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Esther estaba alterada mientras le reclamaba al pelirrojo su ineptitud, ¿cómo mierda su hija escapó de esa maldita celda de plata? solo podía pensar en una respuesta, ese maldito brujo la había traicionado.

-¡Estoy segura que tú la ayudaste a salir de la celda!, ¡¿Tienes idea de la mierda que me podía hacer si no hubiera escapado a tiempo?!-. Era consciente de la suerte que tuvo al notar el aroma de su hija, si su olor no hubiera delatado al ir aumentando a medida que se acercaba a la mansión quizá Esther estaría muerta ahora mismo, no quería admitirlo pero sabía que en una pelea contra Enid, ella saldría perdiendo, maldecía el día en que su hija se enlobó, si no fuera una lobizona de luna de sangre todo sería diferente.

-Cariño no me culpes, no estaba en nuestro planes que la diosa luna se involucrara-. trató de defenderse el brujo.

Esther palideció al escucharlo, ¿estaba bromeando con ella?, ¿madre luna ayudó a Enid?, eso era imposible.

-¡No juegues conmigo Azrael, asume tú maldita culpa!-. A pesar de intentar ocultarlo el terror en su voz era notorio.

-Yo no tuve nada que ver con el escape de tú cachorra-.

La seriedad del brujo le indicó a la lobizona que por más que quisiera, sus palabra no eran mentira, comenzó a mirar nerviosa hacia todas direcciones mientras trataba de olfatear el ambiente buscando algún aroma inusual, preparandose para escapar ante la mínima señal.

-Es muy tarde para eso cariño, ella ya está aquí-. Dijo el pelirrojo con una sonrisa maliciosa en su rostro -Nos vemos lobita... o quizás no-. el hombre comenzó a ser rodeado por una negruzca niebla disolviendose en esta misma para desaparecer por completo.

La lobizona comenzó a sentir el panico recorrer por todo su cuerpo, se sentía expuesta, podía sentir la feroz mirada de la entidad que la acechaba pero no podía divisarla, era uns presa fácil y era consciente de eso, ni aunque se convirtiera en loba lograría escapar de lo que le esperaba, aún así decidió no darse por vencida, trató de transformarse para correr a mayor velocidad pero no lo logró.

-"¿Qué pasa?, los alfa no deberían mostrarse tan vulnerables y aterrados hacía alguien"-. habló la Diosa mientras se hacía notar ante la mujer que la miraba con terror.

Esther comenzó a retrocer por instinto, ver los amenazantes colmillos de la loba albina que gruñía y se acercaba amenazante hasta ella inició todas las alertas en su cuerpo.

-¡Alejate de mí!-. gritó la mujer mientras tomaba un palo que se había atravesado en su camino. En un intento para hacer retroceder a la diosa comenzó a golpear de forma amezante el aire usando el palo como una burda suplencia de una espada.

-"¿Qué pasó con tú orgullo de alfa?, ¿Lo perdiste junto a tú loba?"-. La loba pegó un brinco agarrando el palo con su hocico y se lo quitó a la mujer, al tenerlo entre sus fauces le bastó una pequeña presión de sus filosos dientes para romperlo.

"¿Por qué no puedo transformarme?"

Pensó la mujer entrando en pánico al verse acorralada por la loba, buscó con la mirada alguna posible salida pero no la había.

-Por favor, te lo ruego-. Dijo con voz temblorosa mientras miraba los profundos ojos carmesí de la criatura.

La entidad mostró sus dientes de forma amenazante y se abalanzó sobre la mujer, la cuál cerró fuertemente sus ojos al recibir el fuerte impactó del peludo cuerpo de la loba.

-"Te diré porque no puedes transformarte, probablemente notaste que tú loba desapareció, creí que tenías una fuerte conexión con ella pero al parecer me equivoqué porque en cuanto traicionaste a tú propia manada ella decidió no estar ligada a tí, ya no eres una lobizona Esther, ahora eres una simple humana"-.

Esther tembló ante esas palabras y sin querer aceptar la verdad, exclamó:

-¡Eso es mentira!, ¡Tú me la quitaste!-.

-"Yo no intervengo entre lobizones y sus lobos, acepta de una vez tus errores y afronta las consecuencias, ya no eres una lobizona, no tienes lugar en la manada, vete lejos y no vuelvas a involucrarte con mis hijos porque si lo haces no me contrendré en despedazarte yo misma con mis colmillos"-. La entidad desprendió un fuerte brillo desde su cuerpo y desapareció sin más dejando a la pobre mujer temblando en el suelo, la ex lobizona tardó un momento en calmarse y en cuanto dejó de temblar rápidamente se puso de pie y llena de terror corrió a través del bosque intentando ir lo más lejos que podía de la manada, era consciente de que si no la mataba madre luna entonces Enid lo haría, un alfa no perdona las traiciones y un lobizon de luna de sangre se las cobra.

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Enid pasaba suevente la esponja por la espalda de su amada, la idea inicial de la rubia era dejar a Wednesday acostada en su habitación y ella ir a tomar una ducha rápida pero la pelinegra se negó rotundamente por lo que ambas terminaron juntas en la tina tomando un relajante baño de burbujas.

-Gracias por siempre llegar en el momento preciso-. Dijo la gótica acariciando con cariño las piernas de la lobizona por debajo del agua.

-Ma chérie, tout comme le soleil est là pour donner sa lumière à la lune, je serai toujours là quand tu auras besoin de moi-. Respondió la lobizona dejando pequeños besos por los hombros de la Addams.

-Dime cara mia, ¿te imaginas conmigo a futuro?-. preguntó la pelinegra acomodandose en la tina para quedar frente a la rubia.

-¿Enserio me preguntas eso Wednesday?-. Dijo Enid soltando una tierna risa mientras acariciaba la mejilla de su amada.

-Sí, responde la pregunta-.

-Ma chérie avec toi j'imagine jusqu'à l'éternité-. Respondió la lobizona acercandose hasta su novia para darle un cariñoso beso en los labios.

-Entonces, ¿Por qué todavía no me has marcado?-.

Enid miró con sorpresa a la hermosa gótica que estaba frente ella.

-Yo... no quería presionarte, quería ir despacio, además me daba miedo que llegaras a pensar que solo lo hacía para marcarte como mi propiedad-. Dijo la lobizona desviando la mirada para cortar el contacto visual con su novia. -Sé como son tus ideales-.

Wednesday meditó por unos segundos, sus ideales, claro, una persona no es un objeto para pertenecer a otra, realmente no había pensado en ello, antes de conocer a Enid le parecía asquerosa la idea de "pertenecer" a alguien, pero nunca imaginó como realmente se sentiría, no se trataba de objetivar a una persona, se trata de la complicidad, la disposición y la entrega completa al amor.

-Appartenere a te è una dimostrazione della mia completa devozione per te, quindi non esiterò a dire che sono tuo-. Dijo Wednesday volviendo a colocarse de espaldas a la lobizona dejando al descubierto su cuello.

-Marcame-. Ordenó la gótica a la lobizona.










La traducción de las frases está escrita en los comentarios.

Alfa de sangre (Wenclair)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora