4

4.2K 447 106
                                    

Enid estaba agotada, su madre la arrastró de aquí a allá por toda la fiesta presentándola con cada alfa que se encontrara, se sentía como un producto, Esther estaba tratando de venderla al mejor postor y eso le hacía hervir la sangre por la rabia.

Finalmemte había logrado que su madre la dejara en paz por un momento y su padre se acercó a ella para tranquilazarla.

-Cariño no te preocupes, en cuanto le digamos sobre tú mate ella dejará de intentar emparejarte con alguno de esos alfas que en mi opinión, son muy poco para tí, no te llegan ni a los talones-. habló Murray tratando de sacarle una sonrisa a sú hija pero no lo logró, le sonrió con cariño deseando con todas su fuerzas calmarla un poco, el olor a desesperación y molestia que desprendía su cachorra le estaba preocupando, temía que Enid no pudiera controlarse y se dejara llevar por sus emociones.

-No creo que sea así papá, tú lo dijiste, es notoria mi impregnación con Wednesday, ella siendo mi madre debió notarlo pero probablemente solo decidió ignorarlo-. Enid estába frustrada, enojada y dolida, pensó que su madre cambiaría después de saber sobre su enlobación sin embargo sigue siendo una egoísta que solo piensa en el estátus y el poder.

-No te preocupes hija, yo no permitiré que ella te aleje de Wednesday, no permitiré que cave la tumba de mi cachorra-. Murray abrazó a Enid, el no solía oponerse ante su esposa pero ya no podía dejar que siguiera dañando a su hija, era realmente peligroso para Enid no estar junto a Wednesday y no iba a dejar que su hija siguiera sufriendo por los caprichos de su esposa, ayudaría a Enid a cerrar el vínculo con Wednesday, si lograba eso su esposa no podría intentar alejarlas y si lo intenta sufrirá las consecuencias, nadie puede oponerse ante el sellado de madre luna.

-Gracias papá-. dijo Enid abrazando con más fuerza a Murray, sin duda tenía al mejor padre del mundo.

-Enid, ven conmigo, el hijo de los alfas de dark lake está ansioso por conocerte-. Esther llegó interrumpieneo el abrazo entre Murray y sú hija, agarró fuertemente a Enid por la muñeca y la obligó a salir de los brazos de su padre.

-Esther, no puedes llevartela, estabamos hablando-. Murray agarró a Enid de su mano libre evitando que Esther siguiera su camino, estaba enojado y era bastante notorio, ese alfa calmado y alegre de siempre no parecía el mismo que se encontraba mirando a su esposa con furia.

-Eres su padre Murray, puedes hablar con la cachorra siempre, esto es más importante-. Habló Esther quitándole importancia a su esposo.

-Sueltala, ella no quiere ir contigo-. Murray nunca usaba su voz de alfa, prefería arreglar los problemas sin imponerse ante los demás pero Esther no iba a ceder tan facil y el lo sabía.

-No uses tú voz de alfa conmigo Murray, recuerda que yo soy alfa, el alfa de la manada y me debes respeto-. Esther no soportaba que alguien estuviera en contra de ella, no estaba acostumbrada a que no se le hiciera caso de inmediato, ella es la alfa, nadie debería tratar de imponerse ante ella.

-Serás el alfa de la manada pero también eres mí esposa y la madre de nuestros hijos, no mezcles tú posición con los temas familiares, estamos discutiendo sobre nuestra cachorra-. habló Murray exasperado, siempre que intentaba imponerse ante Esther ella se excusaba con ser la alfa, se estaba hartando de que se aprovechara de su título para pasarle por encima a todos, incluyendo a su familia.

-No me hagas una escenita ahora Murray, estamos rodeados de alfas importantes, no necesito pasar un bochorno por culpa-. habló Esther entre dientes esperando que toda esta discusión sea ahogada entre la música lenta que sonaba de fondo, lo que menos quería era que los invitados escucharan como su marido la desobediencia.

Alfa de sangre (Wenclair)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora