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Allisa Parker // 12 de Marzo, 2021

Esa tarde de primavera me encontraba con Noah, Sadie y Jaeden en nuestra cafetería favorita comiendo mientras hablábamos alegremente

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Esa tarde de primavera me encontraba con Noah, Sadie y Jaeden en nuestra cafetería favorita comiendo mientras hablábamos alegremente.

—¿Cuándo dejarás de comer donas con azúcar glas? —Miré a Jaeden mientras daba una mordida a mi dona. 

—Cuando exista un treinta de febrero o termine siendo diabetica —respondí encogiendome de hombros con media sonrisa. 

—Pues si sigues comiendo donas de esa forma ese día va a llegar antes de lo planeado —Noah rió al momento en que yo lo miré mal.

—Deja a mis donas en paz, que tus gustos se basen en chocolate con chispas de colores no es mi culpa —hablé ofendida.

—Tienes el labio manchado de relleno de mora —Sadie me señaló y yo me limpié con una servilleta. 

Seguimos hablando y riendo un largo rato más, me gustaba pasar tiempo con ellos.

—Sólo queda una —Todos miramos el plato con donas en medio de la mesa.

Era verdad, solo quedaba una con glaseado de chocolate. Nos miramos entre nosotros como si fuera una película del viejo oeste antes de intentar agarrar la dona. 

—Sueltenla, es mía —Noah golpeó nuestras manos mientras seguíamos peleando por la dona. 

—Somos personas maduras —habló Jaeden quitando sus manos del plato y nosotros hicimos lo mismo—. Piedra, papel o tijera.

—De acuerdo —aceptamos todos a coro.

Hicimos una ronda y Noah nos ganó a todos sacando papel así que me quejé cruzandome de brazos.

—¿Cómo es que él gana sacando papel? —Sadie lo señaló con su pulgar y me encogí de hombros. 

—Sólo lo hago —Noah le mostró la lengua antes de morder la dona.

Llevé mi mano a mi short cuando mi celular comenzó a sonar y a vibrar así que me levanté mientras lo sacaba para contestar la llamada.  

—¿Hola? —hablé alejándome un poco de la mesa en la que nos encontrábamos acomodando mi blusa.  

—Hola cielo —saludó Jason del otro lado de la línea—. ¿Dónde estás? 

—En mi cafetería favorita con mis amigos —respondí volteandolos a ver viéndolos lanzarse una servilleta.

—Ah, estás con ellos —Apreté los labios al oír su tono de voz volverse brusco—. ¿Podrías venir?

—¿Por qué? ¿Pasa algo? —pregunté observando la hora en mi reloj de muñeca.

—Creo que comí algo que me cayó mal, tengo dolor de estómago —Tragué saliva y después tomé aire.

—Enseguida voy, esperame un poco. Hasta luego —hablé antes de colgar y volver a acercarme a la mesa.

Psicólogo // Finn Wolfhard. [✔️] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora