5. Bonito

1.1K 122 76
                                    

- ¿Te diviertes?

Ojos claros lo miraron con gracia desde la puerta, mientras Big intentaba por décima vez sacarse de encima a Porchay.

- Oh, tú eres el que está en la cama con otro, pero ¿el imbécil soy yo?

- Ken...

- Eres un aguafiestas

De manera cuidadosa, ambos guardaespaldas se las arreglaron para mover el delgado cuerpo del castaño, desenredando sus largas extremidades del cuerpo de Big. Pero antes de que pudieran salir, se toparon con Venecia parado en el pasillo, tallándose sus adormilados ojos.

Ken lo levantó en brazos y se dirigió al comedor, listo para tomar su primer café del día. El bebé volvió a dormirse y mientras esperaban sus tazas, dirigió su atención de nueva cuenta a su compañero.

- ¿Entonces... qué sucede con él? Anoche se veía bastante trastornado.

- Cuando Khun Kim me pidió información acerca de él, encontré cosas bastante comunes en niños que quedan al cuidado de un familiar tras la muerte de los padres. Abuso, negligencia, etc. Tuvo suerte de tener un hermano mayor o tal vez no hubiera sobrevivido al imbécil que tienen por tío. Según lo que aparecía en la investigación sobre el accidente de sus padres, ni él ni su hermano estaban presentes aquel día, sin embargo, desde entonces Porchay desarrolló Astrafobia y Claustrofobia, que sigue padeciendo a día de hoy porque jamás se trataron. Podría jurarte que el accidente y sus fobias están relacionadas, pero cuando iba a investigar todo más a fondo, Khun Kim me dijo que era una pérdida de tiempo.

- Él realmente parece haberse tomado a mal que el chico este aquí, ¿por eso te preocupas tanto? ¿En verdad crees que un día de estos Khun Kim perderá la paciencia y le cortará la garganta?

- Al principio era eso, Porchay es un chico retraído, y Khun Kim es un matón. Pero ahora... me preocupa profundamente que el problema sea otro.

Big no pudo responder la mirada extrañada de su compañero, pues Porchay se asomó desde el pasillo, ojeras visibles bajo sus enormes ojos. El chico miró con cautela al par de guardaespaldas, casi como si esperara un regaño por la noche anterior.

- Iba a preguntarte si te sentías mejor, pero tu cara lo dice todo. No importa, desayuna y vístete, iremos al centro comercial, seguro eso te anima.

Ignorando la pregunta silenciosa en los ojos de Porchay, ambos se levantaron y salieron del comedor. Ken, aun con el bebé en brazos, miró a Big sonriente.

- Iré a cambiar a Venecia, encárgate de Khun Kim.

Big supuso que a su jefe no le iba a hacer mucha gracia verlo, pero asintió y se alejó hacia la habitación al fondo del pasillo. El silencio tras la puerta lo desconcertó un poco, así que siguiendo sus instintos, abrió en lugar de tocar.

Apenas fue capaz de divisar a Kim bajó sus oscuras mantas. Sumamente extraño. Al igual que su jefe, Big había crecido en la casa principal, y allí las mañanas iniciaban a las 6:00 a.m. sin excepciones para nadie.

Los hábitos eran difíciles de olvidar. Incluso cuando se mudó fuera de la casa, Kim mantuvo su rutina. Big no tenía que mirar su reloj para saber que pasaba de las 9. Sin pensar más en el asunto, se retiró con suavidad, tomando eso como una señal divina de que iba a ser un buen día.

Tenía una corazonada de que llevar a Porchay fuera lo animaría, y al no haber nadie en el departamento para molestar, su jefe debería estar de mejor humor también para cuando volvieran.

¡Mío!♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora