Capitulo 3

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El Casino Casa Sandra fue una sorpresa. Clarke se había preparado para encontrar monstruosidades de hormigón a lo largo de la playa y luces de neón al estilo de Nevada

 - Es bonito - exclamó 

- Sí que lo es.

La bahía era un amplio semicírculo rodeado de una franja de arena de color marfil. El hotel correspondía exactamente al cartel del aeropuerto: bloques de tres plantas entre densos jardines. Incluso el casino, visible desde la carretera y situado en un promontorio en el extremo más occidental de la isla, parecía una hacienda de estilo español entre hibiscos y palmeras.

- Vaya, no hay letreros de neón.

Ella dejó escapar una risita.

- Los casinos no son sólo lugares de hamburguesas y máquinas traga monedas. Instalar un casino en un lugar como éste es crear un estilo de vida - comenta en tono burlón, sin mirarla.

Clarke entornó los ojos.

- ¿Eres una jugadora experta?

- Podría decirse que sí - contestó ella, con una sonrisa. Clarke sabía que se reía de ella.

- Yo no juego - anunció.

Lexa se echó a reír a carcajadas.

- Entendido.

Clarke habría gritado de rabia. Pero era suficientemente sincera para admitir que se merecía la burla. Su observación había sonado pedante y remilgada. Todo lo que ella no era.

- ¿Te gusta tomar el pelo a la gente? - preguntó fríamente.

- Nunca me canso - comentó sin dejar de reír. En ese momento el vehículo avanzaba por un camino sinuoso entre densos arbustos y viviendas con paredes cubiertas de parras.

Clarke contemplaba el mar, que de pronto desapareció tras un muro cubierto de bugambilia de un vivo color púrpura. 

- Esto es asombroso -dijo en voz alta. Cuando bajas por el camino ya no ves una construcción junto a la otra.

- Intenta no mostrarte tan asombrada cuando te presente a Gustus y Sandra. Han trabajado mucho en este hotel y están muy orgullosos de él.

Pero cuando cruzaron la entrada porticada, Clarke no tuvo tiempo de felicitar al dueño del hotel. Una mujer menuda los esperaba furiosa.

- Por fin has llegado, Lexa. ¿Por qué has tardado tanto? - saludo ignorando a Clarke - No hay nada en la cocina y la preparación de la comida lleva una hora de retraso.

- Lo siento, Sandy. Hubo que cargar muchas cosas.

La mujer saludó a Clarke sin interés y, tras abrir las puertas del vehículo, empezó a hurgar en el interior.

- Sandy es tu anfitriona - dijo Lexa con una sonrisa - Más tarde te la presentaré. Aquí viene Gustus. El te dará una habitación.

- ¿Una habitación? - preguntó Gustus - ¿Se dedica a bucear o a jugar?

- A nada de eso - contestó Clarke, con sorpresa - ¿Son los requisitos para hospedarse aquí?

- Normalmente nuestros huéspedes son buceadores o jugadores.

- Gustus distribuye las habitaciones según las actividades de los huéspedes. Los buceadores se levantan al amanecer y los jugadores se acuestan muy tarde. Gustus los separa para que no se molesten unos a otros - explicó Lexa 

Gustus nó era tan atractivo, pero tenia un excelente porte y mucho más amable que Lexa - Hemos descubierto que el sistema funciona - explicó.

Luego tomó el bolso de Clarke y los condujo a un vestíbulo de piedra, muy fresco.

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