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Los Sinclair finalmente llegaron a su hogar, una cueva que se encontraba al pié de una gran montaña, la cuál era rodeada por un frondoso bosque, contrario a lo que se podría creer, dentro de la montaña no había rastro de la cueva que alguna vez fue ese hogar, paredes de color burdeo con detalles blancos junto con un piso de marmol decorado con una gran alfombra burdeo que hacía juego con las paredes conformaban el hogar de la rubia, tal como se esperaba del hogar de un alfa, su madre era la alfa del clan Red moon, conocido por estar compuesto únicamente de lobizones puros, capaces de transformarse a voluntad, por esto la madre de Enid estaba tan preocupada por su transformación, ella no podía permitirse que sú hija, la hija de los alfa, no pudiera enlobarse.

-Enid hoy tendremos una fiesta, para celebrar tú enlobación, te dejamos un vestido en tú habitación, espero sea de tú agrado-. Dijo Murray acariciando cariñosamente la mejilla de su hija, la mayoria de ocasiones esa familia se veía desaliñada, excepto por Enid, esto era debido a la gran conexión que todos ellos tenían con sus lobos, preferían seguir sus instintos a mantener todo el tiempo las apariencias, después de todo eso hace a un lobizón fuerte, su conexión con su lobo, entre más siguieran sus instintos animales más fuertes serían, aunque claramente en ocasiones importantes se mostraban como lo que eran, la familia de la alfa, pulcros e imponentes.

-Gracias papá-. Dijo Enid soriendole con cariño a su progenitor.

-Cariño, recuerda que me tienes que contar todos los detalles sobre tú transformación, siéntate conmigo a hablar-. Se podía ver en sus ojos la emoción, el padre de Enid tomó su mano, la dirigió hacia la sala de estar y se sentaron en los blancos sillones de esta misma al llegar.

-Bueno padre, todo comenzó cuando corría por el bosque, estaba realmente preocupada por mi roomie, ya sabes quién es Wednesday Addams, necesitaba ayudarla, sentía una presión en el pecho y una desesperación que nunca había experimentado, la transformación ocurrío en ese preciso momento, en cuanto me enlobé me sentí libre, sentía mis sentidos agudizarse y mi fuerza incrementando, aullé a la luna y seguí corriendo, me sentía atraída por algo, papá no sabría explicarte bien qué me pasó pero para mí era una necesidad llegar hasta Wednesday, era en lo único que podía pensar en ese momento, al llegar la ví amenazada por un monstruo, un Hyde y sentí una rabia inmensa apoderarse de mí, lo pateé y luché con el lo mejor que pude, papá yo necesitaba protegerla aunque de eso dependiera mi vída, por nada permitiría que le hicieran daño-. Dijo Enid siendo completamente sincera.

Murray la miró en silencio, analizando la situación y las palabras para explicarse ante su hija.

-Enid, esto es muy importante cariño, necesito que te tomes con calma lo que diré y te pido que seas completamente sincera-. Dijo seriamente, provocando nerviosismo en sú hija.

-Está bien papá, lo seré-. Enid soltó el aire que estaba aguantando involuntariamente en un intento para relajarse.

-Tú roomie, la chica Addams, ¿ella es tú novia?-.

Enid sintió su corazón acelerarse y a su loba feliz en sú pecho por escuchar esas palabras, una sonrisa involuntaria apareció automáticamente en sú rostro, Wednesday no era su novia pero sin duda esa idea le encantaba.

-No papá, ella no es mi novia-. respondío sintiendo la tristeza invadiendola al caer en la realidad, Wednesday nunca se fijaría en ella.

Murray analizaba todo el lenguaje corporal de Enid junto con los olores que le permitían confirmar sus sospechas.

-Cariño, escuchame bien, no quise decir nada al respecto cuando los recogimos en la escuela, necesitaba estar seguro de esto, tú... estás ligada a la chica Addams, Madre luna te destinó a Wednesday-. Murray tomó las manos de su hija sonriendole con gran alegría, estaba tan feliz de que su cachorra encontrara a su mate, después de todo no es una oportunidad que tengan todos los lobizones.

-¿E-ella es mi mate?-. Enid estaba estupefacta, nunca lo hubiera pensado, lograr encontrar a su mate era algo con lo que soñaba constantemente pero nunca pensaría que su mate era la chica gótica de tendencias homicidas con la que compartía habitación.

-sí hija, lo noté desde que tu olor llegó a mi nariz, tienes impregnada su esencia aunque es muy ligero el cambio no es difícil notarlo, hay que traerla, tienes que hacerlo oficial cerrar el vínculo y hacerla parte de la manada-. dijo emocionado tomando las manos de su hija para acariciarlas con gentileza.

Enid sentía la emoción y la tristeza mezclarse en su interior, estaba emocionada de haber encontrado a su mate, feliz de que fuera Wednesday pero ese también era el problema, Wednesday nunca se fijaría en ella, al menos no de esa forma ¿cierto?

-Pero papá, ella y yo no tenemos ese tipo de relación, nunca aceptaría eso, yo no estoy a su nivel como pareja-. Enid nunca había sentido tanta tristeza, era doloroso para ella pensar que su mate nunca le correspondería y terminaría siendo una loba solitaria.

-Oh no cariño, claro que estás a su nivel, son almas gemelas, se merecen la una a la otra, ¿recuerdas?, "tú mate encontraras y sabrás que madre luna nunca se equivocará, su unión sellaran y el amor nunca les faltará"-. dijo su padre melodiosamente con un tono infantil y alegre.

-esas son canciones de cachorros papá-. dijo Enid mostrando una pequeña sonrisa por las ocurrencias de su padre.

-No le quita veracidad querida, el lazo de mate no es unilateral, siempre es recíproco, no dudes que Wednesday siente lo mismo que tú-. Murray sentía la tristeza de su cachorra y estaba intentándo calmarla con sus palabras, sabía la inseguridad que podría surgir al estar experimentado de forma reciente el vínculo pero madre luna nunca se equivoca y menos con los predestinados.

-Entonces le insistiré en que venga de visita, le explicaré todo y seremos muy felices ¿verdad?-. Enid cambió instantáneamente su animo, su padre la había logrado convencer con sus palabras, imaginar a Wednesday correspondiendo cada uno de sus sentimientos le hacía la persona más feliz del universo.

Murray la miró con ternura, ver a sú hija ilusionada y feliz le hacía recordar esos momentos donde su cachorra era más pequeña y le hablaba emocionada sobre como ella sería la lobizona más fuerte de la manada y sería un lobo gigantesco que doblegaría a cualquiera con su aullido e intimidaría a todos con un simple gruñido, se notaba que era sú cachorra, ambos siempre han sido unos lobizones alegres y soñadores.

-Claro hija, mi cachorra se merece una vida feliz y llena de amor-. Dijo para levantarse del sillón y darle a su hija un besito en la frente.


Alfa de sangre (Wenclair)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora