo. Trazó una línea tras otra, siguió la forma de los labios de la fémina y sombreó las partes que él consideró necesarias.

"Tienen una linda forma, combinan con su rostro."

"¿Sabrán a fresa al igual que muchas de sus cosas?"

Sus ojos, aquellos ojos son tan hermosos como ella. Eran ojos normales, nada de especial para los demás, pero para él eran la entrada a otro universo. Recordaba cuando se vieron a los ojos aquella noche cuando estaban en su carro, la manera tan peculiar en la que ella lo miraba, los brillos y lo que le transmitían lo hacían sentir en otro universo.

Todas las veces en las que conectaron miradas, fueron un viaje para Aki, un viaje hacia lo profundo de _____, aún si ella no contaba cómo se sentía, sus ojos siempre la delataban, eran los mensajeros entre ___ y Aki.

Él sabía bien lo que ella intentó durante esa semana, lo notó cuando sus ojos se apartaban de él cada vez que él acercaba su mano hacia el de la pelirroja, al principio pensó que era por vergüenza, pero luego entendió que ella no quería que él lo haga.

¿Por qué? Se preguntaba. Aquel día en el carro descifró en su mirada que ella al igual que él quería probar los labios del otro. Entonces, ¿por qué ahora evitaba tener contacto con él? Él después de la llamada con Denji pensó toda la noche en ella y aclaró sus sentimientos. Aki quería a ____, quería estar con ella, poder pasar más tiempo junto a ella, abrazarla, besarla, pasar su vida con ella.

El timbre que anunciaba el final de la clase sonó y el profesor interrumpió a los dibujantes.

—Es todo por hoy, chicos. Pueden retirarse. —miró en dirección de la pelirroja. —Muchas gracias, señorita, puede retirarse.

_____ se levantó, estiró sus músculos para evitar dolores y procedió a retirarse del aula.

—Oye, roja. —la llamó Aki.

La mencionada detuvo sus pasos y se giró hacia el pelinegro.

—¿Qué pasó, Aki?

—¿No vas a querer ver el dibujo?

—Vaya, ahora ya no tengo que fastidiarte para que lo hagas.

Caminaron juntos hasta salir de su facultad y se detuvieron en la esquina donde pasaban los buses.

—Toma, me esforcé más que en la otra ocasión. —Aki le entregó la hoja en la que dibujó.

—Vaya... nunca dejas de sorprenderme, lo dibujaste hermoso, Aki. —halagó la pelirroja admirando el dibujo.

"Aún si dibujara mal, el resultado sería hermoso solo porque se trata de ti,"

Aki observó el perfíl de la joven y dirigió su mano hacia un mechón que estorbaba su vista y lo ubicó detrás de la oreja de la fémina.

_____ se paralizó y un sonrojo se apoderó de sus mejillas, giró su cabeza hacia Aki y conectaron miradas.

—____... estos días junto a ti han sido increíbles. —terminó con el silencio Aki, movió su mano hacia la mandíbula de la fémina y la acarició lentamente. —Yo...me preguntaba... si te gustaría sa- —pero fue interrumpido por una voz femenina.

—¡Aki, vámonos! —lo llamó una pelinegra con cabellera corta desde la otra esquina.

Ambos jóvenes voltearon a verla, uno con fastidio y la otra con confusión.

—Ya voy, Himeno. —habló Aki.

Y el rostro de confusión se convirtió en una combinación de sorpresa y tristeza.

"Ella es Himeno"

—Yo...creo que deberías irte, no la hagas esperar. —dijo ___ tragándose su dolor y le entregó su dibujo.

—Te podemos llevar hasta tu casa, ya es algo tar-

—No te preocupes. —lo interrumpió la pelirroja dándole una pequeña sonrisa. —Deben tener planes, no quiero quitarles tiempo. No es la primera vez que voy sola a casa.

—Pero no deberí-

—Estaré bien, Aki. —declaró ___ tajante.

"No lo estoy"

Aki suspiró resignado y se volteó para caminar hacia Himeno. ____ por su parte mantuvo su sonrisa intentando tranquilizarse.

"Estoy bien

estoy bien

estoy bien"

Tenía que aguantar, aguantar unos minutos, al menos hasta llegar a su cuarto.

Caminó hasta el asiento que estaba al costado del cartel que indicaba el paradero, se sentó y empezó a jugar con sus pies para distraerse.

—Pensé que me invitaría a salir. Qué tonta.

El bus se detuvo delante de ella al pasar dos minutos, ___ subió al bus, saludó al chofer y pagó su pasaje. Al momento en el que el bus comenzó a avanzar, el aire que entraba por una ventana impactó contra su cara. De cierta forma se dio algo de calma, se sentía tranquila, como si el viento acariciara sus mejillas intentando apaciguar sus penas.

—Ella es tan parecida a él. —pensó. —y ellos son tan diferentes a mí. ¿Por qué pensé que le gustaría alguien como yo? Ni siquiera sé por qué aceptó ser mi amigo.

Pronto llegó a su paradero y bajó sin ganas.

Cerró la puerta de su cuarto y se miró en el espejo. En la mañana no pensó que terminaría su día así, ella se había arreglado para lucir su hermoso vestido sin pensar que terminaría con lágrimas adornando sus mejillas y odiando su estilo.

—Maldito, arruinaste mi vestido. —murmuró intentando sacarse una sonrisa.

Dulce para el amargo - AkiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora