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Abrí mis ojos, ¿Realmente dormí demasiado? Las cortinas tapaban el acceso de los rayos del sol.No baje después de la pequeña pelea, alguien se apiado de mi y me dejo algunas rebanadas de pizza para cenar. Ahora tendré que levantarme para mi segundo día como "estudiante", desearia quedarme en mi cama con mi cobija que me daba calor y menos ganas de levantarme.
Pero recuerdo que tengo ser "normal" y se me pasa... Me levante de la cama, me dirigí al baño para darme una ducha de agua fría para despertar, si, soy masoquista.

Al salir, tome ropa limpia del closet. Unos jeans, botas negras, blusa amarilla junto con una chaqueta negra. Tome una liga para agarrarme el cabello en una sola coleta.
Agarre mi mochila y salí de mi habitación, baje a la planta baja en busca de mis hermanos en la sala pero nada, seguí mi búsqueda en el comedor pero ahí estaba Rodrigo.

- ¿Mateo y Matías? - le pregunte y me cruce de brazos.
- Se fueron a la escuela, tenían que llegar temprano - respondió, se levanto de la silla.
- ¿Sin mí? - entrecerre los ojos y él levanto un poco los hombros. Se acerco conmigo y cogió una pequeña caja de la mesa.
- Ten, un pequeño regalo - me la entregó - Para que cambies de humor -
- Gracias y... Lo siento, estaba estresada - cambie mi semblanza, le dedique una sonrisa.
- Lo sé tontita, es tu ultimo año de preparatoria, disfrutalo y empieza de nuevo a tener una vida normal - su brazo rodeo mis hombros
- ¿Como? Si soy una cazadora - suspiré
- Eso no es un obstáculo, acuerdate cuando tenias 15, una puberta de lo peor - Rodrigo empezó a reír, le di un leve golpe en las costillas. Quite su brazo.
- Me tengo que ir - me acomodé mi mochila sobre mis hombros - Gracias por la lección, te quiero - le di un beso en la mejilla, camine a la entrada.

Tome la perilla y salí de la casa, baje las pequeñas escaleras. En la calle había algo cubierto con una manta, la tome para averiguar que era.

La manta cayó, me tape la boca de la sorpresa... ¡Era mi moto! Y no cualquiera, era una de las mejores del mercado. Un regalo de un cazador, él era muy amigo de la familia, gracias a él , ahora somos los más temidos. Abrí la pequeña cajita, eran las llaves, tome el casco y me subí en ella.
- Te extrañe, me hacias tanta falta - la acaricié, como si fuera un objeto preciado y lo era.
El motor era música para mis oídos, y arranqué para dirigirme a la escuela. Me sentía libre y con confianza.

Todas las miradas se posaron en mi moto, estacione cerca de una camioneta bastante descuidada, me quite el casco y baje, tengo que decir que me sentía sexy.
Camine a la entrada, aún recibía miradas, entre y me dirigí a mi casillero para dejar el casco.

- Romina... ¿Cierto? - oprimi mis labios para pensar mis palabras.
- - dije, azote la puerta.- Por cierto... - busque su libreta - Gracias - y se le entregué, camine por los pasillos para buscar a mis hermanos.
- ¡Lo siento por mi comportamiento de ayer! - grito la banshee, rodeé los ojos y seguí mi camino.
¿Asi se comportan cuando llega alguien nuevo? Si es así, que forma tan rara para dar la bienvenida. Sentí un empujoncito atrás de mí, volteé a ver al responsable. En su cara relucía una sonrisa.
- ¡Otra vez tú? - mi quijada se tensó, lo señale con el dedo índice
- ¡Juro que no hice nada! - levanto sus manos en forma de rendición y en su mano tenia un disco de hockey - ¡Lo siento! - cerré los ojos y suspire
- ¡Theo! Temía en que no lo podías conseguir - llego a su lado otro hombre lobo
- Liam, Theo... - y llego el importante, Scott y Stiles. ¿Hay reunión de hombres lobos?
- ¡Agh! - grité por el pasillo, algunos que pasaban se quedaron observándome - ¡Son unos idiotas! ¿Asi tratan a una Guerrero? - señale a los cuatro, sentí una mano en mi cintura sacandome de ese pequeño círculo de sobrenatural.
- Hasta luego chicos... Perdonenla, se pone así por el alto grado de cafeína - dijo Mateo.
Me sentía un objeto arrastrado por los pasillos, entramos a un salón solo, para discutir.

- Romina... ¿Eres tonta? - me solto y se cruzo de brazos. No sé que paso allá fuera, mis neuronas explotaron
- No era yo - trague en seco, agache la mirada a mis zapatos.
- Se que no eras , no te confrontes con la manada de McCall, ¿Cual era el plan?¿Recuerdas? -
- Ser normales hasta conseguir información de La Loba del Desierto - bufé, parecía una niña regañada.
- Sacaste el comportamiento de papá - dijo.

Odio que me comparen con él, todo lo me ha hecho, culpándome de la muerte de mi madre, ser duró con mi entrenamiento y abandonarnos en busca de la asesina... ¿A eso le llaman buen padre?

- Chicos - entró Matias al salón - Sabia que estaban aquí - su respiración se normalizó - Hey, buena escena hermana en contra de la manada - Mateo le dedico una mirada asesina, escuchamos la campana, hora de clases
- Vamos, no hay que llegar tarde- salimos del salón, los tres nos separamos, cada quien se fue a la materia que nos tocaba.

Subí por las escaleras, busque el número del salón que me correspondía. Entré en el, ya no había lugar hasta adelante, decidí sentarme atrás.
Pero tengo mala suerte que a mi lado estaba la Quimera y delante de él, otro hombre lobo cuyo nombre era Liam.

- Dos veces en un mismo día, es un record - dijo Theo guiñandome un ojo, tome asiento. Entro la maestra, era joven para serlo.
- Bienvenidos a Literatura, soy Katya Jones y seré su maestra este año - empezó a escribir en el pizarron - Iniciaremos en el año XV - bufé, esto sera realmente aburrido. Cruze mis brazos arriba de la paleta y recargue mi cabeza sobre ellos.

••••
Abrí mis ojos, había una tormenta de arena en el desierto.
- ¡Tu mataste a tu madre! - escuche una voz, pero él no aparecía.
- ¡Yo no fui! ¡Fue ella! - levante mi brazo para taparme de la arena y proteger mis ojos.
- ¡Di su nombre! -
- La Loba del Desierto - susurré
- ¡Mas fuerte! ¡Yo no te crié para ser débil!- su voz sonaba más cerca
- La Loba del Desierto - eleve más mi voz
- ¡Más fuerte! -

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- ¡La Loba del Desierto! - ya no estaba en el desierto, todas las miradas se posaron en mi.
- De acuerdo señorita Guerrero, esa respuesta no la indicada para la obra más importante de Maquiavelo - la profesora sonrió y regreso al pizarron.
Me recargue en el respaldo, normalizando mi respiración, sentí algo que caía de mi nariz. Me limpie, pero era sangre... ¿Que diablos? Necesitaba ir al baño.
- ¿Estas bien? - él hombre lobo me pregunto
- Lo estoy - me levante de mi silla, todo me daba vueltas, mis ojos se hacían pesados y solo di un paso para caer al piso.
- ¡Romina! - escuche su voz y de ahí, ya no supe nada.

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Mateo Guerrero es Multimedia. ¿Les gustó el capítulo?

The Five |Theo Raeken|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora