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Tn POV

Al llegar a casa estaba sola como de costumbre así que sencillamente subí a dejar mi mochila a mi habitación.

Me quedé mirando por la ventana un largo rato hasta que escuché mi estómago sonar.

Bajé hacia la cocina para buscar algo de comer y terminé haciéndome un sandwich. Me serví algo de jugo en un vaso y me senté en el comedor para comer.

Una vez terminé volví a la cocina para lavar el vaso y el plato.

Entré en la sala y me recosté en el sofá mirando el techo con una mano sobre mi abdomen.

No tenía ganas de absolutamente nada.

Me quedé así varios minutos hasta que mis ojos comenzaron a cerrarse y caí dormida.

...

Desperté luego de haber chocado contra el suelo. Me levanté un poco y sentí un rasguño contra mi cara por lo que solté un grito de dolor.

Me apoyé contra el sofá y toqué mi cara en la zona que había recibido el rasguño y cuando aparté la mano vi algo de sangre.

Subí corriendo al baño y me observé en el espejo.

Me había cortado la cara con la punta de la mesa que había en la sala.

Abrí el grifo y tomé algo de agua para aplicarla sobre la cortada y lavar la sangre, después busque un desinfectante y lo apliqué cuidadosamente sobre el corte para luego poner una curita en éste.

Salí del baño, volví a la sala y vi un poco de lo sangre en la punta de la mesa así que tuve que ir a la cocina por un trapo para limpiar.

Dejé todo en su lugar y luego salí para tomar algo de aire.

Caminaba por la calle viendo al rededor y sintiendo el viento darme en la cara.

Llegué a la cafetería a la cual solía ir y entré, tenía ganas de tomarme un capuchino.

Me dirigí al mostrador y pedí mi capuchino para luego solo tener que esperar por el.

No se tardó demasiado así que lo tomé y luego pagué para después salir y seguir caminando por algunos minutos más.

Tiré el envase en un contenedor y decidí volver a mi casa antes de que oscureciera más e hiciera más frío.

Al llegar a mi casa abrí los ojos entre incrédula y algo asustada cuando vi a Jason en la puerta de mi casa tocando con insistencia, supuse que si no le habían abierto era porque mis padres aún no llegaban.

- ¡Abreme maldita sea! - Lo oí gritar si dejar de golpear la puerta con fuerza - ¡Sé que estás ahí Tn! ¡Abreme!

- ¿Qué no tienes vergüenza? - Hablé una vez estuve cerca y él se giró a verme - No sé cómo no llamaron a la policía por tus gritos.

- ¿Dónde estabas? - Me cuestionó y yo abrí levemente la boca.

- No te interesa, a fin de cuentas no somos nada - Le recordé.

Psicólogo // Finn Wolfhard. [✔️] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora