Alfa de sangre (Wenclair)

7

Wednesday no esperaba esa reacción de la rubia, no quería preocuparla pero debía admitir que le encantaria recibir la visita de Enid.

Dedos entró a su cuarto para comprobar su estado, la fiebre no bajaba, es más, parecía aumentar aunque hicieran de todo para intentar bajarla.

-Dedos, avisale a mis padres que tendremos visitas, diles que en unas horas manden a Largo al aeropuerto, preparen todo para la llegada de Enid-. a pesar de que Wednesday se sentía de la mierda seguía viendose estoica, no permitiría que la vieran debil por un estúpido malestar físico.

-'¿Enid?, ¿le dijiste que estabas mal?'-.

-Le dije que tenía fiebre, se preocupó de sobremanera y decidió venir a verme-. Habló seriamente, no tenía intención de anunciar la verdad sobre lo que estaba ocurriendo.

-'Está bien, yo me encargo de todo'-. Dedos dejó el cuarto y fue rápidamente a anunciarles a todos que tendrían visitas, no importaba la hora, los Addams siempre estaban felices de recibir visitas.

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Enid se encontraba el avión, acababa de ser despertada por la azafata, quién le había informado que estaban por aterrizar, nunca había estado en Nueva Jersey, quizá podría salir con Wednesday cuando ambas ya estén mejor, la rubia podía sentir su cara afiebrada, se sentía demasiado cansada pero necesitaba ver a la Addams, si ella se estaba sintiendo así entonces Wednesday debe sentirse peor y eso la motivaba a seguir esforzándose para llegar a la pelinegra.

Enid bajó del avión y se dió cuenta que no le había preguntado a Wednesday su dirección, empezó a entrar en pánico hasta que alguien demasiado alto se acercó a ella con un cartel que tenía escrito su nombre, la rubia de inmediato lo reconoció, era el chofer de la gótica.

Largo dio media vuelta guiando a Enid hacia la limusina, Enid lo siguio sintiéndose aliviada y agradecida de que Wednesday se adelantara al acontecimiento y mandara a alguien a buscarla.

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Wednesday había tratado de mantenerse despierta hasta la llegada de Enid pero no lo logró, la pesadez de su cuerpo y la alta fiebre que estaba experimentando la obligaron a caer dormida.

La gótica estába soñando o quizá delirando por la fiebre, sentía todo tan real, ella estaba en un baño, se miraba en el espejo notando como su rostro se veía más adulto detallaba cada detalle de el pero fue interrumpida por un suave golpeteo en la puerta.

-Ma chère, ¿Estás lista?-. La dulce voz de su amada le hablaba desde el otro lado de la puerta e inconscientemente sonrió al escucharla.

-Sí sole mio estoy lista-. contestó Wednesday saliendo del baño para encontrarse finalmente con su amada. Ahí estaba Enid, la esperaba sonriente mientras en sus brazos se veía un hermoso bebé de finos cabellos negros y ojos tan azulados como el profundo mar, Wednesday sintió las arañas en su corazón y los murciélagos alborotados en su estómago al ver a sus amadas.

-Tardaste mucho, Friday te estaba extrañando-. Dijo la rubia haciendo un puchero, la Addams no aguantó las ganas y se acercó a besarla, la bebé río ante está acción llamando así la atención de sus madres.

-¿Tú también quieres un beso?-. Le dijo Wednesday mirando a su hija con una ceja levantada, la bebé volvió a reír y la gótica tomandolo como una afirmación se acercó a besar su frente.

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Enid se encontraba saludando a los padres de Wednesday, se disculpó varías veces por llegar tan temprano y sin aviso a su hogar, Homero le quitó importancia al suceso y Morticia solo la miraba con una alegría inmensa, dedos apareció con prisa bajando las escaleras, la saludó rápidamente y se apresuró para indicarle que lo siguiera, Enid se despidió de Homero y Morticia para seguir a Dedos escaleras arriba, sentía el cansancio adueñarse de su cuerpo a medida que subía los escalones, quería dormir, ver a Wednesday y dormir con ella.

Dedos la adelantó y cuando Enid finalmente lo alcanzó lo vió esperandola frente a un puerta abierta.

-'Esta es la habitación de Wednesday'-. señaló dedos para después despedirse de Enid e irse de nuevo escaleras abajo, sabía que debía darles su espacio a las chicas.

Enid caminó lentamente hacía la puerta, se sentía un poco nerviosa, quería ver a Wednesday pero sabía que la pelinegra estaba enojada con ella, se asomó con cuidado por la puerta y la vió, estaba dormida, tenía un paño humedo en su frente y sus brazos cruzados sobre su pecho.

La lobizona finalmente entró por completo a la habitación, cerró la puerta detrás de ella y comenzó a acercarse hacia Wednesday, cuando estuvo lo suficientemente cerca de la gótica acarició su mejilla, se sentía caliente.

-Sole mio-. Dijo Wednesday con los ojos aún cerrados tomando con cariño la manos de Enid.

-Hola willa, ya estoy aquí-. habló Enid moviendo el paño de la frente de Wednesday para dejar un beso allí, la rubia pudo notar como su temperatura ya estaba bajando.

-Ven cara mía, acuestate a mí lado-. la Addams se hizo a un lado dejando espacio para Enid en su cama y levantó el cubrecama para que se acostara, la lobizona sonrió emocionada, finalmente iba a obtener lo que tanto había esperado, se acostó al lado de Wednesday sintiendo la calidez que había dejado y se tapó con el cubrecama, sintió como el olor de la gótica la envolvía y sintió su cuerpo finalmente relajarse, su loba estaba dando saltitos de alegría en su pecho, no podía estar más feliz, o eso creyó hasta que Wednesday pasó su brazo sobre ella.

-¿Sigues enojada conmigo?-. habló Enid volteandose para quedar cara a cara con la Addams, la pelinegra ya había abierto los ojos, se miraron con tanta intensidad que se sentían atrapadas la una en la otra.

-No, estás perdonada solo porque llegaste rápido-. La lobizona sintió su respiración chocar contra sus labios y el aroma a menta se abrió paso por su nariz.

Enid dirigió su mirada hacia los labios de Wednesday, su loba le exigía probar sus labios, la gótica lo notó y cortó el espacio entre ellas, juntó sus labios y ambas comenzaron un tierno beso, hasta que Enid de forma inconciente siguendo sus instintos abrió la boca pidiendo que Wednesday metiera su lengua en ella, la Addams los hizo y el beso se intensificó volviéndose un beso lleno de deseo, la loba de Enid pedía más, le pedía marcar a Wednesday, quería hacerla suya y marcarla para que todos lo supieran, el cansancio ya no estaba en su cuerpo, se había desvanecido.

La Addams acercó más su cuerpo al de Enid y sin querer chocó su rodilla con el centro de la lobizona haciendola soltar un gemido que fue ahogado por la boca de la pelinegra, se separaron un poco y Enid pudo notar un brillo de deseo en los ojos de Wednesday.

-Lo siento Willa, yo-. La gótica la calló con un beso, esta vez bajó la intensidad volviendolo un beso lleno de amor.

-Está bien lobita, deberiamos dormir, te ves cansada, supongo que no pudiste dormir en el avión ¿verdad?-. Enid negó con la cabeza dandole la razón a Wednesday.

-Entonces vamos a dormir sole mio tenemos toda una vida para seguir esto-. dijo Wednesday mienteas acariciaba las cicatrices en el rostro de la rubia, le encantaban.

Enid asintió y cerró sus ojos disfrutando el tacto de la gótica, Wednesday tenía razón, tenían toda una vida para estar juntas, ¿verdad?