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Wednesday despertó sintiendose desorientada, la brillante luz del salón la hizo sentir un dolor de cabeza insoportable y el olor a feromonas la hacía sentirse mareada.

-¡Miren todos, la chica despertó!-. Gritó uno de los 15 hombres que se encontraban ahí, la gótica se sintió asqueada cuando al verlo pudo notar el bulto que sobresalia en su pantalón.

-Wednesday querida, me alegra que despertaras tan pronto, te agradezco por no dejar a nuestros invitados esperando-. dijo con sorna la lobizona. -Te presento a los lobizones más fuertes de mi manada, tendrás el gusto de ser marcada por uno de ellos, pensé en elegir a algunas de mis lobizonas pero me pareció mejor idea darte la posibilidad de tener hijos, eso ayudaría a que mi hija se olvide de tí rapidamente-.

la gótica la miró con incredulidad, no podía estar hablando enserio, ¿Verdad?.

-¿Olvidarse de mí?, lo único que lograras con esto es matarla, eres una lobizona, deberías saber las consecuencias al alejarla de mí-. Habló con enojo la pelinegra, debía admitir que algún momento de su vida, antes de conocer a Enid, hubiera quedado fascinada ante la actitud egoísta de Esther pero ahora solo le parecía repudiable y más porque esa actitud va dirigida hacia su amada. Definitivamente en cuanto lograra soltarse mataría a esa mujer de la forma más atroz que se le pudiera ocurrir.

-No le pasará nada, llevan poco tiempo juntas, ella se salvará y yo la convenceré de enlazarse con un pretendiente adecuado para ella, con el que pueda darle sucesores a nuestra manada-. Esther observó de pies a cabeza a la pelinegra, definitivamente no era adecuada para su hija, esa chica no tenía lo necesario para cuidar de la manada junto a Enid.

-Hicimos un pacto de sangre, es uno de los más fuertes, Enid y yo nos enlazamos graciad a el, si alguien más me marca, ella morirá, además te puedo asegurar que sí tendrás sucesor para tú manada, tuve una visión, Enid y yo tendremos una hija, te lo aseg-. una fuerte cachetada se impactó en la mejilla de la gótica, fue tan fuerte que llegó a voltearle la cara y dejó una gran marca roja en el lugar del impacto.

-No juegues conmigo niñita, ¿Me ves cara de idiota?, de seguro dices todas esta mierda intentando que te suelte, pero no lo haré, todo seguirá como lo planeé-. Wednesday le dedicó una mirada cargada de odio a Esther y esta solo le respondio con una sonrisa burlona.

-Me dijeron que tuviera bastante cuidado contigo, dicen que los Addams son muy astutos y que a pesar de su apariencia frágil son unas maquinas de matar, por eso traje a tantos de mis hombres, en caso de quieras escapar, ellos lo evitaran-.

-¡Esther ya comienza la maldita ceremonia!-. Gritó el mismo hombre que se veía completamente desesperado por poner sus sucias manos sobre la Addams.

Esther miró con furia al hombre y con tan solo un chasquido de dedos, todos los demás se lanzaron contra el inmovilizandolo en el piso.

-Kai, recuerda que soy tú alfa, me debes respeto, veo que no estás asociado con esa palabra así serás desterrado de la manada-. habló tranquilamente la lobizona. -Ahora que no pertenece a nuestra manada tienen permitido hacer con el lo que quieran-. y con una sonrisa burlesca vió como el hombre cambiaba su expresión de preocupación por una de terror puro.

-¡ESTHER, POR FAVOR, TE LO RUEGO, NO ME PUEDEN VOLVER UN DELTA, POR FAVOR-. Esther ignoró por completo las cuplicas de hombre que fue arrastrado hacia la salida por 4 lobizones.

Wednesday observó con malicia la situación, en cierta manera le era satisfactorio ver a ese asqueroso hombre rogandole a Esther.

-Bien ahora sí podemos continuar con nuestra ceremonia-. habló la lobizona mirando a Wednesday con desdén.

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Enid estaba agotada, su pelaje blanquecino tenía tonalidades rojas por todad partes y se estaba comenzando a sentir mareada por la perdida de sangre.

-Te dije que dejaras de intentarlo, solo terminaste dañada, mira como quedó tú hermoso pelaje, está hecho un desastre-. La lobizona le contestó al brujo con un fuerte gruñido lleno de rabia, estuvo 2 horas dando zarpazos y saltando contra las paredes tratando de escapar pero nada funcionaba, solo había terminado adolorida y llena de feas heridas, pero no le importaba, nada era tan doloroso como la idea de llegar a perder a su mate.

El cansancio y mareo finalmente ganaron contra ella y de un momentó a otro se desplomó al suelo provocando un sonido sordo, el brujo se asomó por la rendija para observar la triste imagen de la loba completamente ensangrentada que se encontraba tirada en el piso

-Que lamentable imágen, pensé que serias más fuerte, no debí esperar tanto de una cachorra, que aburrido-. Dijo el brujo con un tono de decepción en su voz.

Enid comenzó a gimotear de tristeza, no por las palabras del hombre, el no tenía ninguna importacia para ella, comenzó a llorar por el miedo que estaba sintiendo en su pecho, un miedo que no le pertenecía a ella, era el miedo de Wednesday, se puso alerta ante tal sensación, su mate nunca sentía miedo, podía escuchar en su mente la voz de la gótica rogandole para ser salvada, tenía que salvarla justo como lo hizo cuando se enfrentó contra Tyler, no sabía si esa voz era producto de su imaginación o si realmente era Wednesday quien se estaba comunicando con ella a través de su lazo, pero aún así eso la motivó a seguir intentando escapar.

Enid se puso de pié con dificultad y lanzó un gran aullido lleno de dolor, no estaba dispuesta a rendirse, no debía permitir que alguien más toqué a su mate, es su deber protegerla de todo y todos, no podía dejarse vencer por una maldita celda de plata, volvió a aullar con todas sus fuerzas esperando recibir una respuesta que para su fortuna llegó, el aullido de ese lobo se escuchaba bastante cerca, a decir verdad se escuchaba en la misma celda en la que se encontraba, pensó que estaba alucinando cuando su mirada conectó con los hermosos ojos burdeo de aquel lobo, se quedó ensimismada en la sensación de tranquilidad que le transmitía a través de su mirada.

El lobo se acercó con tranquilidad hacía Enid, con cariño posó su nariz en la frente de la lobizona y desapareció al instante en que la tocó, la rubia no podía creer lo que estaba pasando, ¿todo esto era una alucinación por la falta de sangre?.





Les doy todo lo que me piden, así que yo les voy a pedir que apoyen mi siguiente historia wenclair cuando la publique.

Alfa de sangre (Wenclair)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora