25

40 1 0
                                    

No quiero de nuevo sentir esa sensación de vacío, se que tengo a mis hermanos pero para ser fría con los demás sin ser parte de tu familia es difícil. Sonará extraño, pero mi llegada al pueblo me ayudó demasiado en reparar mi vida y superar la muerte de mis amigos y en especial a mi madre.

Pero con la llegada de Julián, el Berserker y La Loba del Desierto merodeando sobre nosotros me da escalofríos. No quiero perder a nadie.

Ahí estaba sola en los vestidores con mi nariz sangrando y llorando. Por suerte las cerré con llave. Abrace mis rodillas para esconder mi cabeza pero de pronto, se escuchó mucho ruido en la puerta como si la estuvieran forzando.

Me levanté enseguida y salí en busca de mi arma en mi mochila, si tengo una por precaución.

Me escondí más atrás de los casilleros para no ser vista, me agache y apunté hacia la puerta para esperar al sujeto. Eran dos hombres, uno más grande que el otro, pero él especialmente tenía una fuerza sobrehumana.

Ojalá que no sea un hombre lobo.

No puede ser, es Robín con su aquel grandulón que me atacó en la calle mientras hacía ejercicio.

—¡Rominaaa! No te podrás esconder, esa recompensa será nuestra, sería muy gratificante matarte en mis manos.

Seguían moviéndose entre los casilleros pero me moví hacia las duchas, abrí las regaderas para atacarlos ahí mismo, tengo que arriesgarme.

—Eres una ilusa y eso me gusta. Lastima que tienes novio querida.
—No te vas acercar a Theo ¡Nunca!

Disparé en dirección al hombre lobo, tenía balas con acónito y le di en su hombro. No quería en esa dirección pero algo es algo. No contaba que Robin tenía un bat y me golpeó en el estómago para sacarme el aire por un momento y me moje por la regadera.

—Romina Guerrero—su mano sucia tomo mi barbilla —¿Qué se siente ser derrota por un humano y un hombre lobo?—estaba mareada por el golpe. Pero su grandulón me levantó tomando mi playera, estaba algo débil, me golpe en mi cara, justo en la nariz que seguía sangrando. Y para terminar, me rasguño en mi mejilla.

Me tiró de nuevo al piso, mis rodillas soportaron el golpe igual que las palmas de mis manos.

—Por favor, ya muérete, queremos el dinero.

Sentía la presencia de Robin más cerca pero le dí un puñetazo en su cara y empecé a gatear para dirigirme a la puerta, con las fuerzas que tenía guardadas pude levantarme para salir de los vestidores. No había nadie, necesitaba salir hacia las canchas y pedir ayuda a mi hermano. Pero sentí que me agarraron de mi cabello y me empezó a arrastrarme en los pasillos.

—Por qué no lo pensé antes, matarte enfrente de tu hermano sería lo mejor.

Quería llorar pero no puedo demostrar debilidad ante ellos. Solo escuché algunas personas gritar y correr para esconderse. Por suerte, los alumnos ya no estaban ahí presentes en las canchas.

—Querido profesor Roberto—gritó Robin en la cancha para llamar la atención de mi hermano, el hombre lobo me lanzó al campo lastimada—Quería que este momento sea especial, para que puedas ver a tu hermana por última vez—de nuevo tomaron mi cabello y jaló mi cabeza hacia atrás.

Sentí la punta del arma atrás de mi cabeza, el gatillo sonó muy cerca.

—Por favor Robin déjala, tomame a mi.
—No se puede, ella es más valiosa.

Su voz se escucha muy cerca y besó mi mejilla. Yo me quedé estática, ya no sabía qué hacer, si en este momento quería llorar o rezar para estar en un mejor lugar junto a mi gente.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Feb 08, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

The Five |Theo Raeken|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora