Kim se dio un último vistazo en el espejo y con cara sombría, avanzó hacia la entrada de su apartamento. Le dio una mirada de reojo a Big, que fumaba un cigarrillo en el balcón de la piscina. Sabía que a su guardaespaldas no le hacía gracia el plan de esa noche, y la verdad era, que a él tampoco.
Estaba avanzando a ciegas siguiendo la iniciativa de Oberyn. En sus 26 años de vida, su amigo no había ideado un solo plan que no funcionara. Desde robar las galletas sin que sus padres se dieran cuenta, hasta escaparse de sus guardaespaldas para ir a algún bar de mala muerte como adolescentes, y ahora, a planear asesinatos silenciosos. Era un estratega innato y Kim esperaba que esta no fuera la excepción.
Bastaba apenas un segundo para que algo saliera mal en esa estúpida cena. Y como si de alguna manera Oberyn pudiese sentir su incomodidad, un texto entró a su teléfono.
"Lo tengo todo bajo control".
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Mientras se acercaba con pasos lentos al auto, a Porchay empezó a subirle la ansiedad por la espalda. Sabía que Big no vendría porque lo miro en el balcón antes de salir, pero esperaba que Ken estuviera esperándolo abajo.
No era así.
Reconocía vagamente el rostro del hombre que estaba sentado al volante del deportivo negro. Su jefe ya estaba sentado en la parte de atrás. Tragando saliva con pesadez, entró al auto y se llevó las manos al regazo, entrelazando sus dedos con nerviosismo.
Avanzaron unas calles en completo silencio apenas roto por su respiración pesada, antes de que repentinamente Kim alcanzara una de sus manos con rudeza. El chico iba a disculparse, pero se quedó sin palabras y con un agradable calor corriéndole por la cara cuando el hombre entrelazó sus dedos fríos con los suyos.
No hubo palabras, pero Porchay entendió el comando silencioso.
La sensación helada en su estómago no desapareció del todo, pero era justo decir que, se sentía un poco mejor.
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Ken bostezó, mirando con una pequeña sonrisa a Venecia, que estaba teniendo su llamada habitual con sus padres. Sabía que después de poner a dormir al pequeño tendría una charla no muy agradable con Big, así que estaba tratando de disfrutar de sus últimos minutos de paz.
- ... Tío Kim! Llevó Chay, Chay mío!
El sueño desapareció de su cuerpo con tanta rapidez que en otra situación hubiera sido divertido. El guardaespaldas se quedó frío y muy quieto, mientras escuchaba al bebé seguir pataleando sobre como su tío le había robado al castaño.
La voz extrañada de Vegas preguntando quién era Chay le sacó el aire por un momento. Afortunadamente Venecia estaba realmente molesto, y empezó a llorar con fuerza, olvidándose de darle explicaciones a sus padres. Por un momento, creyó que el incidente quedaría ahí.
Pero en cuanto Big se llevó de la habitación a Venecia para intentar calmarlo, la voz de Vegas se dirigió a él.
- ¿Qué mierda fue eso? ¿Quién es Chay?
Ken suspiró apenas para ganar un par de segundos, y mientras ideaba la mentira más rápida de su vida, sus ojos cayeron en un objeto en la cama del pequeño.
- A pesar de lo que pueda creer Khun Vegas, la relación entre ellos está mejorando, es sólo que usted conoce a Khun Kim, a veces es un poco... cruel. Chay es el nombre que le dio a su peluche favorito. Por la tarde Venecia tuvo un pequeño berrinche, y como represalia, Khun Kim se llevó al oso. Creímos que sería sólo por un rato, pero salió y no lo devolvió.
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¡Mío!♡
FanfictionUn dedo regordete apuntó a Porchay mientras Venecia gruñía "mío". A Kim se le escapó una enorme sonrisa y contuvo apenas el impulso idiota de ponerse a discutir con su primo de 3 años. El único propósito de Porchay era servir como niñero del pequeñ...