Psicólogo // Finn Wolfhard. [✔️]

06

Allisa Parker

Entré en el consultorio y cerré la puerta a mis espaldas mientras intentaba salir de mi pequeño asombro.

—Puedes sentarte, no te voy a morder —habló y yo me acerqué con paso dudoso.

Miré a mi alrededor y noté que había un estante con libros, un sofá, una mesa que parecía para café con un par de libros encima y el escritorio en donde él estaba esperando a que me sentara con un portalapices, unos cuantos cuadernos y para mi sorpresa no había una taza de café sino una botella de agua a la mitad.

—¿Prefieres el sofá? —Lo miré cuando preguntó—. Si es así solo dímelo, tu comodidad es importante.

Me acerqué y terminé por sentarme frente a él. No necesitaba su intento de amabilidad.

—De acuerdo, está bien —Asintió y observó algunos papeles sobre su escritorio—. Allisa Parker, ¿No? —Asentí un par de veces por eso.

—¿Cómo se llama? —pregunté y él río un poco.

—No es necesario que me trates de usted, puedes tutearme —Sonrió y apreté los labios mirando el suelo.

—No me está diciendo como se llama —respondí indiferente y él sacudió la cabeza sonriendo.

—Finn Wolfhard —respondió finalmente.

—¿Qué edad tiene? Se ve muy... —Dudé en si decirlo o no porque no quería parecer irrespetuosa.

—¿Muy joven? Sí, puede ser —Terminó por mí y asentí—. Dieciocho, casi diecinueve, ¿Y tú?

—Dieciséis —Lo miré con recelo cruzandome de brazos— ¿Por qué es psicólogo si técnicamente a su edad aún se está estudiando?

—Me gradué antes de tiempo de secundaria y aún estoy terminando mi carrera de psicología, solo me queda semestre y medio —Asentí por su explicación—. Pero no estamos aquí para hablar de mí, esto de trata de ti.

—No quiera hacerme creer que quiere ayudarme, usted lo hace porque mis padres le están pagando —respondí a la defensiva.

—Si quieres creer eso adelante —Levantó las manos y me encogí de hombros—. Pero no me va a hacer dejar de hacer mi trabajo.

Apreté los labios y asentí resignada. Él bebió un poco de agua y luego me observó.

—Bueno, ¿Tienes amigos? —Lo vi abrir un cuaderno y tomar un bolígrafo.

—Sí, tres —respondí indiferente.

—¿Sólo tres? —Asentí y lo vi escribir—. ¿Interés amoroso? ¿Pareja?