11

733 47 4
                                    

Escuela... Creo que deben prohibirla y dejar de torturarnos a nosotros los jóvenes.

De nuevo aquellas miradas puestas sobre mí ¿Acaso serán las heridas de mi hermoso rostro? Odio ser el centro de atención.
Y la pequeña plática que casi se convierte en una pelea fue algo extremo en la casa de Kira. Una kitsune de mil años vs una cazadora sería mi último día.

***

- Cariño, está prohibido de ahora en adelante invitar a un Guerrero a mi casa - dijo ella muy autoritaria, peor que mi mamá.
- Pero esta herida, ¡Mira como la dejaron aquellos imbéciles! - contesto Kira, sin darse cuenta presiono demasiado mi herida.
- Arruinaron la oportunidad -
-¿Por qué tanto odio? Sabes, si hay tanta mala vibra acomulada envejeces muy rápido - dije rompiendo la pelea madre e hija. Ella me regalo una mirada de pocos amigos.
- Tu abuela mató a todos los kitsune que había en su territorio a sangre fría, nosotros ayudábamos a la gente pero ella no quería ningún ser sobrenatural. Tu padre siguió la tradición y dudo que ustedes, la nueva generación haga lo mismo. - dijo la mamá de Kira, no sé si tenga la razón pero por mi parte, no mataría a ninguno pero si se meten con mi familia será peor.

- Usted no nos conoce- me levante de la cama - Gracias Kira - sonreí y le tome su hombro.
- Te acompaño Romina - dijo Liam poniendoase a mi lado, asentí.

En este pueblo me estoy convirtiendo en otra persona... ¿Amable sería? Más con Liam y un poco con Kira.

***

Y esa fue mi pequeña aventura de sobrevivencia, camine por los pasillos hasta llegar a mi salón de Historia. Tomé asiento junto a Stiles, era el único lugar que quedaba, una desgracia para mí.
- Hey Romina ¿Como te sientes?- dijo, voltee a verlo.
¿Cuando se convirtieron todos en amables?
- Bien - respondí seca, no quiero encender mis sentimientos completos. Si lo hago, adiós a la Romina peligrosa.
Al ver a mis hermanos entrando un alivio invadió mi cuerpo, ellos sonrieron y tomaron asiento adelante de mí, Matias tomo mi mano y yo hice un leve quejido de dolor. Él cambio su mirada a preocupación, negué y sonreí para calmarlo un poco.

- Chicos, me alegra que hayan llegado temprano - dijo el profesor, esa mirada era para mis hermanos. - Antes de empezar, necesitó que hagan equipos de trabajo, asi comenzemos esta materia -
Dios, equipos para hacer un trabajo ¡Lo odio! Prefiero estar sola que mal acompañada. Una hora de aburrimiento hablando de la cultura asiática. Todos al salieron al toque de campana, los "M" estaban platicando con unas chicas rubias sin gracia.
- Matias, Mateo, obvio vamos hacer equipo ¿Verdad?- dije tomando mi mochila y levantándome de mi asiento.
- Lo siento Ro, pero lo haremos con ellas - dijo Mateo.
-¿¡Qué!?- contesté casi gritando, mis propios hermanos cambiándome.
- Por favor hermanita, no te pongas loca, entiendenos... ¡Estan que arden!- siguió Matias tratando de defenderse. Yo suspire y salí del salón para ir a la cafetería.
Cambiarme por unas chicas planas, rubias y que parecen fantasmas por su piel... No es nada cool, hombres tenían que ser.

The Five |Theo Raeken|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora