Supo que el momento había llegado cuando los guardias ingresaron a la celda. Usualmente solo era Erryk Cargyll quien se encargaba de llevarle los alimentos o cualquier recado del exterior, pero ahora su joven amigo no estaba presente y a la mayoría no los conocía.
—Entonces ese hijo de puta ya está en Kings Landing —dijo en clara referencia a la Mano del Rey.
Ninguno respondió.
Le colocaron dos enormes grilletes en las manos, y lo arrastraron fuera de la celda.
—¿Cuál es tu nombre? —le preguntó al más joven y agresivo.
—Robar Reyne —respondió él.
—Bien, Robar. ¿Te digo algo? —dijo el príncipe— Algún día habrá alguien de tu sangre en esa misma celda. Y a nadie va a importarle un carajo lo que le pase.
Reyne no respondió.
Al salir, la luz lo enceguío por unos segundos. Llevaba cuatro lunas encerrado, sospechaba que alargar su estancia en Oldtown por dos lunas más de lo acordado, era una forma de burla de Otto hacía él.
—¿Dónde está Cargyll? —preguntó.
—Arryk Cargyll ahora es protector del príncipe Aegon —respondió uno de los guardias— Y su hermano Erryk resguarda a la princesa Rhaenyra.
«Lo consiguió». Pensó con orgullo.
Afuera del salón del Trono aguardaba Sir Marryk Costayne, la Justicia del Rey, un hombreton de rostro sereno que los Hightower habían llevado como verdugo real.
—No cortarás mi cabeza este día —le dijo al pasar.
El Salón estaba lleno de gente. La mayoría eran nobles, conocidos de vista, algunos extraños, ningún amigo.
Su hermano estaba sentado en el Trono, a diferencia de la última vez que se vieron, ahora no parecía molesto. No podía descifrar que estaba sintiendo o pensando, tenía el rostro severo pero impasivo.
A su derecha se ubicaba Otto Hightower, quién sonreía gustoso por el destino que tenía preparado para él. Y a su izquierda, la reina. Vestida como siempre, de verde brillante.—Altezas —saludó con sorna, haciendo una reverencia burlona— Sir Otto, es un gran placer verlo después de tanto tiempo.
—Principe Daemon —dijo Otto— Diría que me sorprende verlo en esta situación, pero sería una mentira.
Daemon sonrió y guardó silencio.
—Como sabrán, el principe Daemon Targaryen es acusado de haber atacado a nuestra amada princesa, Rhaenyra —enunció Otto Hightower— Por ello hoy estamos aquí para juzgarlo.
Daemon miró con desazón a los tres miembros del jurado.
El primero era Lord Lyonel Strong, el Consejero de Edictos del Rey. Era un buen hombre, pero bastante influenciable por lo que sabía.
El segundo era Lord Lyman Beesbury, el Consejero de Moneda. Leal al Rey, pero voluble a Otto Hightower.
Y el tercero, era Sir Criston Cole, el antiguo guardia de Rhaenyra.
Otto presentó a los jueces, y luego procedió a llamar al estrado a los testigos de la Corona.
La mujer que le tendió la trampa testificó diciendo que el príncipe amenazó con matarla si no le entregaba la llave de la habitación de la princesa.—Tuve que hacerlo —sollozó— Él me obligó, todos saben la fama que tiene, no habría dudado en acabar con una mujer como yo.
«Claro que no. Pensó Daemon. Ojalá lo hubiera hecho».
ESTÁS LEYENDO
Daemon & Rhaenyra: La Sangre De Dragones
FanfictionLocura y grandeza son las dos caras de una misma moneda, Rhaenyra Targaryen probó ambas. Nacida para ser la heredera al Trono de Hierro, tuvo que luchar contra su propia sangre para hacer valer su derecho. Dragón contra dragón se alzaron, y la danza...