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Allisa Parker

No sabía cuánto tiempo había pasado, pero lo cierto era que no había podido detener mi llanto

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No sabía cuánto tiempo había pasado, pero lo cierto era que no había podido detener mi llanto.

Me sentía fatal, mis papás se habían dado cuenta de lo mal que estaba primero que yo. No sabía de qué me sorprendía, nunca hablaba en público, yo sola me aislaba social y emocionalmente.


En un momento sentí un abrazo de lado y me tensé, no me gustaba que me vieran llorar.

—Tranquila —Oí la voz de Finn y también me di cuenta de los espasmos musculares qué estaba sufriendo—. Sé porque lloras y no hay problema en que te desahogues.

Algunos segundos después el intento separarse del abrazo al darse cuenta que estaba muy tensa, pero lo tomé de las manos para que no lo hiciera.

Tomé aire de forma entrecprtada y me giré un poco para rodear su cuello con mis brazos mientras lloraba y algunos sollozos se escapaban de entre mis labios.

Sentí una de sus manos en mi cabeza y poco a poco me comencé a relajar.

Mis lágrimas cesaron algunos minutos después y hasta que eso pasó Finn se separó para luego sentarse en su silla.

—Perdón —hablé pasándome una mano por las mejillas para limpiar mis lágrimas y él me miró confundido.

—¿Por qué te disculpas? —preguntó mientras trataba de regular mi acelerada respiración a causa del llanto.

—Por cómo me viste, no debí llorar de esa forma —aseguré y después solté un suspiro entrecortado—. Seguro ahora piensas que soy muy débil por llorar por eso.

—No —aseguró y lo miré apretando mis labios qué amennazaban con formar un puchero— No tienes que pedir perdón por llorar.

—Me veo débil cuando lo hago —hablé convencida bajando la mirada y sentí otra lágrima bajar por mi mejilla.

—No te ves débil, ¿Quieres saber que vi yo? —preguntó y asentí algo dudosa sin llegar a devolverle la mirada—. Vi a una chica que lleva soportando demasiado y se cansó de ocultar lo que siente.

—Pero no tiene sentido la razón por la que lloré —insistí mirando mis manos y después las apreté en puños—. Nunca tienen sentido.

—Cuando lloras siempre va a tener sentido, pero nunca será por debilidad —aseguró y subí la cabeza para mirar aún temblando un poco—. Tu reacción es justa, y no por eso eres débil.

Psicólogo // Finn Wolfhard. [✔️] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora