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Enid comenzó a abrir sus ojos con lentitud, la cabeza le dolía a tal punto que sentía que podría explotarle, olfateó un poco el ambiente tratando de obtener alguna información sobre el lugar en el que estaba encerrada pero solo llegaba a su nariz el aroma a tierra humeda y metal. Estaba en completa oscuridad por lo que no pudo notar lo cerca que estaba a la pared del lugar que la mantenía aprisionada, estiró con cuidado su mano investigando con su tacto el espacio físico en el que se encontraba y apenas rozó la pared de metal un alarido de dolor escapó de sus labios.

-¡Mierda!-. gritó alejandose instintivamente del objeto que había tocado.

-¿Eso es plata?, ¿Quién mierda me encerró en una habitación con paredes de plata?-. Estaba frustrada, confundida y con miedo, no entendía nada, solo podía recordar a su madre sonriendole y derrepente PUM apareció por arte de magia allí.

Una risa burlesca se escuchó del otro lado de las paredes y una pequeña rendija se abrió permitiendo que un rayo de luz entrara al lugar, Enid aprovechó esto y exploró rápidamente con la mirada la celda en la que estaba, no había nada, solo era ella encerrada entre cuatro paredes de plata.

-Awww pequeña cachorra, no sabía que decías palabras malsonantes, ¿Te gusta la habitación que hice para tí?-. habló el pelirrojo mientras daba unos golpeteos ritmicos en la puerta de la celda.

-¿Quien eres?, es de cobardes no mostrar la cara-. habló para después dar un gruñido de molestia.

-Entonces soy un cobarde, no hay problema con eso cariño-. contestó el hombre soltando una risotada burlesca.

-Mi familia notará mi ausencia, vendran a buscarme-.

-Oh mi vida, no seas ingenua, quien crees que me contrato para esto-.

Enid sintió un escalofrío recorrerle la columna vertebral, su boca se secó y su mente solo podía pensar una cosa.

-Mamá-. dijo sintiendo como se formaba un nudo es su estómago, tenía ganas de vomitar, sabía que su madre era una tirana pero nunca esperó que llegara a hacerle esto.

-¡Ding ding!, tenemos una ganadora, un aplauso para Enid Sinclair-. habló el hombre mientras comenzaba a aplaudir. -Cachorra inteligente, pensé que te tomaría tiempo acertar, perdón por lo que diré, la verdad muy inteligente no te ves-.

Enid no se molestó en reclamarle por ese comentario desagradable, seguía estupefacta ante la situación, no podía creer lo que estaba pasando.

-Oye y tú novia, la chica Addams, ¿Cuantos lobizones crees que pueda matar antes de que la atrapen?-. se escuchó como el hombre arrastraba algo por fuera de la habitación. -acabo de acercar una silla, por si te preguntas que fue ese ruido, me voy a sentar a hablar contigo.

-No me importa, ¿Que mierda sabes tú de mi novia?-. Enid sintió una punzada en el corazón, tenía un mal presentimiento.

-No mucho, solo lo típico de los Addams, son muy famosos entre nosotros los brujos, sabía que este trabajo involucraba a una Addams así que me acerqué de inmediato a ofrecerle mis servicios a tú madre, ¿Sabes que la sangre de esa familia es muy buena para algunos rituales?, es muy poderosa-. Se podía notar la emoción en la voz del brujo y eso le preocupó a la lobizona.

-¡¿Que mierda planeas hacerle?!, ¡Te juro que si le tocas aunque sea un pelo-.

-No cariño, yo no le voy a hacer nada, tú madre se encargará de eso, yo solo pedí un poco de su sangre, ahora contesta mi pregunta, ¿cuantos lobizones crees que pueda matar antes de que la atrapen?-.

-¿Qué quieres decir con eso?-.

-¿Enserio?, deja de evitar mi pregunta-. Reclamó el pelirrojo con frustración.

Enid rodó los ojos con molestia by contestó:

-Depende, 10 si no se transforman y 3 si lo hacen, ahora tú debes responder mi pregunta-.

-Interesante, yo creo que podría contra 5 lobizones transformados y 12 en forma humana, deberíamos apostar-. habló el hombres con emoción.

-¡Responde la puta pregunta!-. gritó con desesperación la rubia, estaba preocupada y le frustraba estar encerrada ahí, no le gustaba estar privada de la compañia de su mate.

-Me parece adorable que digas palabras malsonantes, pero deberías controlarte, estás siendo maleducada-. Enid pudo notar una pequeña risita infantil de parte del hombre y no pudo evitar rodar los ojos por lo estúpido que le parecía el actuar infantil del brujo.

-Por favor, ¿Puedes contestar mi pregunta?-. La lobizona soltó un suspiro tratando de calmar la incomodidad que sentía en su pecho pero tal como esperaba, no sirvió de nada.

-Claro, no veo la necesidad de ocultarte las cosas, quizás las cosas se vuelvan más interesantes si te enteras-. el tono malicioso en la voz del hombre provocó un escalofrío en la rubia. -tú madre va a obligar a otro lobizon a marcarla, me pidió una pócima de control mental para lograr su objetivo a toda costa-.

Enid sintió a su lobs ponerse alerta al escuchar esas palabras, la furia comenzó a apoderarse de su cuerpo y en un momento apareció en oa celda una gran loba de pelaje completamente rubio con unos cuantos mechones coloridos ennsu cabeza.

El brujo se levantó de su silla a penas escuchó el sonido de los huesos rompiendose y reacomodandose, observó por la rendija de la puerta y pegó un peño bringo hacía atrás cuando Enid pegó un zarpazo que casi le rebana el rostro.

-Wow, eso estuvo cerca-. Dijo el hombre imprecionado ante acción de la rubia, nota mental no acercarse tanto a la rendija. -Nunca había visto a un lobo albino, y menos con pelaje teñido-. dijo burlesco el brujo que recibió como respuesta un feroz gruñido de parte de la lobizona.

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Wednesday tenía un mal presentimiento, sentía un nudo nuevo en el estómago por cada segundo que se demoraba la rubia en aparecer, estaba intranquila así se levantó de la cama decidida a ir a buscar a su novia, en cuanto abrió la puerta de la habitación se encontró con la madre de Enid a punto de golpear la puerta.

-Oh, Buenas noches Wednesday-.

La gótica se quedó expectante observando a la mujer frente ella, sintió un molesto aroma que venía desde la lobizona y cuando pudo distinguir de qué se trataba intentó retener la respiración, pero ya era muy tarde, comenzó a sentir su vista borrosa y el cuerpo le pesaba tanto que no se pudo mantener en pie, cayó de rodillas al suelo y aunque luchó con todas sus fuerzad no pudo evitar caer desmayada a los pies de la mujer.

-Lo siento querida, no es nada personal-. Esther chasqueo sus dedos y rápidamente aparecieron dos lobizones con unas cuantas cadenas en mano.

-atenlá y llevenla al salón de eventos-. ordenó la mujer, finalmente le quitaria a su hija el capricho por estar con esa chica.





ahí tienen su capítulo, me ponen nerviosa cuando me piden otro.

Alfa de sangre (Wenclair)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora