11. Tormenta

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Porchay despertó con una sensación extraña al darse cuenta que la puerta de su habitación estaba abierta. Él jamás la dejaba abierta, la sensación de terror que lo embargaba al pensar que su tío aparecería tras ella para martirizarlo era demasiado fuerte como para cometer un descuido.

Cuando caminó hacia ella, uno de sus pies desnudos pisó algo en la alfombra. No tuvo tiempo de ponerse a pensar qué diablos estaba pasando cuando Ken se asomó por la puerta, con una sonrisa y un soñoliento bebé en sus brazos.

- Buenos días Chay

El castaño le devolvió la sonrisa y avanzó en su pijama hacia la cocina, donde Big ya les esperaba como era usual, con el café.

- Sabes, has estado muy estresado últimamente, ¿Por qué no te tomas el día y sales o algo?

- No quiero recordar lo que pasó la última vez que salí por mi cuenta.

Big sonrió con acidez. Ahora sabía que la única razón por la que el incidente de Arcadia no había desatado un escándalo había sido por la intervención oportuna de Tankhun. Porchay no quería pensar en ello. No había hablado con ninguno de sus amigos desde entonces.

Aunque habían pasado apenas unos días, se sentía como si fuera toda una vida. Tenía un montón de mensajes sin leer, preguntándole qué había pasado, quién era ese tipo en realidad. ¿Y cómo podría responder a eso?

Ya no estaba seguro de nada. Ni si quiera de salir bien librado de todo eso. Ahora estaba más convencido que nunca de no involucrarse con absolutamente nadie más, al menos hasta que se alejara de todo lo que involucrara a Kim T.

Ni si quiera había hablado con Porsche últimamente. Su hermano le hacía más falta que nunca, pero era casi un alivio que estuviera en exámenes y casi no tuviera tiempo para comunicarse con él. Mentirle por textos era una cosa, pero no podría engañarlo si escuchaba su voz.

- Bien, olvídate de tus amigos. Vamos al centro comercial, Venecia también necesita un poco de aire fresco.

El castaño lo pensó un poco, aunque eso sonaba bastante mejor. Sólo un rato, un café o un helado, probablemente lo haría sentir mejor. Asintió con una pequeña sonrisa y los 3 tomaron con calma sus cafés mientras Venecia comía un poco de fruta.

Tras un baño rápido, salieron junto a los guardaespaldas hacia el estacionamiento del edificio.

**++

Porchay se sintió aliviado cuando se dio cuenta que al ser un día entre semana, el centro comercial estaba relativamente vacío. Se sintió tranquilo al poner al bebé en el suelo y dejar que caminara libremente, acercándose con pasos emocionados a las tiendas con cosas que llamaban su atención.

Tras una visita rápida a una juguetería, Porchay y Ken entraron a una cafetería, mientras Big hacia su mejor esfuerzo por darle a Venecia su helado de chocolate sin manchar el overol blanco que llevaba.

Supo que había fallado en su tarea cuando su teléfono vibró en sus pantalones y el pequeño no quiso esperar a que terminara su llamada, en cambio tomó el cono de sus manos y lo estrelló en su cara.

Big se las arregló para usar una mano para limpiar su rostro y la otra para llevarse el teléfono al oído.

- ¿¡Dónde mierda están?! ¿¡Quién les dijo que podían salir?!

- Khun Kim...

- Los quiero de vuelta. Ahora.

El guardaespaldas no tuvo tiempo de replicar nada antes de que la llamada se cortara. Una sensación desagradable se instaló en su pecho cuando su cerebro empezó a procesar la llamada.

¡Mío!♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora