1. ¡Cómpralo!

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Kim sintió la familiar sensación de querer sacarle los ojos a alguien. Se tomó el puente de la nariz con una mano e intentó mantener la calma. No entendía cómo era posible. 5 hombres adultos, contratados como guardaespaldas personales de un mocoso de 3 años.

¿¡Cómo era posible que lo hubieran perdido?!

El heredero menor asumió su parte de la culpa pensando que debió dejar a Ken o a Big como encargados de la seguridad del mocoso. Pero honestamente, nunca se le ocurrió que el equipo de guardaespaldas que Vegas dejó específicamente para cuidarlo fueran tan malditamente incompetentes.

Se sintió aún más irritado mirándolos correr como estúpidos entre las tiendas, intentando ver si Venecia se había escondido en alguna.

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Chay caminó como un zombie por los pasillos de Walmart, lamentándose de no haber hecho las compras cuando debía. Al menos esa semana había ahorrado un poco de dinero, por lo que sería capaz de comprarse un par de golosinas.

Mientras dirigía su carrito a un estante lleno de chocolates, algo chocó contra su pierna.

El castaño se detuvo para observar en el suelo a un niño pequeño tallándose los ojos. El bebé levantó sus ojos oscuros hacía él e hizo una indiscutible mueca de llanto.

- ¡Oh no no! ¡Lo siento! – Chay se apresuró a levantar al pequeño del suelo para revisarlo - ¿Estás bien?

El chico acarició su espalda en un intento de calmarlo y miró a su alrededor listo para enfrentar la furia de alguna madre, pero no encontró nada. Una vez que el bebé se había calmado, Chay se encontró confundido, el pequeño no podía haber caminado muy lejos de quien sea con quien hubiera ido al supermercado, ¿cierto?

Uno no podía simplemente perder un bebé tan pequeño.

Pero mientras continuaba dando vueltas por los mismos pasillos esperando cruzarse con alguien buscando al adorable chiquillo, se le ocurrió que tal vez mejor debía caminar hasta la parte de la tienda donde voceaban cosas.

Una vez ahí, le contó a la amable chica rubia que atendía el mostrador cómo habían sucedido las cosas, y después de que se voceara a un niño perdido, Chay se sentó con el pequeño en la sala de espera. Dándole un vistazo más detenido, se dio cuenta que llevaba una pulsera dorada en una de sus muñecas, y al darle la vuelta encontró un nombre.

- Vaya, ¿Te llamas Venecia? – el bebé lo miró un par de segundos antes de asentir – Nunca lo había escuchado, pero es un nombre muy bonito. Yo me llamo Porchay.

- Chay

El castaño sonrió. De alguna manera Venecia parecía mucho más cómodo ahora. Al sacar su celular para mirar la hora, el bebé lo señaló con uno de sus regordetes dedos.

- ¿Quieres mirar algo mientras esperamos a que venga tu mami?

Un capítulo de Peppa pig y muchas risas de bebé después, al fin alguien apareció preguntando por un niño perdido.

Los dos hombres guapos en traje escoltando al aún más guapo hombre con chamarra de cuero lo miraron con una expresión de fastidio. Chay se sintió extrañado al ver que si habían ido a buscar al bebé, Venecia no mostró ningún signo de querer ir con ellos.

- Eso es mío

¿Eso? Chay miró con desconfianza al chico frente a él. Los guapos siempre son imbéciles, pensó con diversión. Aunque aún no se sentía cómodo con la falta de emoción del bebé. Un niño tan pequeño debería haberse emocionado mucho cuando su papá lo encontrara.

¡Mío!♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora