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Enid se encontraba con Murray caminando por el bosque, estaban alejandose un poco de su hogar para poder transformarse sin preocupaciones, la rubia comenzó a sentir una picazón horrible por el cuerpo, sabía qué lo causaba así que decidió ignorarlo y aprovechar el día con su padre.

-¿Cómo reaccionó Wednesday al verte enlobada?-. habló Murray con curiosidad viendo como el rostro de sú hija se iluminanaba al recordar a la gótica.

-Ella estaba sorprendida y claramente preocupada, no creo que se haya dado el tiempo para verme bien, pero tengo planeado enseñarle nuevamente a mí loba, ya sabes que a medida que te vas transformando con mayor frecuencia la apariencia de tú lobo se va adaptando hasta tomar su forma definitiva, me gustaría que Wednesday la vea, de seguro quedará fascinada, le encantan esas cosas-. La verdad es que Enid quería mostrarle a su loba porque sabía que recibiría toda la atención de Wednesday, quizá incluso no dejaría de tocarla y alagarla por lo feroz y temible que se vería.

-Y a tí te va a encantar su atención ¿no?-. Murray habló de forma burlesca haciendo sonrojar a su hija.

-Creo que ya estámos muy lejos, deberíamos enlobarnos ahora-. Enid solo quería dejar atrás esa conversación, se sentía avergonzada por ser descubierta, era como si su padre le hubiera leído la mente.

-está bien, entiendo que mi cachorra esté avergonzada porque la descubrí, no te preocupes-. Murray rió al ver como el rostro de su hija se iba poniendo cada vez más rojo.

-¡Papá!-. Enid ya no aguantaba la vergüenza, sentía que iba explotar si la sangre seguía acumulandose en su rostro.

-está bien cariño, tranquila, no te molesto más, ¿estás preparada?-. preguntó Murray estirandose un poco para aflojar la tensión en sus musculos.

Enid le sonrió a su padre en forma de afirmación y ambos empezaron su transformación, se escuchaban los huesos romperse y reacomodarse, la respiración de Enid se oía agitada por el esfuerzo que estaba poniendo para aguantar el dolor, las primeras transformaciones eran demasiado dolorosas, su cuerpo se acostumbraría a los cambios fisiológicos a medida que su loba evolucionara, el dolor disminuiría hasta volverse inexistente y ella podría transformarse sin tanto sufrimiento.

Aparecieron 2 grandes losbizones semiergidos, se miraban con complicidad y emoción, uno de ellos tenía un pelaje completamente negro, su presencia era imponente pero tranquilizadora, el otro tenía un pelaje oscuro con mechones rubios, en su cabeza se podían ver cabellos de tonalidades rosas y azuladas, también tenía una presencia imponente pero la combinación de colores en su pelaje la hacían ver adorable y un poco graciosa anulando un poco el efecto de su presencia.

comenzaron a correr por el bosque, se sentían libres, felices y plenos en la compañia del otro, Enid finalmente se sintió parte de la manada, su padre siempre trataba de hacerla sentir así, aunque Enid sabía que no encajaba o al menos así lo sentía ella, pero en esta ocasión estando los 2 corriendo en su forma lobuna gruñendose y jugueteando a ratos sintió que pertenecía a un todo, deseó por tanto tiempo experimentarlo y finalmente lo estaba haciendo, era una sensación increíble.

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Wednesday estaba sentada en el piso de la extensa biblioteca de su hogar, se encontraba leyendo un libro de licántropos, estaba decidida a investigar a profundidad sobre las relaciones con lobizones, sabía todo sobre ellos excepto esa información, después de todo consideraba innecesario saber sobre ese tema, pero ahora estába aquí, investigando para entender a su futura novia y poder llenar todas sus necesidades, ella nunca planeó enamorarse y menos de una lobizona, a pesar de que disfrutaba leer sobre la especie de su amada, Wednesday debía admitir que en este momento lo estaba haciendo como medio se distracción al malestar que estaba sintiendo, sentía su piel arder y su cuerpo le pesaba más de lo normal, estaba a punto de cerrar el libro e irse a descansar a su habitación cuando una página llamó su atención, el título del capítulo decía "Mates, predestinados de madre luna", Wednesday comenzó a leer el capítulo con curiosidad, le parecio interesante que los lobos tuvieran una pareja predestinada, el libro decía que no se podían resistir a ello si se llegaban a encontrar, la gótica no pudo evitar pensar que si Enid encontrara a su mate la dejaría inmediatamente, "¿Debería hacer algo al respecto si eso pasa?, quizá lo mejor solo sería dejarla ir", pensó mientras continuaba su lectura.

Alfa de sangre (Wenclair)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora