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-¡Tienes que volver ahora, llevas una semana lejos de casa!-. gritaba Esther al aparato que tenía afirmado fuertemente contra su oreja, llevaban 20 minutos en llamada y su hija se negaba rotundamente a volver si tenía que alejarse de Wednesday.

-No me iré sin Wednesday, madre yo la presentaré ante la manada como mi pareja, mi mate-. Enid no estaba dispuesta a alejarse de su novia, esa semana juntas le hizo comprender que tener a la gótica en su vida era lo que más deseaba y estaba decidida a dejarle en claro a todos que su única pareja es y será Wednesday.

-Me niego, sé que todavía no la has marcado así que no tiene ningúna posibilidad entrar al territorio de nuestra manada, deja de desobedecerme, vas a venir sola, hay varios lobizones esperando por tí aquí-. habló con enfado Esther, se estaba cansando de que la conversación fluyera en círculos porque ningúna de las dos estaba dispuesta a ceder.

-¡No voy a aceptar ningún cortejo de imbéciles hormonales que solo quieren llevarme a la cama y marcarme para presumir que la lobizona de luna de sangre les pertece!, ¡además si el problema es que no la he marcado, entonces lo haré ahora mismo!-. Enid contentó con frustración, aunque en realidad no lo haría, quería hacerlo, quería marcarla pero tenía miedo, sabía que los lobizones no son racionales cuando se trata de su pareja, no les importaba demostrar abiertamente su intensidad y devoción entre sí, pero Enid estaba aterrada, Wednesday no era una lobizona y a pesar de que la Addams le había dejado en claro que ella quería profundizar su relación la rubia no lograba quitarse esa inseguridad de encima.

-¡NO!-. Esther suspiró con resignación. -Está bien Enid, vendrás a casa con ella, pero no debes marcarla, no todavía-.

Enid esbozó una gran sonrisa al escuchar a su madre finalmente ceder ante su petición.

-Está bien, no te preocupes, adios-. respondió Enid cortando inmediatamente la llamada sin darle tiempo a su madre para despedirse.

Esther apretó la mandibula tratando de calmar su rabia ante la acción insolente de su hija y tiró con furia el teléfono sobre si escritorio.

-Bien, no quiso por las buenas, así que será por las malas-. se dijo a sí misma la Sinclair mientras una sonrisita maliciosa aparecía en su rostro, el plan que había ideado con Azrael comenzaba en ese momento.

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-Estoy lista-. habló Enid mostrandole a su novia la vestimenta que traía puesta, unos pantalones negros sueltos junto con un sueter a cuadros blanco y negro

-Mi ropa queda muy bien en tí cara mia, podrias considerar usarla más seguido-. Habló Wednesday admirando la belleza de la lobizona.

-No es mi estilo vestirme para un funeral, pero me gusta tener tú olor conmigo, podría tratar de combinar mi ropa con alguna de tus prendas-. Respondió Enid con emoción mientras daba pequeños saltitos a la vez que aplaudia con la punta de sus dedos.

-Me parece correcto, aunque me desagrada en gran medida el color debo admitir que en tí no me resulta tan repulsivo-. Dijo Wednesday arreglando el cuello de su blusa con nerviosismo.

-Willa, ¿Me estás coqueteando?-. Preguntó la rubia de forma juguetona mientras le daba una mirada coqueta.

-Por supuesto, siempre lo hago sole mio-. Contestó la gótica con seriedad.

Enid se acercó a su novia y con cariño depositó un pequeño beso en su mejilla.

-Vamos Willa, nos deben estar esperando en el cementerio-. Enid agarró la manga de la blusa de su novia y la sacó de su habitación deprisa obligandola a casi correr para seguirle el paso, estaba emocionada por volverse oficialmente parte de los Addams.

Al llegar a su destino ambas chicas pudieron notar a la familia reunida esperandolas con expresiones alegres y orgullosas en sus rostro.

Wednesday sostuvo con ternura la mano de su amada para guiarla hasta el circulo formado por petalos de rosas rojas acompañado por unas cuantas velas negras que las esperaban en el centro del cementerio, se acomodaron dentro de la circunferencia de tal manera que quedaron frente a frente observándose con infinita adoración, Gomez y Morticia se acercaron hacía ellas, la madre de la Addams sostenía otra vela de color negro en sus manos, entregó la vela a la pareja y con amor y paciencia ella y Gomez comenzaron a prender las velas que formaban el círculo para terminar por encender la que se encontraba en manos de Enid y Wednesday.

-Velas negras de protección, petalos rojos del amor, bajo la luna llena de esta noche se sellará esta union-. recitaba Morticia haciendo que el fuego de las velas comenzará a crecer lentamente. -Los Addams aceptamos a Enid Sinclair en nuestro legado, un baño de sangre confirmará el pacto y con Wednesday a tú lado nuestros antepasados reconoceran el vinculo de amor entre Addams y lobizon-. Enid abrió los ojos con sorpresa al notar como el fuego de las velas parecía danzar con alegría, apretó con fuerza las manos de su novia cerrando rápidamente los ojos por la impresión cuando sintió un liquido espeso caerle encima, un fuerte olor metálico lleno el aire y horrorizada por la sangre que comenzaba a filtrarse por su ropa soltó un gritito ahogado que solo fue escuchado por ella misma.

Se escuchó el festejo eufórico de la familia Addams haciendo que Enid sintiera la necesidad de abrir sus ojos, al abrirlos inmediatamente intercambió miradas con su novia, pudo distinguir una gran sonrisa en su rostro, algo que nunca había visto pero valía la pena hacerlo, se contagio de su sonrisa olvidándose completamente de la asquerosa sensación de la sangre que caía por su cuerpo.

-sole mio, te ves preciosa bañada de sangre-. Wednesday acarició con ternura la mejilla de su novia y sin aguantar el impulso, la besó, sintió el sabor de la sangre en sus labios y se obligó a retener las ganas de seguir con el beso cuando escuchó a su padre reír orgulloso.

-¡Esa es mi pequeña tormenta!-.

La gótica le dedicó una mirada asesina a su padre hasta que Enid llamó su atención.

-Willa, necesito bañarme, ¿Puedo hacerlo ahora?-. Preguntó Enid con súplica.

-Nos bañaremos mientras preparan la cena, espera unos cuantos minutos más-. Contestó Wednesday con calma, quería seguir viendo a su hermosa novia mientras las gotas de sangre corrían por su rostro, pero entendía que Enid no se sentía cómoda así.

-Está bien-. respondió la lobizona con resignación en su voz, si fuera por ella abría corrido a bañarse al segundo después de quedar bañada en el espeso liquido.

Gomez rápidamente se acercó a Enid dandole un abrazo tan efusivo que la levantó del suelo.

-Bienvenida hija mía-. Enid sintió sus lágrimas acumularse en sus ojitos al escuchar esas palabras, no podía creer que esa familia la haya aceptado más rápido que la suya.

-Gracias-. Fue lo único que Enid alcanzó a decir antes de soltarse a llorar en los brazos de Gomez.

Alfa de sangre (Wenclair)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora